Ideas para cambiar la cara

En su edición de este miércoles, El Bocón sorprendió gratamente con una interesante entrevista de fondo a Luis Vargas Horne, ex presidente de la Federación Peruana de Fútbol durante el último proceso mundialista exitoso, el de España 1982.
La reaparición mediática del veterano dirigente es importante no solo por tratarse de uno de los pocos personajes del entorno directivo en el fútbol peruano con credibilidad vigente y cierto prestigio, sino sobre todo por la agudeza de sus observaciones. Acá, algunas citas y comentarios al respecto.
"El Estado, así como tiene derechos, tiene también deberes, y uno de los causantes de la crisis del fútbol peruano es él (...) Se dice que deben alrededor de 70 millones de dólares (sic); yo le digo: "Supongamos que le deben 120". ¿Generados en cuánto? En 7 u 8 años. Durante ese tiempo, ¿cuánto han perdido los clubes por la ineficiencia del Estado?"
CIERTO. Nadie en esta tribuna va a defender las miserias dirigenciales de Alianza Lima o Universitario. Es más, vivimos fustigándolas. Pero es indudable que el Estado tiene un rol hacia el fútbol, como parte de la sociedad, que no cumple en parte. Lo que se genera, entonces, es un incumplimiento mutuo de obligaciones; una especie de consentimiento perverso que Vargas Horne explica bien.
"Cuando (un club en el Perú) saca una camiseta, los ambulantes la venden a la quinta parte del precio. Una camiseta del Barcelona de España vale más de 100 euros, una de Boca en Argentina, 60 dólares. ¿Y cuánto valen la de Alianza, la 'U' o el Boys? No llegan a los 10 dólares. ¿Por qué? Porque no existe protección del Estado para lo que es "su" derecho. Si el patrimonio grande que tienen los clubes es su marca y no la pueden vender, ¿entonces cómo quieren que no evadan impuestos?"
TIENE LÓGICA ECONÓMICA. Nuevamente: pagar impuestos es una obligación y nadie puede eximirse de ello. Pero el razonamiento del ex dirigente es válido. Hay derechos intrínsecos a su actividad que los clubes peruanos no pueden ejercer. Y eso hace que el sistema, como un todo, como un negocio -como el que el fútbol es-, no funcione. Claro, la derivada burda de eso es el no pago; pero la pregunta es qué está haciendo el Estado para ayudar a que esta industria funcione. Nadie pide una ley especial: solamente que las leyes vigentes se cumplan para facilitar que a su vez los clubes puedan cumplir con sus obligaciones. Es hacer que el círculo sea virtuoso y no vicioso, en otras palabras.
"¿Usted sabe quiénes serán los presidentes de cada Departamental en octubre? Yo no, ni Burga tampoco. Ni nadie. No hay forma de saberlo. No es que los tengan "comprados", sino que él sabe cómo funciona el sistema de elección (...) En enero las 14 mil (sic) ligas distritales escogen un presidente, a medidados de febrero las distritales eligen a las provinciales y recién en mayo las provinciales votan por sus departamentales. Entonces, quien quiere ganarle a Burga tiene que asistir a las sesiones provinciales y recomendar a Vargas o a Pérez para que lleve nuestra voz a la provincial".
ALLÍ ESTÁ EL MEOLLO DEL ASUNTO. En que la prensa y la afición viven preguntándose cuándo vamos a ir al Mundial y qué hace (o no hace) Burga para ello, cuando el tema pasa por ver el problema desde la base. Ir a las ligas y entender de una vez por todas que es por allí por donde el cambio debe comenzar: atacando las raíces del problema. Dándoles a las ligas ofertas electorales competitivas (esto, como bien dice Vargas Horne, no es "comprar", sino proponer) y siendo una mejor opción para ellas. Hacer que los enquistados presidentes de las departamentales tengan presión social de sus propias bases; sino aquellos podrán, en su rol de bases de la FPF, hacer y deshacer a su antojo como viene ocurriendo. Y eso es lo que hay que cambiar. ¿Cuándo vamos a entenderlo?
"Si una persona quiere ver el fútbol tiene que sortear un sinnúmero de incomodiades; sin embargo, si se queda en casa, no solo lo ve por televisión "gratis", sino que cuando el técnico da una indicación escucha lo que dice. ¡Meten cámaras al camarín!... Entonces el que no paga lo sabe todo (...) El peruano demuestra que es inteligente cuando no va al estadio (...) ¡En todas partes del mundo no se transmite en directo! (...) En el fútbol hay ciertos axiomas que son falsos, y si son falsos no son axiomas, pues. Gente que dice: "Nooo... Es que el fútbol europeo, el fútbol tiene que ser bonito...". Oiga, uno va a ver cosas bonitas al ballet, al circo, que a un mago no se le escapen los conejos; a la ópera, que no se le escape un gallo al tenor. ¿Pero al fútbol? Importa ganar, señor".
TIENE RAZÓN EN PARTE. La televisión en el Perú, al menos por ahora, no aleja al público del estadio. Es más: los campeonatos que fueron transmitidos por señal abierta mostraron mejores indicadores de interés y asistencia que los de la década actual. Quizá tenga que ver con que el desarrollo del producto fútbol es incipiente y estamos un nivel antes de que la televisión influya directamente sobre las asistencias -los partidos que más televidentes tienen son también los que más gente llevan-. Pero en lo que sí tiene razón sin duda Vargas Horne es en que hay axiomas que se quieren inventar. Al fútbol no debe interesarle, al menos en primer orden, el consumidor que quiere un buen espectáculo: la prioridad del fútbol debe ser captar a esa demanda cautiva, dura, que va a ir a ver los partidos así estos sean buenos o malos. Al hincha enfermo, al fiel. Ese es el primero al que hay que garantizarle una buena oferta: lo demás vendrá por absorción.
"El fútbol nuestro que dicen que es tan malo tiene la más alta sintonía televisiva en nuestro país. Tiene cuatro diarios deportivos, donde la gente se mete la mano al bolsillo para saber cómo fue el pedo de Jayo Legario. Cada noticiario, cada sección deportiva donde el 90 por ciento es de fútbol, o sino te cambian de canal. Que existan "n" programas radiales, tres o cuatro programas diarios de TV y un canal que transmite fútbol local todo día significa que le interesa al peruano, pues. Y si le interesa este producto, ¿entonces cómo puede estar en crisis? ¡Porque está mal vendido, señor!".
ABSOLUTAMENTE CIERTO. El fútbol en el Perú tiene el problema principalísimo de estar mal vendido, mal marketeado. De repartir migajas de lo que podría ser una gran torta. De no dictar medidas tan simples para facilitar su seguimiento como producto tales como que los jugadores tengan una numeración fija a lo largo del campeonato, con los nombres en sus espaldas, o que las programaciones se hagan con más de una semana de antelación para que un hincha pueda saber con exactitud qué presupuesto tendrá que ahorrar en los próximos meses para ir al estadio, como ocurre en cualquier campeonato civilizado. Nuevamente: en el Perú el fútbol no es un problema, el problema es cómo se lo vende.
"Los clubes tampoco ejercen su derecho a través de la FIFA de que la señal internacional no entre. Lo que pasa es que no lo saben. "No señor, el Real Madrid me lo transmiten por repetición la próxima semana, acá me jode el fútbol local". No entra, por ejemplo, la señal del Chelsea hasta que me pague. ¡A Japón sí le pagan, pues! Entonces los contratos de TV se pactan de esa manera".
PARA EXPLORAR EN EL MEDIANO PLAZO. No porque alguien quiera que el fútbol internacional deje de venir en directo -en realidad, siempre son preferibles los mercados de libre competencia que aquellos proteccionistas-. Sino más bien porque si puede entrar algún dinero extra por derechos de permiso televisivo a los clubes, hay que saber gestionarlo. Claro, para ello el mercado local tiene que ser lo suficientemente atractivo para las señales internacionales de modo que estén dispuestas a pagar el sobreprecio que implicaría -de acuerdo con la potestad descrita por Vargas Horne- difundir sus transmisiones en el país. Y para eso el mercado tiene que madurar como un todo, sobre la base de varias de las ideas acertadamente descritas por el ex presidente de la FPF.
Foto: RPP

Lo que no se dice es que el reparto NO es equitativo, es curioso que dos de los clubes d emañor presupuesto sean los que tienen más altas deudas, y parte de la deuda es APROPIACIÓN ILÃCITA del dinero que les pertenecÃa a los jugadores para pagar sus impuestos... Si esos clubes no se hubieran sobregirado, no estarÃan tan elevados los sueldos de muchos jugadores, los demás clubes no hubieran estado tan lejos a nivel competitivo... ¿Cómo puede competir un club que recién sube a la profesional, paganmdo esos sueltos que están inflados por otros clubes que ofrecen lo que quieren porque tienen un barril sin fondo que no les cobra sus deudas millonarias?