Grito de alivio
Con los dientes apretados, sufridito. Con alta tensión y un atajadón de Libman sobre el final. Con juego feo pero haciendo celebrar a su tribuna llena, Alianza venció 2-1 a un Gálvez que fue de menos a más y pudo dar el zarpazo en Matute. Los íntimos ampliaron a cinco puntos su ventaja sobre Aurich de cara al decisivo choque por la baja de la próxima fecha.
¿Qué mala estadística histórica acentuó Gálvez con su derrota de hoy?
Los titulares de mañana querrán, con seguridad, vender un panorama escandaloso. Se hablará de intimidades y corazones, del reencuentro de la familia íntima y demás clichés de cincuenta céntimos. Lo cierto es que Alianza siguió jugando feo e incurriendo en errores, pese a lo cual antepuso, como en toda la semana, una pizca de autoconciencia que fue la que le hizo ganar hoy: el saber que según la tabla es un equipo que está peleando la baja. Y los equipos que están en esa situación deben, por sobre todas las cosas, ganar los partidos en casa.
Cuestión de timing
Es posible que el principal factor que haya hecho ganar hoy al cuadro íntimo sea el tempranero gol de Fernández. Cuando se juegan partidos cargados como este, llenos de presión, morigerar esta con el marcador a favor es fundamental. La forma tuvo que ver también: pelotazo largo, inteligente aquitetada de Aguirre y toque de Fernández ante la estupefacción de Muro.
Avasallar nunca, rendirse jamás
Pero contrariamente de lo que podría haberse supuesto, ni antes ni después de ese gol Alianza se volcó cual avalancha sobre el arco galvista. Más se basó en el trabajo de primera línea, donde el impredecible Ciurlizza -la hace bien en las jugadas que quiere- y el esforzado Fernández -quien cumple siempre- controlaron bien a Cruzado y Yotún. 
Un duelo interesante y parejo estuvo en el carril donde se cruzaron Corzo y el bullidor Jersson Vásquez, por donde se construyeron varias situaciones para ambos equipos.
Problemas de conexión
Gálvez acusó la falta de Meza Cuadra, suspendido por acumulación de amarillas. El 'Torito' enlaza el juego de la volante con el ataque y, sin él, hoy los pelotazos hacia adelante fueron una constante como libreto ofensivo en los de 'Rafo' Castillo. Para colmo, Estigarribia sigue siendo una sombra del delantero temible de sus épocas de Áncash. Pero el cuadro chimbotano sí recobró, en cambio, mucho peso y presencia ofensivos con el regreso de Claudio Velázquez, quien rubricó sus inquietantes incursiones con un golazo que puso el 2-1 y los temores en Matute.
Esas movidas...
Para entonces, ya Alianza había vuelto a pegar oportunamente, en el arranque del complemento, con un zurdazo de Aguirre que le ganó la cobertura a Chacón. Pero también se había empezado a equivocar en los cambios: entró Sánchez, que le dio explosión al medio, pero por Ricardo Páez, a quien su padre retira del campo cuando mejor está jugando y lo deja cuando no aparece. El técnico sabrá por qué lo hace, pero hoy Páez Jr., sin lucir nada extraordinario, estaba generando más fútbol que el propio Montaño. Luego entró Hidalgo, falto de fútbol y por un Aguirre que aportaba mucho más riesgos que un Gonzales Vigil errático.
Esos horrores...
El 'Lobo', precisamente, se había perdido el tercero estando solo ante Muro tras ingresar por el lado derecho de la zaga galvista -que dio demasiadas facilidades en el uno contra uno, lo cual no es novedad-. 
No se podría determinar si ese gol fallado fue tanto o más horrendo que el que erró Cruzado en el arco íntimo, cuando quedó solo tras pase de Estigarribia. Ambos patearon en primera y la mandaron lejos de los arcos.
Suspiros y alivios
Gálvez mejoró mucho en mediocampo en el complemento con los ingresos de la 'Nona' Muñoz -reapareció tras una larga lesión- y el 'Chifle' Martínez. Con más orden, fue progresivamente empujando a Alianza hacia su arco y en la jugada final pudo llevarse el empate. Subió al cabezazo el arquero Muro, quien inusualmente había tenido una buena tarde, y se arrojó en una palomita que habría tenido destino de gol si no se hubiera interpuesto el muslo del 'Salvaje' Martínez. 
En la jugada anterior, Libman se había ganado el rótulo de figura con un atajadón a dos manos ante un cabezazo de Estigarribia.
Balance de una tarde de fútbol
Alianza ganó y sumó para estirar a cinco la ventaja sobre Aurich. Sus hinchas pagaron poco, llenaron Matute y le dieron colorido a la fecha. Sus dirigentes dejaron, aunque sea por pantomima, las mezquindades y ganaron más taquilla que la que habrían obtenido con menos gente. Gálvez hizo un buen partido y sugirió que con el equipo completo podría seguir en la pelea por la Sudamericana. El partido no fue bueno, pero dejó secuelas de una gran tarde de fútbol.
Fotos: Andrés Durand / DeChalaca.com
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