Foto: Andrés Durand / DeChalaca.comEntendiendo lo que no le funcionó a Alianza en Matute y lo que podría funcionarle en el Monumental.

 

Como todo clásico con derrota, el martes le dejó a Alianza un saldo de crítica, aunque sobre todo hacia adentro. La gran actuación de Fernández no puede opacar que los íntimos, valga la redundancia, ofrecieron una opaca actuación derivada de dos aspectos tácticos que no funcionaron.

La línea de Costas. La ubicación de Juan Diego Gonzales Vigil como volante de marca -probada el sábado previo ante Vallejo- ha sido interpretada por muchos como un desacierto. Pero habría que detenerse a entender la real intención de Costas.

Con el paraguayo González jugando como volante por izquierda en el rombo que funcionaba con Jayo como eje, Alianza había ganado un interesante ida y vuelta en las fechas previas que no era despreciable sacrificar. Por otro lado, trascendió en la previa que la 'U' jugaría, como lo hizo, con tres hombres al medio, por lo que la visible apuesta de Costas fue copar el mediocampo con toda la capacidad de trajín -subir y bajar- posible. Así, su cuadrado, hasta el gol de Alva, funcionó operativamente como una línea: Sánchez, Gonzales Vigil, González y Quinteros, de derecha a izquierda. Y el tanto llega cuando la línea, luego de 10 minutos iniciales de desconcierto, mejor comenzaba a funcionar.

Luego del gol crema, el reacomodo del mediocampo íntimo pasó por tirar a Sánchez de punta neto, subir a Gonzales Vigil como organizador junto a Montaño -quien corrió de derecha a izquierda- y retroceder a Quinteros a primera línea junto con González. Fue ese, y no el -desordenadísimo- acoso de los instantes finales el mejor momento de Alianza en el partido: el último tramo del primer tiempo, cuando realmente superó a Universitario por los lados y, como casi nunca en el resto del juego, dominó los costados del campo y sacó centros peligrosos. Lo del complemento, ya con Juan Diego de punta neto y luego del empujón inicial de la 'U' -muy bien calculado por Reynoso-, fue muy caótico y se refleja en el hecho de que Sánchez, que no tiene ningún antecedente defensivo, lució mucho más recuperando algunos balones que yendo a encarar.

Por ello, quizá más pecado para Alianza que haber colocado a Gonzales Vigil en posición atípica es, una vez habiendo apostado por ello, haber movido tanto el libreto que los jugadores íntimos acabaron enredándose ellos mismos, mientras la 'U' hacía un partido basado en lanzamientos largos para explotar las velocidades de Alva y Cerda en carrera. Y, por eso, la idea de coparles el mediocampo a los cremas nunca funcionó.

La ubicación de Montaño. El colombiano arrancó casi de delantero por derecha, apenas unos tres metros por detrás de la línea imaginaria que formaría con Aguirre. No era, tampoco, una apuesta absurda: lo que visiblemente Costas quería hacer era anticiparse a un posible marcaje intenso sobre el '20', como se había especulado hasta el hartazgo en la previa. Por eso lo tira al extremo, de modo de arrimar esa marca lo más posible hacia el campo de Universitario, trabar así la salida de los merengues y cumplir con la premisa descrita de copar el mediocampo.

Sin embargo, la intensa marca a Montaño nunca fue tal, al menos más allá del convencional acoso en zona que se haría a cualquier hombre que fuera por ese sector. Reynoso leyó la intención rápidamente y no lo persiguió mucho, porque estando tan pegado a la raya no le podría hacer daño. Así, el conductor aliancista cayó en su propio enredo, y hasta en tres oportunidades tuvo arrebatos preciosistas con tacos innecesarios que parecían sugerir que estaba buscando a gritos que le cometieran faltas para generar jugadas a balón parado. Luego se corrió a la izquierda para juntarse con Aguirre, pero Revoredo se las arregló muy bien. Y para el tramo final, el de la desesperación, regresó completamente a la derecha -pegado a la banca de suplentes aliancista- para generar desde allí los ataques que acababan en centros al ollazo. Por supuesto, en ese momento a Montaño ya no lo marcaba nadie: la acertada idea de la 'U' fue esperar en el fondo y cerrarle, solo entonces, el partido a Alianza.

Por ello, no puede decirse que la 'U' anuló a Montaño; no necesitó hacerlo, porque él solo restringió sus posibilidades de hacer más daño al pegarse tanto a las bandas -la única que hizo al medio, la del remate desde el borde del área y el posterior vuelo felino de Fernández, fue la jugada de gol más peligrosa que tuvo Alianza en el partido-.

La vuelta al rombo

Con Jayo muy posiblemente de vuelta al equipo titular, Alianza debería retornar al rombo en el Monumental. Se dice también que Ovelar irá de acompañante de Aguirre, que necesita a lo mejor uno que le marque el paso al medio y le jale marcas como hacía -más en función de típico '9'- el lesionado Velázquez.

Alianza, pues, jugará seguramente el domingo a lo que sabe y a lo que le ha funcionado. Será el turno de que sorprenda, más bien, Universitario, que con certeza no replicará el atrevido 4-3-3 que Reynoso planteó con tanto riesgo como éxito en Matute. Ahora será la 'U', con seguridad, la que plantee el partido en el mediocampo; la que guerree allí la parte fuerte del trámite. Si, dado ese caso, Alianza sabe salir por las bandas y causarle peligro -posiblemente a una defensa ya no de cuatro, sino de tres hombres- como lo hizo en Matute con Corzo, lo más peligroso que tuvo, vía desbordes, puede comenzar a ganarle el partido táctico desde temprano. Que ello se traduzca o no en el score dependerá, como siempre, de que sus hombres de punta acierten al menos tanto como que lo que fallan. O que peguen en los momentos justos como hizo Alva con esa espléndida tijera que puso a la 'U' a ganar en el instante perfecto, clavado (media hora del primer tiempo) para desbaratar una apuesta de pizarrón.

Foto: Andrés Durand / DeChalaca.com

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