Minuto 42: ¡Vergogna!
Pak Doo Ik. No Park, como el 'Mambo' surcoreano que todos idolatramos por estos lares, sino Pak. El apellido de un norcoreano nacido hace ya 68 años que hoy, en algún rincón de Pyonyang, vive su vejez en torno de un país aislado al mundo por su duro régimen pero que se apresta a volver a un Mundial de fútbol tras 11 ediciones de ausencia. Y lo hace para reivindicar una vieja historia.
Porque sí, Corea del Norte tiene pasado mundialista, y vaya cuál. Fue la protagonista de uno de los biggest upsets de la historia de la Copa, solo comparable con aquel de Estados Unidos sobre Inglaterra en el debut de esta en el certamen en 1950. Por eso, si usted parla italiano, nunca pronuncie Pak Doo Ik: en ese idioma es una mala palabra.
Minuto 42
Ayresome Park, antigua cancha del Middlesbrough (hoy demolida), atardecer del 19 de julio de 1966. Con camiseta azzurra y pantalón negro, Italia salía a cumplir un partido de trámite por la última jornada del Grupo D del Mundial de Inglaterra 1966. Aun empatando con la modesta Corea del Norte, el equipo de Edmondo Fabbri estaría clasificado a cuartos de final para hacer frente al Portugal de Eusebio. Era un equipazo: Giacinto Facchetti, Sandro Mazzola y el goleador Gianni Rivera se contaban entre las figuras de un equipo basado en el Inter triunfador de la Copa de Campeones de Europa de la mano de Helenio Herrera.
Al frente, un equipo amateur, que entusiastamente le había arrancado un empate a Chile y que tenía una de esas opciones matemáticas que a veces abundan en los Mundiales: ganando estaría clasificada. Ridicolo, se habría respondido en italiano o en cualquier idioma.
Pero Pak Do Ik no tenía por qué saber de matemáticas o demasiadas ciencias. Contrariamente de lo que se ha creído por años, no fue odontólogo de profesión, sino un cabo de ejército que a los 42 minutos se ganó, además de un lugar en la historia, su ascenso a sargento. Estaba él al borde del área italiana cuando recibió un cabezazo de uno de sus compañeros -cuya identidad el video no permite distinguir- que, largo y caprichoso, dio un bote fatal para la zaga italiana. Le quedó servidito, picando ante la puerta, y a la carrera y con decisión fusiló a Enrico Albertosi. Se cayó entonces la estantería, como habría dicho El Veco: Corea del Norte le estaba ganando a Italia.
Y le terminaría ganando. Y los diarios italianos al día siguiente traerían consigo titulares para la historia: "Il azzurri affogano nel ridicolo" (los azzurri se ahogaron en el ridículo); "Piu comico che tragico: Italia Eliminata" (más cómico que trágico: Italia eliminada); "Il nostro calcio a morto" (nuestro fútbol ha muerto); colección que podría resumirse bajo el rótulo que más predominó: "Vergogna" (vergüenza). Y por ello los jugadores italianos fueron recibidos a tomatazos limpios en el aeropuerto de Génova, y los jugadores Barison, Janich y Perani jamás volvieron a jugar en una selección azzurra. Y por ello Pak Do Ik pasaría a la historia erradamente como odontólogo -cuando luego de la vida militar se dedicó al trabajo en imprenta- porque ese fue el apodo que le impuso la prensa italiana por el terrible dolor al que había sometido a su país. Y por historias como esta el fútbol, impredecible, pasional, se ha convertido en el deporte más hermoso del mundo.
Foto: clarin.com
escrito por Julio Cesar , May 01, 2010