Málaga - Porto: Un pellizco, que ya no es un sueño
El capo: Isco lo que quiso
Con solo 20 años, el joven delantero del Málaga fue la bisagra que abrió las puertas de la clasificación al conjunto español. Su juego desequilibrante fue mortal y siempre que pasó al centro como media punta encontró en Joaquín y Gámez peligrosos aliados para hacer daño. Se animó a pegarle de lejos cuando nadie lo intentaba y sacó oro con su fuerte pegada para marcar y llenar de fe a los malagueños.
La clave: Cabeza de Roque
Después del gol de Roque Santacruz, el equipo local intentó dominar las riendas del encuentro pero sufrió muchos sustos durante los últimos 15 minutos. El gol de cabeza que había anotado el paraguayo les dio la clasificación pero bastaba un solo gol del Porto para inclinar la serie. Fue necesaria la entrada de Ignacio Camacho para calmar el mediocampo, ya que los nervios y la presión hacían de las suyas.
La calamidad: De foul
Defour era el encargado de impregnar velocidad y potencia en el ataque portugués; sin embargo, no apareció nunca más que con juego brusco. Dos tarjetas amarillas lo hicieron desaparecer por completo de un partid en el que solo apareció con faltas y terminó por complicar a su equipo restándole un hombre al hacerse expulsar tontamente.
La joyita: Derecha de gol
Cuando parecía no llegar el gol y la desesperación comenzaba a caer en los hinchas apareció el salvador del equipo. Isco recibió un balón de Gámez y practicó una media vuelta estupenda para dejar atrás a un rival. Luego, hizo una finta de remate para desairar a un defensor y en la segunda oportunidad empalmó un derechazo que se clavo en el ángulo del portero Helton, quien se estiró en vano y se rindió ante tremendo disparo.
El jugadón: La mano de Pellegrini
Corrían los 35’ cuando Antunes recibió el balón en solitario tras un tiro de esquina y ensayó un fuerte disparo en primera con destino de gol. El furibundo remate iba directo a colarse al arco del Porto, pero Helton milagrosamente sacó una mano cambiada e hizo más impresionante la jugada preparada. La foto del vuelo quedará para el recuerdo del arquero brasileño.
El cambiazo: En Roque importante
Manuel Pellegrini sabía que debía arriesgar el todo por el todo si quería que su equipo marcara el segundo gol y lograra la clasificación. En ese sentido no dudó mucho y colocó a Roque Santacruz para luchar los balones aéreos y a Piazón para reforzar la creatividad arriba, en sociedad con Isco. Con el paraguayo logró el gol anhelado y vio su cambio verificarse en un resultado concreto; ergo, el soñado triunfo.
La frase: Es un campo minado
Durante la transmisión del partido por Fox Sports, Gustavo Cima retrató el campo de juego en el primer tiempo como un “campo minado”, esto porque el juego se hizo excesivamente brusco y violento: con piernas en alto, patadas arteras y barridas violentas. Solo fueron el corolario de un primer tiempo muy trabado que terminó con cinco tarjetas amarillas y algunas que otra que pudieron ser rojas. Los jugadores se pegaron hasta no más y la cancha estuvo a punto de convertirse en un campo de batalla.
Kazuki Ito: Ojos que no ven
Nicola Rizzoli tuvo clara influencia en el partido y estuvo a punto de perjudicar al Málaga: a los 39’ le anuló un gol válido a Saviola por una supuesta carga a Helton por parte de Baptista, inexistente por supuesto. Lejos de ello, pasó por alto algunos fuera de juego y cobró otros que no eran. En cuanto a las tarjetas, supo sancionar bien y la expulsión de Defour fue merecida; nada que increparle por ese lado.
Foto: EFE, Reuters
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