Foto: AFPYoung Boys fue el tapado del estreno de una nueva Champions League: en un estadio con historia de hazañas, el cuadro suizo se llevó por encima sobre la hora a Cristiano Ronaldo, sus récords y un atónito Manchester United.
    Roberto Castro | @rcastrolizarbe
    Director General

Reinaugurado en 2005 con el nombre Stade de Suisse, el Stadion Wankdorf recuperó su nombre original el año pasado, cuando la farmacéutica CSL Behring se hizo de los derechos comerciales del estadio y optó por no rebautizarlo con su marca sino devolverle toda la tradición posible. Hasta entonces, la sede de la épica final de la Copa del Mundo 1954 que la Alemania Federal de Helmut Rahn le volteó a la Hungría de Ferenc Puskás solo conservaba como mayor recuerdo el marcador manual con el viejo reloj Longines que aparece en todos los videos de aquel Mundial, convertido en monumento en la plaza contigua.

El viejo Longines dejó de correr sus agujas en 2001 para indicar en el tablero un gol de Reto Burri para el Young Boys, el equipo símbolo de Berna, en un empate 1-1 contra el Lugano. Es parte de la identidad deportiva de la capital suiza, que en lo futbolístico siempre ha estado a la vera de otras ciudades como Zürich o Basel. De hecho, el Young Boys recibió ese nombre por oposición/imitación del Old Boys, un club basiliense al que los cuatro fundadores del equipo habían derrotado en un amistoso.

Lo cierto es que el Young Boys le devolvió en tiempos recientes al Wankdorf un aura europea que el estadio supo vivir en 1961, cuando albergó la final de la Copa de Europa que el Benfica -con Eusébio y compañía- le ganó al Barcelona. Por ejemplo, en su primera participación en Champions League, en 2018, le ganó allí por 2-1 a la Juventus de Cristiano Ronaldo gracias a un doblete de Guillaume Hoarau. Esta vez, volvió a recibir al superastro portugués en circunstancias muy especiales para este: el 'Bicho' no solo volvía a disputar un partido de "su" Champions con el Manchester después de doce temporadas, sino que además con este encuentro igualaba los 177 partidos de Íker Casillas como futbolista con más cotejos disputados en la competición.

El incidente previo al inicio del encuentro en Berna: una policía involuntariamente noqueada por un pelotazo de Cristiano. (Foto: AFP) 

Pero para Cristiano parece no ser lo más amigable el principal escenario de Berna. En el calentamiento, lanzó de modo involuntario un pelotazo hacia afuera del campo que noqueó a una mujer policía que custodiaba las tribunas: tuvo que acercarse a pedir las disculpas del caso y regalar una camiseta del Manchester United a la agraviada a modo de congraciarse. Eso no lo sacó del todo del campo, porque apenas necesitó 13 minutos para cruzar la pierna izquierda en el área chica y -con cierta complicidad del meta David von Ballmoos- mandar el balón al fondo de las redes del Young Boys. La tradición es irrompible: ya suman dieciséis las ediciones de Champions en que 'CR7' celebra goles.

Lo que no es tradicional es que a Cristiano lo saquen del campo, y menos en circunstancias difíciles. Pero así lo decidió Ole Gunnar Solksjaer y no resultó lo más feliz para sus intereses. Lo reemplazó Jesse Lingard poco después de que el local -que jugaba con uno más, por la expulsión de Aaron Wan-Bissaka- hubiera llegado al empate mediante Moumi Ngamaleu. Y por eso al astro le tocó ver desde el banco, impotente, el desborde ulterior del estadounidense formado en la Ligue 1 Jordan Sietbacheu para sacar el estiletazo cruzado que venció a David de Gea. El Longines afuera del estadio marcaba tiempo de descuento; el Wankdorf, una vez más, le era hostil al mejor futbolista del mundo, que nada pudo hacer para evitar un nuevo milagro de Berna.

Orejonas a la música

A LA TRICA. El FC Barcelona no tuvo un arranque de malas, sino de pésimas. El Bayern München no solo lo aplastó en el Camp Nou y evocó aquella goleada de las semifinales de 2012/13 -también por 0-3 y con dos sobrevivientes en el campo, Manuel Neuer y Thomas Müller, este último nuevamente haciéndose presente en el marcador-. También sufrió por primera vez una derrota en un debut en Champions desde la temporada 1997/98, cuando el Barca de Louis van Gaal cayó 2-3 ante el Newcastle.

Dybala celebra el segundo gol de la Juventus en cancha del Mälmo. (Foto: AFP) 

QUÉ BUENA BICA. La Juventus comenzó con un holgado triunfo a domicilio sobre el Mälmo, liquidado con tres goles convertidos todos en el primer tiempo. Así no repitió solo su victoria sobre el equipo de Sergio Peña -quien no estuvo en lista, por lesión-, al que ya le había ganado en su anterior visita, en la fase de grupos de la Champions 2014/15. También significó su primer arranque con goleada de visita en Copa de Europa desde 1985/86, cuando arrolló 0-5 al modesto Jeunesse Esch en Luxemburgo.

EN PRIMA. El Chelsea inició la defensa de su título con un escueto 1-0 sobre el Zenit en Stamford Bridge: lo necesario y lo suficiente para que Romelu Lukaku marcara su primer gol en competiciones europeas con divisa blue. En su anterior etapa en el club, el belga solo había disputado un partido internacional: la final de la Supercopa de Europa 2013/14, que el cuadro londinense le ganara por penales al Bayern. Eso sí, Lukaku ya había anotado para un club inglés ante un rival ruso en Champions: con el Manchester United, le marcó tres veces al CSKA Moscú en 2017/18.

Fotos: AFP


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