Foto: Ciro MadueñoLas actuaciones de los árbitros en esta fecha 12 fueron dispares. Algunos transitaron un camino tranquilo, mientras que otros, al parecer, se decidieron por tomar la ruta más complicada.

Georges Buckley (15) / Sporting Cristal 1 - CNI 1 / 1 TA

Si de tranquilidad queremos hablar en el fútbol, el arbitraje que se vio en el estadio San Martín de Porres es claro ejemplo de ello. Tan solo una amarilla debió mostrar Buckley, a Wilmer Carrillo, en el segundo tiempo, poniéndole punto y final a una buena actuación.

Albert Caballero (14) / Unión Comercio 1 - Melgar 2 / 4 TA

El encuentro disputado en Moyobamba estuvo más caliente fuera que dentro de la cancha. Por ello, el arbitraje de Caballero no tuvo mayores problema y solo debió meterse la mano al bolsillo en cuatro oportunidades para amonestar jugadores.

Alberto Lozano (13) / Cobresol 1 - César Vallejo 2 / 4 TA

Una labor arbitral que transitó entre lo regular y lo aceptable -depende ya del criterio de cada uno-. Solo cuatro amonestaciones en un partido que no mereció más por las jugadas fuertes que se dieron, pero la forma en que Lozano dejó que le reclamaran y -más que nada- por como manejó la fluidez del juego, resultó en una actuación que dejó margen para las críticas.

Víctor Hugo Carrillo (13) / Alianza Lima 2 - León 1 / 7 TA

En un partido que se desarrolló tal como se esperaba -muy friccionado-, Carrillo tuvo una aceptable, para algunos, y mala labor, para otros. Su mayor error resultó el penal cobrado y luego convertido por Carlos Zegarra, donde Christian Ramos interceptó un balón -mandándolo al corner- ante la arremetida de Jair Céspedes en el área de su equipo. Simple y llanamente el árbitro erró en su apreciación, porque el defensor aliancista tocó el esférico antes de chocar inevitablemente con Céspedes. No era penal y punto. Luego de ello, el partido lo sacó adelante con pocos problemas, pero en los últimos minutos hubo dos acciones calcadas donde decidió diferente, por lo que quedó una sensación de duda sobre su criterio. Todo empezó cuando Juan Jayo trabó una acción con Guillermo Salas, pero en su ímpetu por recuperar el balón, golpeó con el codo al defensor huanuqueño. Carrillo observó que no hubo intención, por lo que decidió sacarle solo la amarilla al volante aliancista, decisión que quien escribe comparte. Pero unos instantes después, Salas hizo lo mismo con otro jugador aliancista, pero en esa acción el réferi acuso que no hubo nada que sancionar. La jugada no pasó a mayores, quizás influenciada por el resultado, pero no quedó claro como en una jugada si vio el codo y en la otra no.

Finalmente, y muy aparte de lo futbolístico, se supone que las ternas están para cuidar la integridad de los futbolistas, y que para ello tienen a su disposición ciertos procedimientos que aplicar cuando asi lo consideren necesario. Por lo cual, resulta extraño como en ningún momento hicieron notar al comisario del partido la cantidad de rayos láser provenientes de la tribuna sur que buscaron impedir la correcta y limpia ejecución de la pena máxima cobrada en el primer tiempo. ¿Van a esperar a que algún futbolista sea afectado gravemente para intervenir?, porque si no es eso, entonces solo queda pensar que no se dieron cuenta de ese hecho, aunque por la cantidad de luces vista resulta difícil de creer.

Víctor Hugo Rivera (13) / Cienciano 2 - Juan Aurich 1 / 8 TA

Partido duro y trabado el que se disputó en Cusco, por lo cual a Rivera no le quedaron muchas opciones al momento de sacar tarjetas, aunque quedó la fuerte sensación que se despertó con ganas de manejar el partido. Fuera de ello, lo que más se le puede machacar al juez principal es la cantidad de tiempo perdido en el segundo tiempo, cuando se armó un gran alboroto dentro del campo tras la jugada en la cual Luis Guadalupe trabó a Sergio Ibarra. ¿Qué tanto podía hacer Rivera para mantener a raya los airados y desubicados reclamos de Trobbiani y descendencia? En opinión de quien escribe, muy poco. Pero lo sucedido al momento de atravesar el campo para irse a los vestuarios debió merecer alguna sanción del réferi arequipeño, quien más bien optó por convertirse en simple espectador hasta que todo se calmó para reanudar el juego.

Miguel Santiváñez (10) / Alianza Atlético 1 - San Martín 2 / 4 TA - 2 TR

Iba siendo un encuentro tranquilo hasta que llegó el minuto 54, cuando Santiváñez interpretó una obstrucción de Christian Cueva como una agresión. Hasta donde se sabe, en el fútbol un choque de cuerpo contra cuerpo -léase, la zona del torso- es amonestable con tarjeta amarilla por provocar el corte del juego cuando se da de forma premeditada. Esto es algo empleado regularmente por los jugadores en cualquier campo de fútbol, pero lo que vio al árbitro solo él lo sabe. Por lo visto en la transmisión, no cabe duda que esta vez se equivocó.

Henry Gambetta (07) / Universitario 0 - Inti Gas 0 / 7 TA - 1 TR

El puntaje más bajo de la fecha se obtuvo en Ayacucho, donde la terna dirigida por Gambetta tuvo dos graves fallos al momento de decidir. Primero, en una jugada donde Andy Polo -delantero de Universitario- estaba habilitado, pero la acción fue anulada por fuera de juego. En este caso, el juez principal fue presa de la decisión del segundo juez de línea, quien no acertó en la ubicación de Polo al momento de partir el pase. El segundo error se dio en la jugada en que el colombiano José Luis Cuero resultó amonestado por segunda ocasión y, por ende, vio la cartulina roja. La falta de apreciación del árbitro en esta acción es llamativa, porque el defensor de Inti Gas llegó a jugar el balón antes que Piero Alva lo hiciera, y más bien fue el jugador de Universitario el que acabó golpeando la base del pie de defensor. Como para rematar su mal criterio, poco después decidió sacarle una amarilla a John Galliquio en una jugada donde el crema se apoyó sobre la espalda de un atacante local, en su intento por despejar el balón. Falta si, pero ¿amarilla? Muy discutible.

Foto: Ciro Madueño

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