Argentina - Uruguay: Messiquilibrante

El capo: Messi hay uno solo
Ya no existen dos Lionel: la 'Pulga' mantiene con su selección la estela con la que brilla en el Barcelona, mantiene la racha goleadora, la cantidad de recursos, la velocidad, la gambeta y la pasión por jugar al fútbol. Esta noche marcó dos, y condujo a su equipo a una victoria que levanta el ego a toda la República. Se le ganó a un rival eterno, a un Uruguay que los había eliminado de su Copa América.
La clave: Cambio no generacional
La dureza con que pelea las pelotas es para Lugano una jugada clásica; sin embargo, el capitán celeste también tiene su talón de Aquiles, el mismo que le retorció y obligó su cambio. Tabárez tenía a Coates en el banco pero optó por la experiencia de Scotti, quién entró a los 65’ muy frío para un partido tan intenso y dejó el espacio vital para que Messi apareciera con el primer gol. Desde ahí, los celestes fueron obligados a buscar el partido y dejaron espacios que los locales aprovecharon para liquidar.
La joyita: Volvió el brillo
Quizá el gran error de Argentina fue darle protagonismo a quién no debía. Hoy, la albiceleste tiene un entrenador serio, no estelar, hincha de Estudiantes pero no roba portadas. Hoy, en Argentina las figuras son los que están dentro de la cancha, esos que se juntan a tocar, a meter paredes como la que a los a los 75’ armaron Messi, Di María y Agüero para que el ‘Kun’ la embocara a placer.
El jugadón: Lio de aquellos
El primer tiempo fue un monólogo: Argentina tocando, dominando y enfrente un Uruguay sólido en defensa. No obstante, a los 28’, Lionel Messi aprovechó el resbalón de Cáceres, metió el amague, se la pasó a su zurda y la colocó para la escuadra ante un Muslera batido; la pelota chocó en el travesaño y evitó la apertura del cerrojo. Igual, el del Barcelona tenía bastante repertorio por derrochar.
El duelo: Un poco de ají
No era raro que un clásico de tanto calibre tenga su dosis de tensión. Sobre los 62’, una pelota larga no fue excusa para que Lugano se estire y con el chimpún derecho acaricie la cara de Romero, cuando la pelota ya era propiedad del arquero local. Empujones por aquí, caras largas por allí, y al final solo se mostró una amarilla que supo a poco para el zaguero del PSG, y un poco de menos dureza para las venideras faltas charrúas.
El tapadón: Cupo fijo
Si bien Muslera fue una muralla (no tuvo mayor culpa en los goles), sus paradas no fueron tan espectaculares como la de Romero. El arquero de la Sampdoria se ha asentado en el pórtico albiceleste, y cuando Uruguay propuso metió miedo. A los 25’, Cavani mandó una diagonal para que el ‘Checho’ volara y la desviara al corner.
La cancha: Malvinas en rebajas
Argentina se trasladó a Mendoza, a Las Malvinas, y la afición vivió una noche de algarabía total, con harta tensión en el primer tiempo ante la sequía de goles pero con adoración a Messi y al equipo tras los goles en el complemento. Todavía falta solidificar su defensa pero entre arañazos esa Argentina empieza a convencer, son líderes en la tabla y eso no es poca cosa.
Kazuki Ito: Licencia para negociar
El brasileño Leandro Vuaden tuvo un partido complicado y, a raíz de ello, aplicó su ley. No iba a sacar tarjeta roja a menos que viera una falta delictiva; de hecho, tuvo un par de ocasiones para hacerlo con la de Lugano a Romero, y otra de Godín sobre Messi con un codazo sin balón, pero en ambas se sensibilizó con la amarilla. Tampoco quizo desnivelar el partido con expulsiones y dio protagonismo a los que la debían tener; un criterio poco seguido pero su criterio al fin.
Fotos: Reuters, EFE, AFP
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PD: Lo mediocre es tu nick, "penalestuterror".
Saludos.
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