Desciende el pánico
Alianza tuvo que abofetearse para salir de la pesadilla. Pero salió. Resolvió el clave y temido partido en Chiclayo con un cómodo 1-3 sobre Aurich. Con Libman de figura y un equipo más comprometido, parece haber dejado atrás el descenso. El ‘Ciclón’ se afianza como el "candidato de todos". Le queda una última carta, pero la Segunda ya le abre los brazos.
¿Cuántos goles lleva Corrales con camiseta de Alianza?
Los psicólogos tienen que explicar esto: Cómo el Alianza moribundo de hace dos fechas hoy anda respirando tan tranquilo. Cómo la unión, impulsada por el pánico, de cada aliancista acabó transformando la psiquis de un plantel trastornado. Cómo, de pronto, la camiseta blanquiazul volvió a tener el valor que tiene, el suficiente para ganar partidos al margen de rendimientos discretos, como el de hoy.
Le cae el guante
Por fin una pregunta tuvo respuesta. Fue la que, incluso, ilustró la encuesta más reciente que realizó esta web: ¿Quién sería el salvador de Alianza en noviembre? A fin de cuentas, no fue ‘Chalaca’, ni Obama ni Jesucristo. Fue Salvador Libman. El arquero que, sin exagerar, salvó una veintena de balonazos secos (centros o disparos) que rondaron su valla. Que, aún habiendo tenido responsabilidad en el descuento aurichista, compensó su falla con creces y se ganó merecidamente un 8. Libman ha sido la honrosa excepción del errático paquete de contrataciones que hizo Alianza en todo el año.
A los vientos
Toda la temporada fue contra el viento y por fin pudo remontarlo. Porque así arrancó Alianza en Chiclayo. Con el aire en la cara. Y se puso en ventaja con el tempranero cabezazo del reaparecido Corrales. Y lo cerró justo antes del entretiempo, con un derechazo de Fernández. Moisela y Zegarra, con zapatazos de media distancia, buscaron matarlo en el nudo de aquella primera mitad. Pero el cadáver vistió de rojo. 
Con el 0-2 al entretiempo ya todo parecía dicho.
Balazos del caído
Franco Navarro llegó a Chiclayo con la misión de reparar el descalabro aurichista en este Clausura. Pero, entre tantos problemas, tiene que resignarse a la ausencia de un creativo y la abundancia de reciclados. Tuvo que darle tamaña responsabilidad a Jorge Nima; pequeño, vulnerable e inexperto, no hizo ni cosquillas. Buscó acompañarlo con un improvisado Chará, que apenas pudo compensar su poca lucidez con algo de empeño. La estrategia quedó confinada a los zapatazos de Moisela y Zegarra. Eso puede alcanzar en algunos partidos, pero no en lo que era, prácticamente, una final.
Cosa de parejas
El ‘mejoral’ que Alianza tomó en las dos últimas semanas incluyó, en buenas dosis, la recuperación individual de Ciurlizza y Fernández. Fundamentales los dos. Los blanquiazules sufrieron menos a sus espaldas y la defensa no tuvo que quedar mano a mano. Aparicio no necesariamente es un mejor complemento para Arakaki que el ‘Salvaje’ Martínez, a quien últimamente se le quiere achacar todas las culpas. 
Sin redimir el juego excesivamente violento y rústico del paraguayo, la dupla Aparicio-Arakaki también tuvo actuaciones lamentables en un pasado reciente. Lo que cambió, por ello, es el rendimiento de la línea de contención, que terminó protegiendo a una zaga muy débil.
Última liquidación
La buena jugada de Montaño que concluyó ‘Wally’ Sánchez sentenció las cosas con una goleada ilusoria, pero clave para que Alianza afrontara tranquilo el resto de su partido más importante en el año. Llegó un relajo y el descuento de Holsen apretó las cosas, pero nunca hasta la asfixia. Aurich no gozó de más argumentos que los que había ofrecido y Libman siguió notable cuando su defensa flaqueó.
La frontera vital
Lo que hoy Alianza se jugó en Chiclayo, Aurich deberá jugárselo en Tacna la próxima semana. Contra Bolognesi, su rival directo y su última opción. 
Los chiclayanos cuentan con la experiencia de su lado. Con jugadores que han enfrentado finales y situaciones límite. Es lo único que podría equilibrar la balanza respecto a la localía escarlata. El ‘Ciclón’ gana o se va.
Ojo con no pestañear
Alianza le ha sacado ocho puntos a Aurich con doce por disputar. Pero no puede sentirse salvado, porque el fixture sigue siendo peligroso. Si pestañea, perderá, y ya se sabe que en La Victoria las derrotas no vienen solas, se acompañan de rachas insufribles. Que reaparezca una de esas en este tramo final, sería fatal en caso operara un milagro por Tacna y Chiclayo. Alianza tiene que rematar los números, porque la crisis de este 2008 no le ha dejado el mínimo crédito.
Fotos: diario La Industria de Chiclayo
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