¿Arrivederci Roma?
Partido con aires de revancha. El 7-1 en Old Trafford de un año atrás hacía que la Roma no solo quisiera asegurarse un resultado para el partido de vuelta. Pero la distancia es grande entre los caminos del deseo y los de la realidad. Manchester United, con dos cachetadas de Cristiano Ronaldo y Rooney, golpeó nuevamente a la escuadra del ‘Lobo’, esta vez en su propia cueva.
Foto: EFE
Desde el inicio del primer tiempo, el conjunto inglés presentó un planteamiento definido, ordenado atrás y veloz en ataque. En cambio la Roma se atascó en la mitad de la cancha, extrañando demasiado a su capitán Francesco Totti, quien inesperadamente se perdió el cotejo por una lesión contraída en el campeonato doméstico.
Así, los
romanistas adelantaron sus filas solo hasta los tres cuartos de cancha, con el
chileno Pizarro como un pálido reflejo del capitán romano. Los ataques giallorossos se estrellaron siempre con
una muralla que con el pasar de los minutos se hacía más sólida: Rio Ferdinand. El
Manchester, en tanto y como contraofensiva, puso a Rooney en una estratégica
posición de recuperación de pelotas desde arriba, con lo que logró inutilizar
la proyección de los carrileros Cassetti y Tonetto.
DESEQUILIBRIOS VARIOS
En un primer tiempo sin muchas acciones de peligro, los red devils actuaron a su conveniencia y aprovecharon una genial asistencia de Paul Scholes -un centro perfecto- que encontró la cabeza de Cristiano Ronaldo para abrir el marcador. Solo un mago y un genio pudieron romper el hielo y calentar un encuentro que se perfilaba para el 0-0.
A partir de ese momento, el partido se les tornó más sencillo a los británicos, quienes encontraron espacios para hacer gala de su buen toque y velocidad. Los jugadores del equipo inglés empezaron a dominar el medio sector, sin dejar ventajas para el rival de turno. Pero la Roma. furibunda y herida en su amor propio trató de emparejar la cuenta y poco a poco comenzó a revertir el trámite hasta poner al Manchester contra las redes en los primeros 20 minutos del segundo tiempo.
Así, los
locales generaron hasta tres situaciones de gol en cinco minutos; remates de
Panucci y Tonetto por poco hacen saltar a los “tifosi”, y toques y pases
profundos de Mancini y Vucinic parecieron romper la sólida marca de O’Shea y
Ferdinand. Hasta los laterales romanistas se fueron hacia adelante para apoyar al
ataque. Pero en el mejor momento de los locales, un error en la mitad de la
cancha originó el segundo gol del Manchester: un ingreso en profundidad de
Beown dejó el balón para que el coreano Park mandara un centro a media altura,
ante el que Doni voló de una forma extraña y dejó el rebote para el killer Wayne Rooney, quien con su infalible
olfato goleador señaló el segundo.
LAGUNA Y ADIÓS
Desde ese momento el partido se pintaría de blanco (la camiseta alternativa que utilizó el Manchester). Los de Old Trafford se desataron y encontraron espacios vacíos; llegaron profundos ataques de los pies de Park, Rooney y Scholes; creció la figura de Ronaldo. Las arremetidas fueron generadas casi siempre por derecha, sector donde la dificultad de Tonetto para marcar impulsó a Luciano Spaletti a cambiar a dicho jugador por Cicinho. Los del United incluso pudieron anotar un tercer tanto por intermedio del más fuerte candidato al Balón de Oro, Cristiano Ronaldo, que nunca llegó gracias al palo y a la fortuna del arquero Doni.
Roma, golpeado por el segundo tanto rival, no fue capaz de reaccionar más, cayó en una laguna futbolística que parecía ser eterna, sugiriéndonos que todo estaba consumado. Con tímidos ataques sin profundidad buscó alegrar a su afición, pero solo logró traer nuevamente el recuerdo del sin sabor de la goleada en el Old Trafford.
Así cayó la noche en el Olímpico. Los 18 grados de calor -para el invierno europeo-, fueron los mas fríos que los tifosi romanos hayan sentido al desvanecerse sus esperanzas de revancha. La Roma entrará el 9 de abril a Old Trafford no solo con el deber de remontar ese pesante 0-2, sino que también con el fantasma de una nueva goleada. El Manchester por su parte, puede tal vez presentar ese mismo día una nueva obra dramática en el “Teatro de los Sueños” llamada “Arrivederci Roma”, con la cortina musical de la canción de Pietro Garinei, pero en la versión inglesa de Carl Sigman. Y claro, teniendo como protagonísta a su mejor actor, un tal Cristiano Ronaldo.
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