Foto: Roberto Castro / DeChalaca.com, enviado especial a La PazDeChalaca.com se reencontró afuera del Hernando Siles con un hincha que llena de orgullo al que quiere los colores blanquirrojos: financia sus largos viajes para seguir a la selección vía la venta de stickers con la bandera peruana afuera de los estadios.

 

Confieso que me arrepiento de no haberle preguntado su nombre al personaje de la foto superior. Prometo averiguarlo en las próximas horas y darlo a conocer porque habérmelo encontrado es una de esas cosas que me llenan de satisfacción por ser peruano y querer el fútbol de mi país.

Tenía un vago recuerdo de él de hace cuatro meses, en las afueras del Sheraton Montevideo. Él estaba allí y se puso a conversar con Nicolás Rey, quien estaba conmigo como enviado especial de esta página web a Uruguay para el partido eliminatorio de la fecha 6. Lo ayudó a cargar la cámara, se puso a cantar un estribillo especial para DeChalaca.com y me cayó simpático, aunque no tan bien como después de la historia que me contó este jueves, en la puerta principal del Hernando Siles.

Un hincha ejemplar como este vendedor de stickers insufla el ánimo para unas Eliminatorias tan duras. (Foto: Roberto Castro / DeChalaca.com, enviado especial a La Paz)Este señor vende stickers de la bandera de Perú, de esos que se pegan en el rostro, para recursearse. Pero no se trata de un recurseo común y corriente: es su fuente de financiamiento para seguir a la blanquirroja a todas partes. Cuando me lo encontré afuera del estadio, acababa de llegar a La Paz tras más de un día de viaje tomando múltiples buses para abaratar costos. Había logrado hacerlo con una inversión de 85 soles, que él veía fáciles de recuperar pues el costo de vida -léase alimentación- en Bolivia es barato. Y si bien eso le permite financiarse, también le impide poner los stickers muy caros, aunque él aprovecha una externalidad positiva: que aquí en La Paz, como en otros estadios sudamericanos, se ha prohibido entrar al estadio con la cara pintada, por lo cual su producto es una buena alternativa.

Después de La Paz, él va a seguir camino a Asunción mediante un viaje de dos días en distintas combinaciones de bus. Ha conseguido cinco entradas para el partido de este viernes y espera que entre la reventa y los stickers que venda en el Defensores del Chaco pueda recuperar los 80 dólares que le cuesta ese -más oneroso- viaje. Su historia es digna de la sección Cholonomics que, cuando fui jefe de redacción de Perú Económico, impulsé para describir modelos de rentabilidad exitosa en la economía informal, de esos que -en silencio- abundan en nuestro país.

Hay gente que peregrina para seguir a Perú por todas partes, como ocurre acá en las afueras del Hernando Siles. (Foto: Aldo Ramírez / DeChalaca.com, enviado especial a La Paz)Pero en lo que a DeChalaca.com compete, la historia de este vendedor de stickers es digna de contarse por lo simbólica que es como testimonio del amor a la camiseta que muchos sentimos. Ese que nos hace buscar los recursos de donde sea y tomarnos un avión para seguir a Perú por todas partes. Ese que nos hace poner la cara tiesa cuando le decimos a la familia que nos estamos yendo unos días a seguir a la selección y no falta quien te responda el "para qué los vas a ver si van a perder". El que te hace correr a toda velocidad cuatro cuadras a 3,600 metros de altura para que no te cierren la puerta del estadio y puedas ver a tu blanquirroja reconociendo el campo del Hernando Siles.

Es ese amor a la camiseta, el de la fe, el que no tolera que personas llenas de odio e ignorantes de lo que el fútbol significa como fenómeno social se entrometan frecuentemente con nuestra pasión. El que fustiga que pueda existir alguien que se diga "líder de opinión" y tenga el despropósito de difundir un video que desestabiliza el ambiente en la interna del equipo que se supone que es de todos los peruanos. El que detesta que exista gente que con sus estúpidos ampayes, signo indiscutible del morbo por lo fútil que la televisión basura ha instaurado en nuestra sociedad en las últimas dos décadas, haya construido un modus operandi para vivir del fútbol, cosa aborrecible por quienes vivimos para el fútbol. Gente que, al menos a quienes hacemos DeChalaca.com, nos produce el peor de los ascos y repulsiones.

La pasión por la blanquirroja no conoce edades ni fronteras. (Foto: Aldo Ramírez / DeChalaca.com, enviado especial a La Paz)Felizmente, a ese tipo de gente no nos la vamos a encontrar nunca afuera de un estadio. Allí donde podemos hacer ampayes de los buenos como el que le hicimos el jueves a este vendedor de stickers que da un ejemplo positivo de cómo querer a la selección y al país, cuando lo encontramos cantando a voz en cuello, él solito, canciones a favor de Perú ante la mirada atónita de decenas de bolivianos que hacían cola en el lugar.

Estoy seguro de que en la fecha 17, en Buenos Aires, voy a volver a ampayar a este personaje a las afueras del Monumental de River. No tengo la bola de cristal para saber si entonces la blanquirroja aún tendrá vida; sí estoy seguro de que gracias al ejemplo de gente como él, todavía, siempre, tendrá esperanza. 

Fotos: Roberto Castro y Aldo Ramírez, enviados especiales a La Paz

Comentarios ( 1)add
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escrito por Fernando , October 12, 2012
Buen articulo dechalaca, hasta casi se me escapan algunas lagrimillas, pero esto para mi, es un buen resumen de lo que un hincha siente hacia sus colores. el verdadero hincha de estar en las buenas y en las malas con su seleccion de toda la vida. Y tambien mucha razon, sobre la tv basura como la que hace la tia Magaly que solo se dedica a joderle la vida a medio mundo, en fin pero que estas cosas no afecten al hincha, y todos sigamos alentando al Perú así lleguemos o no al mundial, ARRIBA PERU! y ARRIBA MELGAR! ...ajo!!
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