Barcelona - Milan: Estaba y está de parranda

El capo: Enano pero inmenso
Cada partido de Messi es una emocionante e inolvidable repetición. El delantero argentino se mueve por todo el frente de ataque y fue determinante ante el Milan. Apenas a los 5 minutos, cuando el partido aun no tenía jugadas de peligro, apareció el astro del Barcelona y la mandó a guardar de un potente zurdazo que hizo una bella parábola en el trayecto. A los 40’, otra vez de zurda, vencería nuevamente a Abbiati, con lo que igualó el marcador global.
La clave: Cerebro que duele
La mención especial del partido tiene que ir para Iniesta. El cerebro azulgrana habría sido la figura si no contaran los goles de Messi, pues fue él quien habilitó al argentino y al resto de sus compañeros. Fuera de los pases gol, Iniesta hizo jugar a todo el equipo a su estilo. Así, controlando el balón y las revoluciones del partido, el Barcelona llegó a tener 70% de posesión en varios pasajes del encuentro según la UEFA, lo que a la larga haría que los esfuerzos rojinegros se diluyan.
La cancha: La hinchada que no abandona
Lo que se vió en el Camp Nou es dificil de explicar: 94.629 espectadores no dejaron de alentar los 94 minutos que duró el encuentro, sabiendo que la remontada era muy complicada –lo que al final no lo fue tanto-. Además, las tribunas retumbaron con los aplausos que generaron algunos cambios: el de Puyol por Mascherano; el de Villa, que se retiró para que ingrese el pifiado Alexis Sánchez, y el de Adriano por Pedro, uno de los jugadores más queridos en la institución blaugrana.
La calamidad: Suave como el olivo
Riccardo Montolivo alineó pero no jugó. El volante creativo del Milan deambuló por la cancha y no generó ni una sola jugada de peligro. Al no ser un recuperador nato, su aporte fue casi nulo y terminó estorbando. La razón fundamental fue la estrategia de Allegri de entregar el balón desde el primer minuto: eso hizo desaparecer al buen volante. En la previa lo dijo Maldini: "Montolivo es el nuevo Pirlo del Milan". Hoy no pareció tal en un mediocampo que necesitaba cortar los circuitos blaugranas.
El jugadón: Goles que no haces, goles que te hacen
Niang tuvo un partido opaco pero merecidamente está en esta sección. El delantero remató de 23 metros y el palo salvó a Valdés. Con poca fortuna Boateng recogió el rebote y centró: el balón chocó en la mano de Piqué, tras lo cual el árbitro Viktor Kassai hizo caso omiso a los reclamos del Milan. Después, todo ocurrió muy rápido: una serie de pases rápidos en el medio y Messi concluyó la jugada.
El cambiazo: Nada hizo, pero ayudó
La inclusión de Adriano no tuvo repercusión en el resultado por su rendimiento individual, pero sí por el replanteo táctico que esto implicaba. El brasileño fue a tapar el lado de Jordi Alba, de gran despliegue a lo largo del partido, y permitió la arremetida final del español. A los 92'+, Alba se quitó la mochila defensiva de la espalda y definió a placer ante Abbiati. Sin duda, dejó respirar los últimos 2 minutos a sus compañeros.
La frase: Planteamiento amateur
En plena transmisión de Fox Sports, Mariano Closs y Fernando Niembro soltaron casi al unísono una frase dura de digerir para los seguidores rossoneri: “Milan está jugando como un equipo amateur”. Entregar el partido de esa manera desde el primer minuto y no tener reacción después de cada gol hace que la frase esté bien puesta en el contexto de Champions League.
Kazuki Ito: Un solo error grosero
La terna arbitral estuvo a la altura de la Champions League, repartiendo amarillas con justicia; los reclamos españoles no distrajeron a Viktor Kassai. Lastimosamente, el húngaro no pudo cerrar un partido redondo, pues se comió el penal que hizo Piqué con la mano tras centro de Boateng. La jugada no era tan sencilla en lo visual como para echarle toda la responsabilidad a Kassai, por lo que sus asistentes la comparten.
Fotos: Reuters, AP, EFE
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