Pescados recontra capitales
El sorprendente Gálvez de Javier Arce había aguantado el ritmo del campeonato hasta hace tres jornadas. Fue al Gallardo como escolta de Cristal, abusó de los Sub-20 y uno de ellos -Ángeles- cometió un tonto penal: perdió. Después recibió a Cienciano en Chimbote, se le lesionó el caudillo -'Chemo' Ruiz- a los 8 minutos y desacomodó su defensa: perdió.
En el Monumental, por tercera fecha consecutiva, Gálvez volvió a regalar el partido. Esto no mezquina en lo absoluto el claro triunfo de Universitario, que tuvo el gran mérito de capitalizar todos los errores chimbotanos. Pero la verdad es que los pecados de la franja en Ate fueron groseros.
El primero fue un horror futbolístico. En un centro al área galvista todo Universitario reclamó una supuesta mano de Ruiz, pero Víctor Hugo Rivera no la sancionó. Lejos de aprovechar la irritación crema, todo el cuadro chimbotano se quedó parado. El propio Daniel Reyes, sorprendido por la inacción de sus compañeros, caminó dos pasos que le resultaron fatales: La Rosa lo sorprendió con un tiro desde fuera que, si se hubiera quedado parado el golero, no habría causado mayor peligro. Gol de kindergarten: ¿cuándo se aprenderá que la jugada no para hasta que el árbitro pita?
El segundo fue un horror disciplinario. Hace tres fechas, ante Sport Huancayo en Chimbote, a Andrés Salinas lo echaron por una falta alevosa. Ahora, cuando no habían pasado ni 10 minutos del gol de La Rosa, le cometió una absurda falta a Josimar Vargas en las narices de Víctor Hugo Rivera. El réferi lo echó y el colombiano tuvo el cuajo de declarar después del partido a Radio Callao que no entiende qué "intereses oscuros" hay detrás de sus expulsiones (¿?). De locos.
Gálvez tiene todas las credenciales ganadas para estar en la Sudamericana 2013. Pero si sigue autogolpeándose como en las últimas tres fechas, con certeza no va a jugarla.
Fotos: José Salcedo / DeChalaca.com