After Party: Su concentración, por favor

ANDAN CONCENTRADOS. Hay equipos que están enchufados con el campeonato. La Vallejo del ‘Chino’ Rivera lo tiene clarísimo: toca y toca hasta matar. Los cuatro goles que le endilgó a Gálvez, incluso el desborde personal de Cedrón, tuvieron sello de juego colectivo; el técnico propone solidaridad y el equipo la plasma, y por eso es puntero absoluto. La San Martín, por su parte, también comienza a enchufarse: con Perea adelante gana mucha jerarquía -cuanto menos a nivel local- y el ‘Coroncorito’ demostró en 45’ que procurar su regreso valió el esfuerzo. El Melgar del ‘Negro’ Zamora, en tanto, ganó más que un clásico: ganó la seguridad de que tiene una identidad bien plasmada y a dos goleadores como Di Cosmo y Meza Cuadra muy metidos en el proyecto del técnico. Y León, que por fin tiene delanteros, ganó gracias a ellos y también está en el pelotón de adelante.
SON CONTUNDENTES. ¿Qué tienen en común los equipos listados? Que saben definir partidos. Todos tuvieron momentos álgidos: la Vallejo se fue al camarín con un 1-0 incierto, San Martín recibió un descuento antes del entretiempo, Melgar se vio buen rato con la calma chicha típica del 2-0 a favor y León apenas llevaba un gol contra un Boys que venía de dar tres zarpazos seguidos de visita. ¿Qué hicieron todos? Mataron en las que tuvieron: fueron prácticos y por eso ganaron, porque no cedieron un solo milímetro de su ventaja.
ANDAN DESCONCENTRADOS. Lo contrario ocurrió en la jornada con Cristal, Huancayo y Cobresol. Clubes de distintas escalas y objetivos, pero que compartieron un defecto muy del fútbol peruano: desconcentrarse en los últimos minutos. Los rimenses tuvieron un buen manejo ante un Unión Comercio que volvió a variar de táctica más rápido que Uribe de ternos, pero se equivocaron en algunas frente al gol –Rengifo se perdió una impresionante-y lo pagaron caro con el gol de Germán Pacheco en 2’ de tiempo adicional. El Huancayo de Company, en tanto, hizo lo más difícil: voltear un duelo con carga emocional como el que el ‘Matador’ tuvo con Inti Gas, pero un error puntual de su golero Cuerdo ante un tiro largo de ‘Ricky’ Pérez lo hizo resignar puntos. Y Cobresol, aun en su modestia, se cerró bien en el Cusco merced a un buen planteamiento defensivo de Cardama, pero se descuidó de Pando en los instantes finales y lo sufrió. En todos los casos, más que falta de piernas, fue de atención.
NO SON CONTUNDENTES. Durante el año Alianza ha perdido varios partidos que comenzó ganando y, visto el clásico, se entiende claramente por qué. El cuadro íntimo tuvo claroscuros muy marcados en ambos tiempos de su choque ante Universitario: en el primero, cayó en un bache tras su propio gol, empujado hacia su arco como si haberse puesto en ventaja fuera pecado; y en el segundo, se metió a sí mismo a un pozo con la expulsión de Ascues, que obligó replanteamientos que desacomodaron por completo un esquema que había funcionado bien. El tiro palo de Saco Vértiz pudo ser, más que un hecho azaroso que cambiara la historia, la lección que demostrara que la falta de contundencia se paga caro. Alianza era, sobre el campo, bastante más que Universitario por mero peso de conjunto, pero lució casi igual que su rival por razones estrictamente de concentración.
Foto: Jhefryn Sedano
