Negocios ajenos

Los casos de Aldo Corzo y Joel Sánchez han invitado a escuchar una serie de despropósitos respecto del tema de las negociaciones de los traspasos de jugadores después (o antes) de la fecha límite. Para empezar, es una falacia que se siga que solo acá los directivos de los clubes negocian antes de tiempo, ya sea con los representantes de los jugadores o con los mismos jugadores: en casi todas las ligas -y en las ligas de elite, sobre todo- se negocia con mucha antelación, porque es la única manera de i) ganarle a posibles competidores en el mercado de pases y ii) planificar con seriedad y anticipación una campaña. Basta hacer un repaso de la reciente novela en torno de la llegada de Cristiano Ronaldo al Real Madrid.
Entonces, el problema en el caso peruano, en particular, es la falta de transparencia en torno de estas negociaciones, derivada del sistema que predomina en el mercado de fichajes. La lógica para los primeros acercamientos en el Perú es contactar, primero que a nadie, al jugador, y esto tiene una razón: la legislación acá está pensada para hacer prevalecer los derechos de los jugadores, en un extremo opuesto al que se presenta en países como México o Colombia, donde se protege ante todo las necesidades de los clubes y la autonomía de los jugadores para decidir por quién jugarán es casi nula.
Ninguno de ambos extremos, por cierto, es positivo. En México, por ejemplo, se da lo que se conoce como el ‘Draft’: una reunión anual en Cancún de directivos y dirigentes de los equipos de Primera División para que, en un día, lleguen a un acuerdo para hacer viable un pliego de transferencias de equipo a equipo. Los clubes son los que tienen posesión sobre el jugador y sobre todo, son los que tienen conciencia de qué beneficio les darían traspasar a un jugador de su equipo a otro. Hasta existe un acuerdo denominado ‘Pacto de Caballeros’ -nada que ver con el cliché que argumentan tener en el país entre sí algunos clubes grandes, el cual jamás cumplen- por el que ningún jugador que haya salido de una institución habiendo terminado contrato puede ser contratado por otro club mexicano sin contar antes con la aprobación del club del que salió. También los obliga a pagar una cuota al club precedente, a pesar de que el jugador haya terminado contrato.
Quizá el modelo mexicano sea excesivamente duro con el jugador. Pero sí hace que el sistema sea mucho más comprensible para el sistema del fútbol en general, sobre todo para los aficionados. Evidentemente, es un modelo de una realidad más cercana que Europa, donde predomina el sistema de cláusulas de rescisión, por el cual se fija un monto sobre el pase de cada jugador ante el cual no existe necesidad de negociación con el club: simplemente el contrato culmina de manera automática, obviamente en el periodo en el cual el mercado de pases está abierto.
Como fuere, lo cierto es que en el Perú el sistema no promueve la transparencia. La novela de Corzo en Alianza Lima, en la que el jugador estaba viendo los mejores planes para futuro sin cometer ninguna falta al reglamento, ha acabado con él relegado del equipo titular. Similar -pero sin tanta prensa- es el caso de Joel Sánchez en Total Chalaco, quien tras haber sido titular todo el año, ahora calienta banca. El sistema los avalaba: podían firmar su nuevo contrato y hasta recibir dinero, puesto que su contrato culminaba en menos de seis meses. Por supuesto, no es muy elegante -como en el caso de Sánchez- posar para los periódicos con la camiseta de otro equipo con el campeonato aún en curso, pero eso acaba siendo solo una de las anécdotas que una normatividad que no fomenta que las negociaciones se hagan de club a club permite.
Cabe comentar una particularidad más del mercado de pases peruano. Antes del inicio de la segunda etapa del torneo Descentralizado, el cierre de las inscripciones de jugadores fue el viernes 11 de setiembre. El Artículo N.º 46 de las Bases señala: “Para que un jugador pueda actuar en la Primera y Segunda Etapa del Torneo Descentralizado, el Club deberá inscribirlo hasta un día hábil antes del inicio de la Segunda Etapa del Descentralizado”. Ello se da, pero a la vez se permite que los clubes tengan un periodo de 15 días útiles para efectuar inscripciones "de buena fe", por el cual pueden presentar dentro de ese lapso la documentación para regularizar la inscripción. ¿No sería mejor ajustar los cinturones y sincerar tiempos para que los equipos estén obligados a planificar? Es solo una sugerencia.
Foto: Andrés Durand / DeChalaca.com

Y PORQUE INVIERTEN EN LA SAN MARTIN???? porque los dirigentes son serios no se esconden el dinero ni roban
denle 50 millones de dolares a ALianza les aseguro el club no vera ni un sol .......
La San Martin es el abanderado del cambio del futbol peruano si los denominados grandes no quieren cambiar pues CIERREN LA BOCA Y NO DIGAN SANDECES aprendan como se maneja una institucion seria
Eso del DRAFT es imposible por ejemplo que haria el CNI BOLOGNESI ALIANZA ATLETICO CONVERSANDO CON ALIANZA LIMA SPORTING CRISTAL Y UNIVERSITARIO PARA PEDRILES JUGADORES?? hay niveles y niveles lastima hay que conformarnos con solo saberlo
San Martin se ta convirtiendo en el nuevo antipatico del futbol peruano, contratando jugadores de equipos grandes...este equipucho ya debe desaparecer porque ya ta cayendo espesoooo, por no promueve jugadores de sus canteras? como hace ALIANZA, y se deja de joder....Corzo no se va...