After Party: Puntos de sutura
ENTRE LA CONFIANZA Y LA DESCONFIANZA. Para muchos rostros cariacontecidos este domingo en Matute, Alianza Lima había sido presa de su apuesta por el juego rácano y ratonero. Uno que maniató durante casi 55 minutos a Aurich y que permitió ver durante buena parte del partido de vuelta una réplica de lo que había sido el trámite de la ida en Chiclayo. Se reclamaba que el cuadro íntimo debió ir al frente y plantear un partido ofensivo y ambicioso, por estar en casa. No obstante, para muchos a la vez Alianza había sido presa de su propio exceso de confianza, ese que acaso lo empujó a autorizar a un hincha pedirle matrimonio a su novia vía la pantalla electrónica de Matute. ¿Adecuado cuando quedaban 45 minutos por jugarse? Quedará en la anécdota, tanto como el handicap que los íntimos tenían antes de saltar al campo de Matute y que ahora perdieron con claridad más allá de cuánto se hayan confiado -o desconfiado de sí mismos-.
BAZÁN, PUNTO DE QUIEBRE. En Chiclayo, Jorge Bazán fue protagonista fundamental con un gol que en el momento equivalió a medio campeonato para Alianza. Ahora, en Matute, volvió a quebrar el partido -y casi a alguno que otro rival- con su innecesaria doble plancha que acabó granjeándole dos amarillas y la consecuente roja, bien mostrada por el árbitro Carrillo. Con la expulsión del '15' íntimo, la final de vuelta comenzó a cambiar: la intensidad se adueñó del partido y lo que era una invitación al cero cambió de cariz por completo.
SUMA DE MOMENTOS. La verdad es que desde ese momento, la sucesión de circunstancias decisivas se tiñó de color rojo. El gol anulado a Fernández, el gol de Zúñiga, la tijera de Viza, la roja a Montaño. En cada momento en que el partido pudo quebrarse, fue haciéndolo de forma de inclinar la balanza a favor de los de Umaña. Especialmente capital fue el gol anulado a Fernández, por una descarada mano que el delantero tuvo el cuajo de reclamar -y luego la hombría para disculparse por ello vía Twitter-: lo había celebrado todo el estadio y para el propio 'Zlatan' era un envión anímico del cual lo bajó la oportuna advertencia de Manuel Garay desde su posición de cuarto árbitro. Fue tal la sucesión de golpes que Alianza ni siquiera tuvo el nervio suficiente para capitalizar a su favor las expulsiones de Zúñiga y Rojas.
EL FACTOR CICILIANO. La gran figura del campo fue excluyente. Si en Chiclayo su ingreso en el segundo tiempo se caía de maduro por la desconexión que tenían entre sí las dos líneas del mediocampo aurichista, en Matute lo de Ricardo Ciciliano pasaba, de cara al complemento, por algo aun más trascendente en la historia de esta final: sumar jerarquía. Con el colombiano, el 'Ciclón' tiene otro peso en el medio. Administra pelota y reparte de manera ducha e inteligente. Gracias a su concurso, Cueto pudo pegarse a la banda que conoce -la izquierda-, Merino logró emerger y sacarse todo el peso creativo de encima y, sobre todo, la ausencia de Chiroque pasó de ser capital a prácticamente no sentirse. Para este Aurich que está al borde de hacer historia, Ciciliano es un crack en todo el sentido del término y si no juega los 90' ello debe ser únicamente atribuible a temas de arresto físico.
EXPULSIÓN BISAGRA. Fue tan decisivo Ciciliano que incluso su maña -esa que hace ganar finales- provocó la expulsión de su compatriota Johnnier Montaño, por un manotazo alevoso e el que acaso el '20' íntimo cayó en la provocación del '10' del 'Ciclón'. Como fuere, si líneas arriba se decía que un gol como el de Bazán en Chiclayo es de esas circunstancias que definen a favor finales, también cabe decir que una roja a un jugador como Montaño que no tiene reemplazo en el Alianza de hoy es de esas circunstancias que comienzan a hacer perder finales. Está dicho: mientras Aurich no sintió la ausencia de Chiroque y posiblemente no la sienta el miércoles en el Nacional, a nadie se sorprende si se afirma que hoy en día Montaño no tiene sustituto aparente en un Alianza que depende en enorme medida de con qué pie se despierte Johnnier por la mañana. Por eso, queda claro quién parte con ventaja el miércoles.
Foto: José Salcedo / DeChalaca.com
escrito por Carlos , December 12, 2011
escrito por david ucv , December 12, 2011
escrito por martin , December 12, 2011
escrito por Leo , December 12, 2011
escrito por the power metal , December 13, 2011
pd:por ahi se puede entender por conafiarse de un rsultado de ida cuando vas a jugar el partido de vuelta con 5 goles de diferencia y se juega a goles y no a puntos.......aprovecho para recomendar que los proximos play off deberian de jugarse a goles como en la libertadores o la sudamericana
Sin embargo, no creo que haya razón para incluir la pedida de mano del hincha aliancista en su análisis. Una cosa no va con la otra. ¿En qué otro momento iba a hacer eso el hincha? ¿Al final del partido cuando ya todos se han ido?
De verdad no me parece nada serio incluir ese acontecimiento en el análisis de la final.