Minuto 27: Pelada verdad
El de1998 fue uno de aquellos mundiales donde la historia se acaba escribiendo como mejor no habría podido imaginarlo la FIFA. Por un lado, llegó a la final el anfitrión, Francia, que cargaba la deuda futbolística de haber estado ausente en los dos mundiales anteriores y ofrecía a su mejor generación desde los tiempos de Michel Platiní. Por el otro, estaba el campéon vigente, Brasil, que cargaba a su vez con una gran presión: tenía en la plantilla a Ronaldo, uno de los mejores delanteros del mundo, junto a las mejores versiones de Rivaldo y Roberto Carlos. A ellos se unían algunos jugadores en la cuesta abajo como Bebeto y Dunga.
Francia apretó el acelerador de entrada, demostrando que estaba decidida a quedarse con su Mundial. Dirigida por Aimeé Jacquet, tenía como jugador símbolo a Zinedine Zidane, por entonces inmensa figura de la Juventus y quien ya había destacado en el torneo, pero que tenía una deuda especialmente pendiente: no había anotado un solo tanto en el Mundial, por lo que podía dudarse de su elección como máxima figura.
Minuto 27
El encuentro se preveía como una dura batalla entre el rigor galo y la anarquía brasileña. Nada de eso, sin embargo, ocurrió. El 12 de julio de 1998, en el estadio Saint.Denis, ante unas 75 mil personas, lo que se vio fue a un equipo abismalmente superior al otro.
Como era de esperarse, los primeros pasos del encuentro correspondían a los ataques de los brasileños, que fueron bien opacados por la zaga gala, donde Frank Leboeuf no hacía extrañar al capitán Laurent Blanc. Mientras pasaban los minutos, los franceses recuperaron el balón y poco a poco fueron monopolizando el juego, que acabó enteramente dirigido hacia el arco defendido por Claudio Taffarel.
A los 27', Francia tuvo un tiro de esquina a favor. Un perfecto centro de Emmanuel Petit fue aprovechado por Zidane, quien dando dos pasos le ganó el vivo a Leonardo y con un soberbio testarazo de un lado hacia otro venció a Taffarel. Todo lo demás fue de les bleus: otro gran tanto de cabeza por parte de Zidane y uno de Petit en el estribo sellaron un 3-0 memorable para el fútbol galo.
Así, el siglo en el fútbol se cerraba al son de la Marsellesa. Un justo campeón con una gran figura que, desde entonces, no requirió mayor presentación y ocho años después, se las ingenió para volver a brillar de modo rutilante en Alemania y despedirse a lo grande.
Foto: la-redó.net
escrito por Julio Cesar , May 15, 2010