Foto: UEFAEl PSG rompió la barrera que hacía cuatro temporadas le era infranqueable y clasificó a cuartos de final tras un claro triunfo a puerta cerrada sobre el Borussia Dortmund. El 2-0 se sostuvo en el peso de las individualidades de Thomas Tuchel y castigó la baja respuesta de los llamados a brillar en filas amarillas.

    Roberto Castro | @rcastrolizarbe
    Director General

En tres semanas cambiaron muchas cosas entre Dortmund y París. Primero, sin duda, la agudización de una crisis sanitaria que llevó a que el Parc des Princes luciera desolado, sin más público que los jugadores desafectados del encuentro. Segundo, que entre estos últimos no estuvo Neymar, más bien presto a hacer de las suyas en el campo y acabar haciendo pechito con pechito junto a Kyllian Mbappé -más allá de las sospechas públicas de que este pudiera estar afectado por el coronavirus- después de su fundamental gol. Tercero, que a partir de ese tanto del brasileño a los 28' la llave se encaminó al destino que tenía prescrito: el de librar al PSG de su maldición de octavos de final y de permitirle avanzar sobre la base de solidez, algo de madurez táctica y, sobre todo, de autocontrol para definir favorablemente las circunstancias que le sonreían.

La Pizarra: Estructura cimentada

PSG: Thomas Tuchel planteó un 4-trapecio-2 muy definido en el que la primera línea marcó la diferencia, pues tanto Leandro Paredes como Idrissa N'Gueye gobernaron el ida y vuelta y así marcaron los tiempos del encuentro. Y si bien Ángel di María fue más vertical que Pablo Sarabia, la versatilidad de Neymar para movilizarse por todo el frente de ataque tuvo a mal traer a la zaga visitante. La entrada de Mbappé, curiosamente, no le imprimió necesariamente más velocidad a la ofensiva parisina, pero sí permitió que las preocupaciones del Borussia Dortmund durante la última media hora estuvieran en marcar y no en descontar.

Borussia Dortmund: Lucien Favre apostó en esta ocasión por un 4-2-3-1 clásico, quién sabe si para darle desde el saque a Erling Håland la chance de venir desde atrás que tan bien le había sentado en la ida. Sin embargo, tanto el noruego como Raphael Guerreiro y sobre todo Jadon Sancho estuvieron lejos de repetir la performance, y sus nombres quedaron devaluados al costado de las rutilantes estrellas del local. La entrada de Julian Brandt buscó corregir en algo la disposición del ataque -al enviar a Håland de '9' neto-, y la de Mario Götze resultó ya demasiado tardía.

El Capo: Locomotora senegalesa

N'Gueye peleó y distribuyó desde la medular local. Aquí anticipa a Emre Can, quien acabó expulsado sobre el final. (Foto: AFP) 

Gran partido de Idrissa N'Gueye en la medular parisina. El mundialista senegalés trasladó balones, los recogió y también se animó a sumarse a la vorágine que Neymar, Di María y Cavani orquestaban de cara al acoso del arco de Roman Burki. Las luces mediáticas estuvieron puestas sobre el buen partido de Neymar -y sus caprichosas reacciones ante la pierna fuerte rival-, pero el trabajo principal estuvo en los pies del nacido en Dakar.

Kazuki Ito: A quien corresponda

Aceptable criterio el del inglés Anthony Taylor, quien se olvidó de que no había público y se concentró que un partido por naturaleza caliente jamás se le fuera de las manos. Ya sobre la hora, estuvo atento para expulsar a Emre Can por empujar a Neymar y, acto seguido, para amonestar al astro brasileño por su infantil provocación al jugador turco.

Los Goles

Fotos: UEFA; AFP


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La ficha del PSG 2 - Borussia Dortmund 0

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