After Party: El sueño de la casa compartida

DOBLE O NADA. El regreso de los dobletes a la Primera División luego de siete años marcó la pauta de un fin de semana de fútbol incompleto, con dos partidos no disputados por distintos motivos -falta de cancha de Universitario y suspensión de Cobresol-. Sin embargo, en Matute hubo espectáculo: llegaron 13,665 que, muy posiblemente, no habrían llegado en tal cuantía si ambos partidos se hubieran jugado por separado. La jornada doble estuvo llena de nostalgia: cánticos noventeros en Sur, como en honor a la atípica goleada aliancista, y bastante gente de Boys en Norte para poner el pecho ante el mal momento. En el preliminar, muchas pifias a la San Martín, como recordando que en los dobletes el público siempre toma partido por el más débil (Gálvez en este caso).
ENTRE LO AGRADABLE Y LO CONVENIENTE (EN FORMA). El doblete, pues, exaltó muchas emociones. Pero de allí a que sea un paradigma imitable a posteriori hay distancias. Para comenzar, hay un tema claro: en estos tiempos el único preliminarista potencial en Lima, por hinchada, podría ser la San Martín. Alianza, Boys, Cristal o Universitario convocan barras que no podrían coexistir en un estadio sin un operativo especial que la Policía no tiene capacidad de desplegar salvo en ocasiones extraordinarias como los clásicos entre esos cuatro equipos. ¿Pero le conviene al cuadro santo ser preliminarista? Por lo visto el sábado, no: hoy, sobre todo, despierta demasiados anticuerpos entre rivales y tiene naturalmente a la tribuna en contra. No hay resquemores en decirlo: contra Gálvez en Matute, San Martín no fue visitante, sino recontra visitante. Entonces, salvo un poco de masoquismo, es inviable que un doblete de esos se repita.
ENTRE LO AGRADABLE Y LO CONVENIENTE (EN FONDO). El otro óbice para los dobletes es estructural, y tiene que ver con algo que DeChalaca.com ya comentó: han contribuido a que el hincha limeño esté acostumbrado a consumir fútbol-espectáculo (de demanda inestable o estacional, sujeta al eventual buen desempeño o lucimiento de los equipos) en vez de fútbol-pasión (de demanda estable o permanente, pues se sigue al equipo por fidelidad independientemente de que juegue bien o mal). Es decir, los hinchas son hinchas del fútbol, no de sus equipos, y eso puede ser muy romántico pero es económica y deportivamente inconveniente. En lo económico porque cualquier producto de demanda cautiva es más rentable que uno de demanda eventual, y en lo deportivo porque los clubes no se acostumbran a sacar provecho de su condición de locales. Es un tema complejo para el que cabe la pena meditar con cabeza fría antes de emitir juicios contundentes.
TODO Y NO DOBLE. La fecha dejó otro tema relacionado con estadios: el regreso de Unión Comercio al IPD de Moyobamba. El 'Poderoso' es de Nueva Cajamarca; el estadio allí no está en capacidad de albergar partidos profesionales, y en el Inca Pachacútec de Rioja las garantías de seguridad no son todo lo convincentes del caso. Pero tanto Nueva Cajamarca como Rioja pertenecen al Alto Mayo, como Moyobamba; es toda una región que tiene rivalidad regional con el Bajo Mayo, allí donde está Tarapoto. Por eso, para Unión Comercio la localía pesa muchísimo más en el estadio del IPD que en el Carlos Vidaurre García; para jugar allí, en una cancha más pesada y húmeda, hay que comerse un viaje en bus de dos horas que agota a los visitantes. La localía, pues, es una condición fundamental para hacer fútbol estrictamente hablando; conviene cuidarla.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com

Parrafo 3: Siempre soy admirador y aplaudo las notas de dechalaca pero ahora debo decir éste párrafo es INENTENDIBLE y parece escrito por Cantinflas!! No vale picarse, todo en buena onda.
El punto 4 es otra historia.