Más teatro que sueños
El promocionado Manchester - Juventus fue una de esas muestras contemporáneas de cómo el celebrity-fútbol de estos tiempos distorsiona, a veces, la esencia real del que puede ser un gran partido y pone los focos del análisis sobre los actores menos relevantes.
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Roberto Castro | @rcastrolizarbe Director General |
Apostillas acerca de por qué en torno del Manchester United - Juventus se habló demasiado excepto de lo más importante: cómo un partido entre dos equipos en principio fuertes y parejos era capaz de acudir al rescate de una primera fase de Champions League que necesita más partidos competitivos como este.
CRISTIANO. Es la vedette allí donde va y eso no sorprende: por algo es el mejor del mundo. La pregunta es si realmente era necesario hacer tanto hincapié en su "retorno a Old Trafford" si ya se fue de allí hace largos nueve años y, sobre todo, ya volvió una vez: cuando él mismo marcó un gol para que el Real Madrid ganara 1-2 en la Champions 2012/13. Y aunque quedó claro que el hincha del United lo quiere y respeta, porque al fin y al cabo nadie más volvió a levantar allí una 'Orejona', más interesante es ver que el tipo está concentrado en jugar para el resto: ha encajado en un armazón preexistente al que su aporte es funcional. Como en esa asistencia para el gol del triunfo y en la descarga de balones -antes que diagonales- que su desplazamiento por las bandas fomenta.
DYBALA. Es la otra joyita de la 'Vecchia Signora' y está claro que su camiseta le sienta perfecta. La prensa argentina, por supuesto, no pierde ocasión para escamotearle la típica latinada de que no la selección no es el mismo y todo ese rollo. Pero la simple verdad es que el cordobés rinde mejor cuando es el único punta -no falso, no '9' estaca, sí definido- de un equipo que sabe tanto alimentarlo como darle el espacio para jugar. Los pronósticos que decían que con Ronaldo como estrella amenguaría su rendimiento se han tirado por los suelos, y en definitiva no solo pueden jugar juntos, sino que lo hacen muy bien.
LA 'JUVE'. Es una versión más alegre del equipo de Allegri. Pero además esconde, detrás de sus nombres rutilantes, eficiencias fundamentales en la zona neurálgica del fútbol moderno: la primera línea. En Old Trafford el mejor del campo fue Miralem Pjanic, quien recupera, marca y hace jugar: es arquetipo. Así como Blaise Matuidi, como en Francia, es mastodonte y tiempista; así como el uruguayo Rodrigo Bentancur está lozano, fresco, pipiolo para correr. En el fondo, el mariscal Giorgio Chiellini está intacto; pero es el único -y por eso necesario- superviviente de aquella estructura bianconera que ante todo destruía más que lo que construía. Casi una pieza de museo, pero en pleno funcionamiento.
MOURINHO. Acaso la contraposición de la Juventus con los 'Red Devils' es que la vedette de estos últimos es su entrenador, que brilla -o se opaca- más que cualquiera del colectivo. ¿Quién es el rockstar de este Manchester United sino? ¿Acaso Romelu Lukaku, que extraña horrores esos vértigos que Eden Hazard o Kevin de Bruyne le generan en Bélgica? ¿Anthony Martial o Marcus Rashford, quienes sí desequilibran pero siempre necesitan a ese-alguien-más que complemente la gran jugada de la que participan? ¿David de Gea en el arco, Juan Mata sin poder matar detrás del punta? Ah... ¡Paul Pogba!
POGBA (Y MOURINHO). Las miradas apuntan al francés porque es el mejor del mundo en su puesto. Intenta tomar el liderazgo del equipo pero la propuesta de 'Mou' lo obliga, por antonomasia, a pensar en marcar el tiempo de la recuperación antes que a lanzarse al frente. Ojo, nadie dice que no lo haga: llegar al área rival es inherente al juego de Pogba, y esta vez lo hizo pero sin evitar que el United trasuntara cierta descompensación, acaso menos visible en el nivel de Premier League que en una Champions ante otro rival top. ¿Que el respaldo de Nemanja Matić debería bastar? A veces diera la impresión de que a Pogba le viene mejor o lo de ser '6' neto o lo de tener al lado a uno neto -como N'golo Kanté en el Mundial-; pero no compartir ese rol. Los cánones del mourinhismo tendrán que responder si es factible.
EL MANCHESTER. La contraprueba de todo lo anterior es que este acápite no puede empezarse sin hablar una vez más de Mourinho. Porque no hacer cambios en un partido de este nivel es atrevido y muy digno de él. ¿Que Ander Herrera o Darmian no estaban para esto? Lo cierto es que si de liderazgos se habla, el que más metió, pujó y acometió ante la Juventus fue el capitán Ashley Young, al que los 33 julios le han restado explosión pero le han curtido el carácter. Pero el tema es que si se decía que un rival top le saca los conejos al United, lo más agrio resulta ser caer en la cuenta de que hoy en Europa, el equipo de Mourinho es un top-second floor. Así de crudo.
LA CHAMPIONS. Está a salvo con más partidos así en primera fase. Aun cuando la paridad no sea perfecta, tampoco puede hablarse de que sacar los tres puntos de Old Trafford haya sido una perita en dulce para la Juventus. Y si el resto del día consolida espectáculos también parejos como el de dos históricos como Ajax y Benfica, o por otro lado pone al Real Madrid en aprietos contra el Victoria Plzeň, se está llegando a la mitad de la que posiblemente haya sido la fase de grupos más atractiva en el último lustro en el torneo de clubes más maravilloso del mundo.
Fotos: AFP, EFE, Getty Images
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