Foto: Prensa FPFAyacucho consiguió al fin un triunfo que se había hecho extrañar por más de tres meses en Liga1. Los zorros dominaron a San Martín de cabo a rabo, pero solo un disparo de Lavandeira pudo vencer la resistencia de un impecable Penny, responsable de mantener en 1-0 la que pudo ser una goleada.
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Mariano Manzor | @Mmanzor2900
Redactor

Ayacucho FC llegó al partido que abría la fecha 4 con la necesidad imperiosa de ganar para acabar con la mala racha que lo perseguía. Walter Fiori, más allá de los discretos resultados recientes, paró su últimamente habitual 4-2-3-1, en el que una de las principales novedades fue la titularidad del joven Segundo Espínola, con el imperioso fin de sumar minutos en la bolsa, algo descuidada también en las últimas jornadas.

La Universidad San Martín también salió con un 4-2-3-1 teórico, pero con la salvedad de que lo fue modificando durante el partido. Por momentos, el equipo de César Payovich llegó a pararse sobre el sintético de San Marcos con un 4-3-3 o un 4-trapecio-2, siempre con Kevin Ruiz y Anthony Gordillo bien abiertos.

Aunque era esperable contar con la iniciativa de Ayacucho desde el pitazo inicial, resultó sobrecogedor el ímpetu de los zorros desde el arranque. El cuadro libertador se paró bastante adelantado y ejerció presión constante sobre San Martín: asfixió al cuadro santo sin darle tiempo de pensar ni a salir jugando. La generación principal de jugadas se gestó a partir de los pies de Guillermo Firpo y, sobre todo, Pablo Lavandeira.

Sosa amaga ante Barco. El uruguayo fue uno de quienes más intentó doblegar el arco santo. (Foto: Prensa FPF) 

Para la primera media hora del partido, el cero en el marcador era casi una irrealidad. Los santos no podían pasar la mitad de la cancha ni recuperar el balón; el que los había sostenido era netamente Diego Penny, quien se estaba cansando de atajar balones. Entre Janio Pósito, Leandro Sosa y sobre todo Lavandeira le habían reventado el arco al 'Flaco', pero sin éxito hasta aquel momento.

A los 36', nuevamente en una jugada elaborada por el centro -la zona más opaca en San Martín- apareció Lavandeira y se animó a pegarle un zurdazo desde media distancia. El esférico se desvió en Francesco Cavagna y, por primera vez en el partido, Penny no pudo salvar a sus compañeros. Se había marcado una diferencia que se mantuvo hasta el final de la primera fracción, en un trámite repetitivo en el que los zorros seguían haciendo figura al meta santo, único responsable de que la marcha a vestuarios no fuera con una goleada de por medio.

El segundo periodo sí fue bastante más parejo. Saúl Salas entró bastante bien, y en general se empezó a notar como el juego libertador iba perdiendo intensidad. Los de Santa Anita empezaron a adelantarse en busca del empate: encontraron chances y estas fueron muy claras. Fue entonces cuando Ítalo Espinoza empezó a lucirse con grandes atajadas; Gordillo, además, empezó a aparecer más por izquierda y era el principal encargado de llenar el área rival de centros.

La celebración de Lavandeira después del único tanto de la tarde-noche en San Marcos. (Foto: Prensa FPF) 

Finalmente, el partido acabó en victoria ayacuchana por la mínima: un verdadero triunfazo aliviador, pues en Liga1 los zorros no sumaban desde abril. Que la pelea por el rótulo de El Capo haya quedado entre Lavandeira y Penny habla por sí solo de un trámite que, además, confirma que a la San Martín le está costando demasiado en esta segunda parte del año encontrar el buen perfil con que había terminado el primer semestre.

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