La Bolsa o la vida
Bobadilla prefirió la primera y terminó por "matar" a sus juveniles. En un encuentro sin complicaciones, San Martín superó cómodamente por 2-0 a un Melgar repleto de promovidos. El paraguayo Ovelar y Pedro García fueron los verdugos del cuadro arequipeño, que apostó por empatar el partido y sumar en la Bolsa de Minutos a la vez, y murió en el intento.
¿Cuántos goles le lleva marcados Pedro García a Melgar?
Fotos: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
Melgar apenas tenía acumulados 230 minutos hoy hasta antes de que Fernando Legario pite el inicio del partido en el San Martín. Gustavo Bobadilla lo sabía y quiso matar dos pájaros de un tiro: conseguir la mayor cantidad de minutos Sub-20 para el acumulado y rescatar un punto o incluso tentar una heroica victoria con el contragolpe como estandarte.
La primera sí, la segunda ni por asomo. Pero el ex golero guaraní no previó una tercera consecuencia: Tomás Zambrano, Bryan Farfán (estos dos debutantes absolutos), Gerson Valencia, Luiggi Luchini y Giovanni Valdivia nunca imaginaron que en algunos de sus primeros pasajes en la máxima categoría serían peloteados a placer por un rival inmensamente superior.
A LA GUERRA CON UN TENEDOR
Es cierto, la visita mantenía la estructura de fechas atrás. Salvo las inclusiones de Ramos, Prado y Yánez, el resto venía siendo habitualmente titular. No obstante, había una curiosa línea en el esquema dominó: la ofensiva. Los chicos Valencia y Zambrano debían batirse ante las envergaduras de Bianchi y Atilio Muente. En ese contexto no era muy difícil presagiar una amplia ventaja para el local.
También es cierto que la San Martín presentaba caras nuevas: Saco Vértiz con oportunidades y sin aprovecharlas y Cueva, quien bien acompañado del argentino Díaz y cubierto por la volante de contención, tuvo la tranquilad necesaria para hilvanar jugadas y ganar protagonismo en el medio. Un claro ejemplo de ello ocurrió a los 18’: el pequeño volante recibió un pase por la izquierda y casi cayéndose centró de zurda. 
La pelota le cayó a Roberto Coaguila en el muslo y el réferi, erradamente, cobró penal. La justicia divina se encargó de que ‘Pepe’ Díaz lo fallara un minuto después.
Ni siquiera el envión anímico que significa evitar un gol de pena máxima sirvió para que el ‘León del Sur’ generara peligro en el arco de Ricardo Farro, quien había ingresado por el lesionado Butrón. De ahí en más, los albos mostraron su pereza elaborativa y apelaron al pelotazo. Una chalaca de Pedro García, la expulsión del melgariano Pereyra y un cabezazo de Díaz que no entró por poquito fueron lo más saltante de los minutos restantes.
GAME OVE… LAR
En Melgar ya habían entrado los inexpertos Bryan Farfán y Giovanni Valdivia. El ‘Dominó’ había dispuesto ya lo restante de su camada y ahora era casi un Melgarcito. Fue entonces que Rivera desenvainó su arma más letal frente a estos rivales ansiosos de unidades en la Bolsa: Roberto Ovelar, verdugo de los canteranos del Atlético Minero hace unos días.
Con el ex Cerro Porteño en el campo, el juego se acabó para su compatriota Bobadilla. Durante los instantes iniciales ya demostraba su ventaja física y técnica sobre sus pequeños adversarios. 
Ya sobre los 73’ llegaría su sutil definición para romper la igualdad. Pase largo hacia la izquierda y Christian Cueva que la deja pasar para que Ovelar la introduzca a placer.
Era el momento justo para que Manuel Barreto tuviera actividad y por eso Rivera ordenó su ingreso. Poco más que comentar que el gol de Pedro García, un habituado a marcarles a los rojinegros, y la expulsión de Bianchi. Escaso lo de Melgar, aceptable lo del ‘Santo’.
En el banco mistiano queda la reparadora sensación de remontar de manera importante en la Bolsa, aunque de por medio esté la frustración de sus vapuleados Sub-20. Al fin y al cabo, Gustavo Bobadilla, nunca tan maquiavélico, asegura que el fin justifica los medios.
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