No todo es ambición
Una Italia obligada salió, como en muy pocas ocasiones en su historia, a buscar el partido desde el primer minuto. Aunque en el trámite, Rumania no fue el rival más sencillo. Inclusive fue Adrian Mutu quien abrió el marcador, y luego erró un penal que pudo romper el 1-1. La intensidad del encuentro no dio respiro alguno y dejó complicados a los azzurri de cara a la segunda fase.
¿Qué habría conseguido Christian Pannucci de meter su gol un día antes?
Fotos: EMPICS
Aunque a muchos les duela, en el fútbol pueden merecerse muchas cosas, pero no por eso deja de ser un juego. Por ello, solo la contundencia garantiza los resultados.
Es probable también que este haya sido el seleccionado italiano más incisivo de los últimos años. Valiente, testarudo y con un corazón enorme para superar errores e ir al frente. Que quizá también con un mejor arbitraje -existió una conquista mal anulada a Luca Toni en el primer tiempo por el juez noruego Tom Henning- habría alimentado ese vértigo y ahora se hablaría de tres unidades ganadas y no solo de una.
Por otro lado, la resistencia siempre estuvo presente y pudo ser letal. Rumania no está de paso por la Euro: hoy se animó a más que en su debut ante Francia e hizo daño con remates de larga distancia, con la claridad de Mutu y con la pelea que solo los grandes conjuntos saben dar.
AVANTI ITALIA
Los cambios efectuados por Roberto Donadoni respecto a la derrota sufrida contra Holanda llegaron en reflexión a lo bueno que mostraron los italianos cuando se dedicaron a atacar -ya con el marcador en contra- en ese partido.
De Rossi, en esta oportunidad, se comió el mediocampo. Grosso, con fe notable, se hizo de la banda izquierda, y Del Piero y Perrotta se complementaron bien con el resto del ataque. Esto hizo que Italia dominara los primeros minutos, fuera claro y solo esperara la caída del gol.
Pero sobre los 15’ llegaría la primera alerta cuando Adrian Mutu ganó la espalda de Panucci y quedó solo frente a Buffon, quien con gran respuesta salvó por primera vez su portería. En esa circunstancia, el delantero de la Fiorentina cerró la idea que aun con la superioridad italiana, Rumania tendría con qué responder.
PALMO A PALMO
Cuando lo lógico era que el gol cayera de maduro, eso sucedió, mas no en el arco muy resguardado por Lobont. La alerta que cayó con menos intensidad en valla italiana tuvo luz roja en un grosero error de Zambrotta y la veloz lectura de Mutu, quien añadió el balón a las redes e incitó agonía para Donadoni. Sin embargo el ligero alivio llegó rápido, solo un minuto después, cuando Panucci aprovechó una descoordinación en la zaga rumana para decretar el 1-1 tras pivoteo de Chiellini.
Solo así ambas escuadras hicieron diferencia, a pesar que la voluntad de los azzurri tenía otras intenciones. El ingreso de Antonio Cassano dio rebeldía no solo por su apodo, pues con Del Piero agotado y un Andrea Pirlo no muy inspirado, al 'Bambino Rebelde' el disfraz de creador de juego le calzó perfecto. El equipo ganó mucha más fuerza anímica tras el penal atajado por Buffon cerca del final.
De todos modos, aunque Luca Toni se mostró incansable en el área, a Italia le están faltando ideas - clasifique o no- si desea practicar el buen fútbol, y aun cuando lo suyo es el catenaccio. La despedida a la nazionale de Francesco Totti -calidad de jugador muy complicada de reemplazar- se siente en ese espacio: el del toque distinto para que el '9' -Toni en este caso- trabaje menos y solo se dedique al gol. Hoy los italianos, lejos de sus propias características, extrañan eso, y por ende ya no dependen solo del resultado propio para alcanzar la siguiente ronda en la última jornada de la fase de grupos.
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