Ruta para superar la tragedia
Boys va a irse en los próximos días y su gente lo sabe. La imagen de Ardiles, solito con su metro cincuentaipico, peleando solo contra la defensa de Alianza, es la postal de un descenso que va a consumarse con mucha probabilidad en Trujillo. Pero Boys no va a morir, no solo porque es un equipo grande y con historia; no va a morir porque esa tragedia ya ocurrió dos veces y el equipo regresó.
Por eso, lo que hoy debería preocupar en el Callao no es que el equipo se vaya, sino que el día en que regrese lo haga de una forma en que no vuelva a tener que irse. Que la ida a Segunda, que ya está sabido que no es el Apocalipsis, le pueda servir para acometer un proceso de reconstrucción institucional que lo haga volver fortalecido. Es un pecado mortal que un equipo con el valor de marca intrínseco que tiene Sport Boys, con tanta tradición y costumbre asociadas a la historia del Callao, no haya desarrollado un plan de marketing serio para aprovechar ese potencial y traducirlo en beneficios económicos y réditos futbolísticos.
El tema está sobrediagnosticado. No es momento ahora de buscar culpables y fustigarlos; ya se sabe que hubo podredumbre y hasta lumpen al mando de la 'Misilera', y que felizmente en los últimos meses, de la mano de la administración temporal, se ha logrado limpiar un poco la casa y al menos mantener lejos a los que quisieron imponer la matonería y la bravuconada como formas de hacer las cosas en el Callao. Con la designación de Jorge Espejo se dio además un paso importante hacia la madurez: el de trascender los exitismos de corto plazo y fijar un horizonte claro, en la temporada 2013, para la reconstrucción a partir de una buena campaña en Segunda.
El problema radica en que es muy fácil para Boys caer en lo mismo si los resultados no acompañan. El trabajo del grupo Identidad Rosada, que tanto ha hecho en las últimas semanas por modernizar procesos en el club y acercar personas serias y comprometidas, es encomiable; en buena medida por su labor, por ejemplo, el estadio tuvo este domingo ambiente de fiesta, con hinchas que englobaron todo de rosado y que llegaron en un ambiente pacífico y con buen control. Se ha logrado reducir las entradas de cortesía -que en la nefasta administración Bozzo llegaron a superar a las pagadas- y ejercer un control más estricto. Pero no falta la gente que quiera ponerles piedras en el camino, como algunas señoronas que consumado el 0-4 contra Alianza comenzaron a insultar a Identidad Rosada en Occidente; es, pues, fácil en un equipo que siempre ha hecho las cosas de forma chicha trabar a quienes vienen a hacerlas de manera seria, y es en esa batalla en la que los esfuerzos no deben cesar.
El hincha de Boys va, con seguridad, a seguir poniendo la garganta, como lo hizo todo el partido a pesar de que cada gol de Alianza fuera una estocada más profunda. De él dependerá, además de eso, aproximar a su institución a un proceso de renacimiento. Ejemplos alrededor tienen varios: quizá a Boys le convenga tomar como referencia el exitoso proceso de recuperación de identidad de Cristal y entremezclarlo con la estrategia de reordenamiento de otro equipo tradicional que saneó sus deudas como Municipal, que rediseñó la institución para regresar sobre bases modestas pero sólidas, como tienta hoy en la Copa Perú. Son casos exitosos y de distintas escalas, y de los cuales en tienda rosada se puede aprender.
Boys va a irse en los próximos días y su gente lo sabe. Pero tiene la opción de comenzar, a partir de eso, a parecerse menos a la 'U' y Alianza y más a Cristal o 'Muni'. La pelota está en su cancha allí abajo del Obelisco, cerca del Real Felipe y en cada corazón que tenga tinte rosado -e identidad del mismo color-.
Fotos: José Salcedo / DeChalaca.com
Mostrar/Ocultar comentarios
Por otro lado, Jorge Espejo con un equipo de buenos asesores deportivos puede lograr de nuevo el Ascenso de nuestro querido SPORT BOYS
