Cronos en contra
El 11 de setiembre de 2005, la Doble Visera de Independiente, aquel estadio de amorfa pero entrañable estructura, vio nacer de nuevo a Bochini. O vio vestirse de rojo a Maradona, quizá. Un chico, un pibe de 17 años combinó lo mejor del desborde de Diego y lo mejor de la capacidad de amague del 'Bocha'. La víctima se llamó Diego Crosa, un defensor recio y regular pero que para siempre quedó marcado por esa jugada. Por el golazo inconmensurable, descollante de una joya nueva del fútbol argentino.
Aquel día, en España, Barcelona le ganaba 2-0 al Real Mallorca sin contar en la lista de dieciocho con Lionel Messi, quien aún no era un titular indiscutido en el equipo catalán. Recuerdo, en alguna tarde larga de Winning con los amigos, haber sostenido una larga discusión: ¿quién acabaría siendo mejor, Messi o Agüero? Por entonces, la duda era válida.
Hoy, nueve años después, la duda está despejada. Aun cuando noches como la del miércoles 26, con el 'Kun' despedazando en mortíferos contragolpes la defensa del equipo de moda en el mundo para mantener vivo a un Manchester City que a nivel europeo es algo así como sus amagues +10, hagan creer que su gran pecado es haber nacido en el tiempo de reinado de Messi. Y más todavía cuando tremendo desempeño -indudablemente superlativo, amén del desacomodo bávaro producto de la roja a Benatia, el desorden de Boateng y el triste momento de Dante- ha acabado siendo opacado en cierta forma por otro hat trick convertido el mismo día: el de Messi al Apoel que, pese a significar la prolongación de un récord importantísimo -'Lio' es el futbolista con más tripletes en Champions League-, ha sido ante un rival de bastante menor valía.
¿Tiene, pues, sentido que mediáticamente una noche como la del 'Kun' en Manchester valga menos que la de Messi en Nicosia? No. Pero inclusive otro hat trick de Champions, el de Mandzukic al Olympiacos, ha acabado teniendo más rebote en el mundo de habla hispana por el influjo de la prensa española y el peso de la moda que impone el cholismo de Simeone en el Atlético. Ni la época ni las circunstancias ayudan, pues, a que Agüero acabe encaramándose allí donde su capacidad de arremeter y desbordar deberían haberlo llevado: a ser, por estilo más mordedor y luchador que el de Messi pero también exquisito, considerado auténticamente uno de los mejores del mundo.
Así, a Agüero todo el mundo paralelo a su carrera le ha jugado en contra en términos de figuración. Desde el hecho haber sido yerno de alguien que nunca pudo ser su suegro y padre de quien parece seguirá siendo nieto antes que hijo. Por eso, su lugar en el mundo, ahora que la Doble Visera no existe más, acaba siendo The City of Manchester: el lugar que lo elevó a la categoría de semidiós con aquel gol agónico al Queens Park Rangers en mayo de 2012. Aquel que significó un título tras 44 años y, por ahora, acaba siendo el pedazo de mayor historia escrito por un 'Kun' que, como ha dicho Frank Lampard tras la voltereta al Bayern, habría de estar más cerca de Messi y Cristiano Ronaldo de lo que estos tiempos le permiten.
Así, a Agüero todo el mundo paralelo a su carrera le ha jugado en contra en términos de figuración. Desde el hecho haber sido yerno de alguien que nunca pudo ser su suegro y padre de quien parece seguirá siendo nieto antes que hijo. Por eso, su lugar en el mundo, ahora que la Doble Visera no existe más, acaba siendo The City of Manchester: el lugar que lo elevó a la categoría de semidiós con aquel gol agónico al Queens Park Rangers en mayo de 2012. Aquel que significó un título tras 44 años y, por ahora, acaba siendo el pedazo de mayor historia escrito por un 'Kun' que, como ha dicho Frank Lampard tras la voltereta al Bayern, habría de estar más cerca de Messi y Cristiano Ronaldo de lo que estos tiempos le permiten.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: AFP