Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comPese a ganar 5-2, el Liverpool, al igual que Mohamed Salah tras marcarle a su exequipo, no puede celebrar por anticipado ante la Roma: los italianos descontaron en dos oportunidades en la recta final y dejaron otra sensación de cara al partido de vuelta.
La Ficha

Mariano Elías | @marianoeliasfut
Redactor

¿Cuán factible es que la Roma logre remontarle la serie a Liverpool en el Olímpico?

La que pudo ser -o quizá fue- una noche de ensueño en Anfield Road, en la que Liverpool y la fenomenal actuación de Mohamed Salah reservaron todas las portadas y titulares del día siguiente, pasó a convertirse en un rapto de susto en solo 5 minutos por obra y gracia de la Roma. Es evidente que, sobre todo después del antecedente de la remontada ante el Barcelona, hoy muchos piensen que los italianos sí podrán conseguir en casa un resultado que logre darle vuelta a la serie, máxime dado el rendimiento mostrado en la recta final en Inglaterra. La situación es, sin embargo, algo diferente.

Desde el inicio, el cuadro dirigido por Eusebio di Francesco demostró que podía dar cierta pelea, pero conforme pasaron los minutos quedaron expuestas muchas de sus falencias por una genial reacción de los reds. Liverpool ofreció una auténtica exhibición de fútbol entre los 25’ y el final del primer tiempo, momento para el que ya se encontraba dos goles arriba con sendos tantos de buena factura de Mohamed Salah, quien no festejó ninguno por respeto a su exequipo.

Ya con la segunda parte en marcha, se vino la avalancha de goles. Fueron los otros integrantes del tridente quienes aumentaron al cuenta: Sadio Mané -quien ya había fallado dos tantos- puso el tercero y Roberto Firmino, de notable partido también, decretó con un doblete el 5-0. Muchos hinchas del cuadro de Anfield ya se imaginaban en Kiev jugando ante el Bayern Münich o el Real Madrid el 26 de mayo.

 

En líneas generales, fue una performance maravillosa del Liverpool: a los delanteros se sumó la volante conformada por Jordan Henderson, James Milner y Giorginio Wijnaldum. Este último ingresó por el lesionado Alex Oxlade-Chamberlain, recuperó una infinidad de pelotas y ganó casi todos los rebotes durante un largo tramo del partido.

Sin embargo, el punto quiebre del encuentro se dio al 74’: Salah salió e ingresó Danny Ings en un movimiento inesperado pero comprensible, dada la sobrecarga de partidos y de minutos que ha tenido el egipcio en la temporada. Con el encuentro 5-0, no tenía sentido arriesgarlo. Su salida, sin embargo, brindó mayor tranquilidad a la Roma en defensa y el cuadro giallorosso tuvo mucha mayor convicción para ir hacia adelante.

Si hasta ese momento quien más lo había buscado y mayor claridad había tenido era el belga Radja Nainggolan, pasó a ser Edin Dzeko, sumado a sus compañeros de delantera y además ingresados Patrik Schick y Diego Perotti, quien generó muchísimos problemas ante una línea defensiva red que cada vez se metía más atrás y que perdía la claridad en la salida. El cuadro romanista descontó dos veces por intermedio de Dzeko y Perotti y cobró algo de vida, además de generar una motivación especial y una sensación distinta para la vuelta.

 

Eso sí, la Roma tendrá que corregir una infinidad de errores si desea ir a la final, sobre todo para defender con tres centrales ante los tres atacantes de Liverpool, quienes cuando están con las luces prendidas –algo que sucede muy seguido- parecen imparables. Sobre todo Juan Jesús, en la marca de la zona de Salah, enfrentó bastantes problemas.

Dicen muchos que es imposible dominar un partido durante 90 minutos, y que el reto principal para un equipo es intentar marcar en los momentos en los que es superior. Liverpool dominó la mayor parte del tiempo y por eso la diferencia fue, de todos modos, amplia; sobre todo si se considera que se trata de una semifinal de un torneo en el que el nivel de los equipos es sumamente parejo. En esos términos, el 5-2 fue un gran resultado, y definitivamente si los goles hubieran llegado en otro orden, se hablaría solo del genial encuentro que hicieron los dirigidos por Jürgen Klopp, y de como el plan del técnico alemán funcionó a la perfección.

Algunos quizá utilicen como antecedente el 3-0 ante Barcelona en el Olímpico para argumentar que los italianos sí tienen reales posibilidades de remontar. En ese caso, sin embargo, la situación fue distinta. El 4-1 que los culés le habían propinado a la Roma en España había sido un resultado engañoso porque la diferencia fue muy amplia; en Anfield, el 5-2 de Liverpool termina siendo también algo distorsionante, pero porque la diferencia pudo ser aún mayor.

Los Goles

Fotos: AFP


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La ficha del Liverpool 5 - Roma 2

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