Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com

"Cortita y al pie" parecen insinuar siempre los enganches, aquella especie cada vez más cuestionada en el fútbol, antes de añadir un "yo me encargo del resto". Alfredo Sebastián Ramúa Urquiza (Villa Gobernador Gálvez, Argentina, 4 de setiembre de 1986) pertenece a tal selecto grupo. Y sí, es cierto: la costumbre de recogerse a pedirla para luego asumir casi en su totalidad el armado del fútbol de su equipo podía generar una no muy sana dependencia en Cusco FC, equipo en el que cumple su octava temporada -apenas con una interrupción en 2016, cuando tuvo un efímero paso por Sporting Cristal-; sin embargo, el buen 'Chapu' sigue demostrando por qué merece la pena seguir encomendándole tal confianza.

Y es que hubo dudas. Carlos Ramacciotti empezó la presente temporada relegando a su '10' al banco de suplentes para dejar su lugar al uruguayo Matías Abisab, un jugador de carácter más directo y que no imanta el balón como el menudo ídolo imperial. Ante los malos resultados, el técnico empezó a ser cuestionado. Entonces, cuando el marcador dictaba dos goles en contra frente al Boys y llegó el entretiempo, no le quedó otra: era momento de Ramúa. Eléctrico ni bien ingresó, fue absolutamente fundamental para la remontada negridorada. Fue no solo el autor del tiro libre que acabó en el autogol del Jesús Chávez para el descuento, sino también el anotador del terrible remate a balón parado, imposible para Patricio Álvarez, que selló el empate final. Pero por si quedaban aún dudas, en las postrimerías del armó una pared en la puerta del área antes de que el arquero rosado le negara un colocado remate de zurda que habría colocado la corona a una soberbia actuación. El 'Chapu', que terminó indiscutiblemente siendo El Capo de la jornada, no solo reclama titularidad, sino también que el talento nunca se ponga en duda.

Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com


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