Una luz entre los nubarrones
La neblina que dominó la noche de Tacna cubrió todo menos el amarillo intenso de la camiseta alterna de Sporting Cristal. Con ella, el cuadro rimense consiguió su primera victoria bajo la batuta de Juan Carlos Oblitas al derrotar 0-1 a Bolognesi con gol del uruguayo Gabriel García, y salió así de la cola del Clausura.
El uso del color amarillo como uniforme alterno es uno de los temas que mayor resistencia genera entre los hinchas de Sporting Cristal. En más de un foro del Extremo Celeste es posible encontrar críticas y reclamos a una camiseta que alcanzó su pico de fosforecencia este 2007, tras haber sido insertada a inicios de década como un elemento de marketing para la marca matriz del equipo -recuérdese que durante los noventa Cristal alternó vestimentas blancas y azules oscuras como secundarias a la tradicional celeste-.
Los
defensores del amarillo en La
Florida dicen que ese color sirvió para obtener resultados
importantes de visita, sobre todo en altura o en el estadio de Matute. En los
últimos meses, sin embargo, el mito se volvió gaseoso: Cristal debió esperar
hasta fines de agosto para celebrar su primera victoria con uniforme amarillo
en la temporada 2007, durante la cual lo ha utilizado más veces que nunca
antes. De hecho, el último triunfo con ese color lo había alcanzado en
noviembre del año pasado, en la fecha 18 del Clausura 2006 contra Sport Boys en
el Callao.
Esa racha negativa y otras, como no haber podido ganar con Juan Carlos Oblitas en el banco, terminarían una noche en el Jorge Basadre tacneño bajo una lluvia incesante que no amilanó a ambos conjuntos para buscar el gol. Los rimenses, sin jugar un partido extraordinario, inclinaron la balanza a su favor con un argumento simple: peso ofensivo. El Ciego entendió al partido como uno en el que los tres puntos debían llegar por las buenas o las malas y lanzó al campo un tridente creativo con Lobatón, Palacios y Chará; en cambio, el Cabezón Reynoso no entendió al partido como uno en el que debía resarcir la mezquindad defensiva que el último jueves lo había eliminado de la Copa Sudamericana, y mantuvo a su equipo a la espera de una iluminación de Cominges como llanero solitario de cara al gol.
Si bien la
irresponsabilidad de Lobatón tras hacerse expulsar por una innecesaria doble
amonestación pudo complicar a Cristal, ni Ross ni el mexicano Marín causaron
problemas a la zaga rimense con sus ingresos para la segunda fracción. Bolo ya
estaba condicionado por un gol del Gabo García, que se reencontró con las redes
tras ser asistido por un buen pivoteo de Orejuela, y se perjudicó aún más luego
de que el juez Caballero expulsara a Álvarez por un patadón artero.
Curiosamente, el réferi había cometido uno de sus varios gruesos errores en el
encuentro minutos antes cuando el mismo zaguero rojo había sido jaloneado de la
camiseta por García sin que este fuera amonestado por segunda vez ni -por ende-
expulsado.
Tacna, la ciudad en la que se dice que Cristal tiene más hinchas que en cualquiera otra del Perú fuera de Lima, vio a Oblitas festejar su primer triunfo en su cuarta etapa al frente del club cervecero. No obstante, para sacudirse del fantasma de la baja aún se requiere más fútbol. Con un Palacios lejos de sus mejores tiempos, el buen ritmo mostrado en el Basadre por el colombiano Chará, la figura del campo, enciende alguna luz de optimismo en tienda rimense. Y aunque el Ciego cumplió parcialmente su amenaza de emplear juveniles -contra Bolo ingresaron Marcos Delgado y Janio Posito-, también sabe que requiere cuotas de experiencia. ¿La aportará el lateral uruguayo Martín Martusciello, procedente del Miramar Misiones de su país? ¿Logrará el fichaje del argentino Gastón Esmerado? Con un triunfo a cuestas, la semana al menos ofrece más calma para meditarlo.
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