Foto: AFPManchester City derrotó 2-0 al Borussia en un partido en que al equipo de Josep Guardiola le bastó apretar el acelerador en la primera parte. Los citizens arriban a cuartos de final como grandes favoritos para llevarse la 'Orejona'.
Luis Valenzuela | @figovalenzuela
Redactor

El que Manchester City haya llegado por cuarta vez consecutiva a la ronda de cuartos de final de la Champions League habla de un equipo que ha pasado de ser una promesa a ser una realidad en el fútbol europeo, algo que el Sheikh Mansour bin Zayed quiso desde el momento en que compró el club de la mitad celeste de Manchester. Y puede que esta sea la oportunidad para alzarse de una vez por todas con la 'Orejona', ya que la manera en que ha jugado el equipo hasta el momento da pie a endilgarle adjetivos como sobresaliente, magnífico o soberbio.

Y es que Josep Guardiola hace que algo complicado de entender para el espectador termine siendo ejecutado fácilmente por sus jugadores. En la noche de Budapést -sede de la llave en la ida y en la vuelta por la cuestión sanitaria-, 'Pep' envió un 3-línea-3 con João Cancelo por delante de Kyle Walker y John Stones, y Rúben Dias situado al costado de Rodrigo. Esta es una posición inaudita para el lateral portugués, que supo desdoblarse para ayudar a Bernardo Silva e Ílkay Gündogan por los costados, mientras que Riyad Mahrez, Phil Foden y Kevin De Bruyne rotaban constantemente.

Es necesario entregar un párrafo entero para hablar de la actuación de Kevin de Bruyne. El belga dio una clase magistral de juego posicional: encontró espacios y rotó posiciones con otros jugadores de ataque, algo que complicó a la defensa rival. A los 12' efectuó un maravilloso golpeo de balón desde fuera del área con el pie más débil para colocar el primero del partido. Lo que llamó la atención es que ni siquiera paró el balón; simplemente esperó a que llegara a su posición para sacar el zurdazo. Su ejecución en la posición de falso '9' fue una de los mejores que se haya visto en un equipo de Guardiola.

De Bruyne, el punto más alto dentro de la constelación que dirige Guardiola. (Foto: AFP) 

A los 18' llegó el gol de Ílkay Gündogan, quien supo aprovechar el buen pase entre líneas de Phil Foden para sombrear el balón a un Yann Sommer que salió desesperado por parar el remate sin mucho éxito. La forma en que el Manchester City había llegado rápidamente a ponerse en ventaja dejó totalmente aturdidos a los rivales, los cuales esperaban otro desenlace.

Sucede que Marco Rose envió al Puskás Aréna un 4-trapecio-2 con la intención de cortar los circuitos en el mediocampo, además de dar verticalidad en ataque. Stefan Lainer por el lateral derecho, Matthias Ginter y Nico Elvedi por el centro y Raini Bensebaini por el lateral izquierdo ni se movieron de su posición. Florian Neuhaus se puso delante de los centrales, mientras que Jonas Hofmann y Denis Zakaria eran los llamados a cerrar circuitos de ataque; quedó así Lars Stindl como el acompañante de Breel Embolo y Marcus Thurman en la delantera.

El conjunto del Rhin poco pudo hacer para inquietar el arco defendido por Ederson. Hubo un par de intervenciones ante remates de Embolo y Thuram, pero nada más. El tridente defensivo supo cerrar su zona, mientras que el resto del equipo regresaba rápidamente a posiciones defensivas si no llegaba a recuperar el balón como parte de su presión alta. En cambio, Yann Sommer fue requerido en un decena de ocasiones por parte de Mahrez, De Bruyne y los ingresados Raheem Sterling y Sergio Agüero. La forma preferida de atacar de los citizens era mediante la rotación de balón con tranquilidad hasta encontrar el espacio para lanzar un remate, generalmente en diagonal.

Fernandinho entró y acabó ganándose una amarilla. Aquí conduce ante Zakaria y Stindl. (Foto: AFP) 

Por lo demás, la cuarteta arbitral encabezada por Sergei Karasev tuvo poca actividad en el juego -y eso que el árbitro principal ruso escucha música metal antes de los partidos para subir las revoluciones-. Un par de jugadas peligrosas por parte de Cancelo y Lainer fueron sancionadas con tarjeta amarilla, así como un innecesario remate de Fernandinho cuando el árbitro había parado el juego. Los dos minutos que el réferi ruso concedió de adición solamente sirvieron para extender la agonía de los 'Potros' que veían como su primera participación en ronda de eliminación de Champions con su actual denominación se acababa.

Solamente queda esperar el sorteo de octavos para ver cuán asequible es que el Manchester City se acerque a jugar una final europea, algo que se ha convertido en una obsesión para todos los que se encuentran envueltos en el club, desde el presidente hasta el hincha más joven. Por ahora, todo se está poniendo color azul claro... y claro que azul muchos lo quieren ver.

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Fotos: AFP


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