Foto: AFPCon gol de Vinícius Jr. y soberbia actuación de Thibaut Courtois, el Real Madrid venció 0-1 al Liverpool y se alzó la Copa de Europa por decimocuarta vez. El cuadro de Carlo Ancelotti cerró así una campaña soñada, como campeón simultáneo de su liga local y del máximo torneo europeo.
Félix Arias Schreiber | @totoasch
Redactor

La decimocuarta está en Madrid. El club merengue se hizo de una nueva Champions League en una de las ediciones más particulares que se recuerden. Y es que el camino del Real estuvo infestado de equipos favoritos al título: venció al PSG de Lionel Messi y Kylian Mbappé en octavos; en cuartos, se deshizo del vigente campeón, Chelsea, tras un intenso tiempo extra en la capital española; y en semifinales, ante un Manchester City que junto a Josep Guardiola parecía llegar a su segunda final consecutiva, dos goles en tiempo de descuento y otro más en el tiempo extra le dieron el pase a la final. A veces, el fútbol se hace justo: tan épica campaña merece ser recordada como aquella que acabó con una copa más en las vitrinas del Santiago Bernabéu.

El encuentro en el Stade de France, no obstante, comenzó con problemas. El juego, previsto para 75 mil aficionados aproximadamente, aglomeró a una gran cantidad de hinchas sin boletos en la puerta de entrada. Esto no solo provocó la ralentización del ingreso; además, muchos treparon las rejas de seguridad y entraron a la cancha tras eludir a la seguridad. Por eso, el inicio del partido fue diferido hasta 30 minutos luego de lo establecido.

Ya en el juego, ambos cuadros salieron con esquemas parecidos, aunque con propuestas opuestas. Jürgen Klopp estableció su clásico 4-3-3 con Sadio Mané como punta, flanqueado por Luis Fernando Díaz y Mohamed Salah. Thiago Alcántara, en duda hasta antes del pitido inicial, también partió en la oncena. Durante todo el partido, aunque con mayor presencia en el primer tiempo, los esfuerzos reds se centraron en abrir la cancha con los relevos de sus laterales, Trent Alexander-Arnold y Andrew Robertson.

Courtois fue una auténtica muralla en la noche parisina. Aquí soporta la arremetida de Salah. (Foto: AFP) 

Por su lado, los de blanco también partieron con un 4-3-3, en el que replegaron bloques para impedir que se dibuajaran huecos aprovechaables por los rápidos atacantes del cuadro de Merseyside. Por eso, casi todo el encuentro fue disputado en campo del equipo de Carlo Ancelotti, que concentró sus pocos contragolpes por la banda izquierda de Vinícius Jr. antes que por la derecha de Federico Valverde. Es menester, además, señalar a la última línea merengue: Dani Carvajal, Éder Militão, David Alaba y Ferland Mendy cumplieron todos un positivo desempeño, sobre todo el central austriaco.

El cero en el arco merengue, no obstante, tuvo un principalísimo responsable: Thibaut Courtouis. El arquero belga fue irrefutablemente la figura del partido. Por todo: por el contexto de hacer el partido de su vida en una final de Champions, por medir los tiempos, por responder hasta las nueve veces en que fue requerido y anular toda arremetida red.

Dejando los elogios de lado, no es apenas la solidez defensiva -ni la eficacia de Courtois- la razón de la victoria madridista. Liverpool exhibió varias falencias más allá de hacer un partido, en líneas generales, muy bueno. La ineficacia fue el mayor problema, claro está: los subcampeones de la Premier League ensayaron hasta 24 remates, de los que apenas nueve tuvieron el arco como destino.

Ancelotti y el gozo de un banquillo indefectiblemente ganador. (Foto: AFP) 

En general, en el equipo de Klopp la banda izquierda fue la más floja, en ataque y en defensa. El extremo colombiano Díaz no supo romper líneas ante la cauta estrategia rival, y fue sustituido por Diogo Jota, quien tampoco hizo un buen partido. Eso sí, la deuda más notoria fue la del lateral derecho Alexander Arnold: el joven sufrió de más en el retorno a cubrir su banda y perdió la marca en el gol de Vinícius, que llegó tras asistencia de Valverde en buena jugada por banda derecha antes de la hora de juego

"Es el Real Madrid", se lee en las redes. Algunos hinchas pretenden así explicar el éxito de la 'Casa Blanca'. Razón no les falta: puede parecer simplista, mas lo cierto es que no existe mayor lógica para la grandeza del club de la capital española que el propio peso de su camiseta. Anda por la Champions así: elimina favoritos y deja de lado equipos llenos de promesas, con goles al último minuto y épicas remontadas. Calla siempre a quienes ven en la suerte -por más raro que parezca- razón suficiente para ser el club más grande de la historia. Este 28 de mayo en el Stade de France lo volvió a demostrar: es el club al que lo imposible se le hizo costumbre.

Fotos: AFP


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La ficha del Liverpool 0 - Real Madrid 1

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