Los astros así lo decidieron
Apelando a sus raíces futbolísticas, Italia derrotó con facilidad a Francia por 2-0 y se clasificó para enfrentar a España en cuartos de final. Los galos pagaron carísimo los errores de su astrológico seleccionador Raymond Domenech, tanto en la confección del equipo como durante el partido, y ofrecieron una actuación de las más lamentables que se recuerde de una selección bleu.
Fotos: EMPICS
Jean-Pierre Papin fue uno de los delanteros franceses más extraordinarios de la historia. Entre 1986 y 1995 vistió 54 veces la camiseta bleu y anotó con ella 30 goles. Además, ganó el Balón de Oro en 1991, fue goleador de la Ligue 1 francesa cinco veces, ganó el título de esta otras cuaatro, fue dos veces campeón de la Serie A italiana y se alzó con una Champions League y la Copa UEFA, entre otros méritos en su largo currículo.
Papin, un francés que supo triunfar en Italia, no habría jugado el partido de hoy de tener unos 15 años menos a pesar de todo su palmarés. ¿La razón? Nació el 5 de noviembre de 1963, y por tanto estaría vetado de la selección por ser del signo zodiacal escorpio. Que según el técnico Raymond Domenech, tiene tendencia a promover actitudes demenciales en el campo de juego. Extiende su veto a jugadores nacidos en todo octubre y noviembre, y por eso David Trézeguét, (34 goles en 71 partidos con Francia y también triunfante en Italia) no tiene lugar en un equipo al que, entre demasiadas cosas, le falta gol.
Vale la pena preguntarse quién es el demente.
PUDO SER DE ESCÁNDALO
En Zürich, casa de la FIFA, el campeón y el subcampeón mundial vigente se vieron las caras. Y el partido se asemejó a un encuentro desigual de Mundialito del Porvenir. En el que un equipo se hizo extremadamente superior al otro con argumentos simplísimos -pelotazos al centro del área desde el mismo centro del campo- y se aprovechó de lo endeble de un rival descabezado, sin imaginación y que apeló a esperar sentado alguna genialidad del apagado Thierry Henry para tocar la puerta de Buffon.
Si Luca Toni hubiera estado acertado en las casi cinco ocasiones de que dispuso ante Coupet, posiblemente el último cotejo del Grupo C habría acabado con un marcador escandaloso. Perrotta, De Rossi y Pirlo se cansaron de enviar pelotas al ariete del Bayern Munich, en una suerte de monólogo que solo se rompió con el absurdo penal cometido por Abidal al enganchar por detrás a Toni. Todo llegó junto: la expulsión del improvisado central, la magnífica ejecución de Pirlo y el retiro del campo de Nasri -que acababa de ingresar por el lesionado Ribéry- para dar paso a Boumsong. No hubo mejor solución táctica en la cabeza de Domenech.
Ya la salida forzada de Ribéry había reducido al mínimo la imaginación de Francia, por lo que a los 25' el partido parecía definido con el 1-0. Jamás hubo una articulación de juego gala que aprovechara la tendencia a proyectarse de Pannucci y Chiellini, habituales laterales que Donadoni envió hoy como centrales. Incluso en el segundo tiempo, cuando el golpe del jugador menos ya había sido aquilatado, los galos no mostraron más que el empeño de Toulalan por asentarse como titular. Govou corrió y punto, Benzema estuvo demasiado impreciso en las definiciones; la decepción más grande de la Euro se había cocinado principalmente según la receta de un entrenador al que la magia de Zidane ya había salvado la cabeza en 2006 pero que esta vez va preso sin dilaciones.
QUÉ TIENE ITALIA
Por números y camiseta, siempre será candidato. Y aunque su juego en la primera fase no haya sido una maravilla, incluido el propio cotejo de hoy, basta recordar cómo sorteó su grupo en Alemania 2006 para tomarlo en serio de cara a su choque con la encumbrada España en cuartos de final.
Está dicho que ante Francia el libreto fue parejo: buen trabajo de la volante central, recia como siempre pero especialmente proactiva en enviar balonazos largos que pudieran causar daño al timorato rival. Con el hombre de más, manejó bien los tiempos, desesperó a Francia y lo
mató con un potentísimo disparo de De Rossi -quien esta vez jugó fútbol
más que destruirlo- a la salida de un tiro libre, con complicidad de
Henry para desviar con la puntita el balón y descolocar a Coupet.
Al menos, esta vez Italia tuvo la fortuna de que ningún error arbitral se haya entrometido en su camino -el eslovaco Michel estuvo impecable- y resolvió un clásico de toda la vida aplicando su escuela más genuina: la del fútbol rácano pero efectivo, poco lucido pero de golpes mortales para el rival en los momentos justos. Con esas credenciales, y considerando que hoy la carta distinta llamada Del Piero quedó en el banco, puede que el camino que le quede por recorrer en esta Euro sea todavía largo.
En tienda gala, se habla de Didier Deschamps como posible sucesor de Domenech. El currículo de este bien podría aplicar por ahora, por qué no, a la Videna. Quién sabe si Burga no es escorpio y por allí se anima a tomar sus servicios.
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