Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comGran caleta ante el primer Alianza - Universitario de 2012: desde noviembre de 1989, no se juega un clásico con dos entrenadores peruanos.

 

El dato es insólito y resulta revelador: desde 1989, ningún Alianza-Universitario se ha disputado con dos técnicos peruanos. Veintidós años y 83 clásicos después, el domingo 15 de abril de 2012, a partir de las 5 y 30 de la tarde, José Soto y José Del Solar acaban con esta tendencia. 

La más clara ocasión para Alianza fue esta, en la que Juan Reynoso desperdició un buen pase de 'Tony' Alguedas. En el mano a mano, Juan Carlos Zubczuk se impuso sobre el volante íntimo (Recorte: diario La Crónica)El último antecedente fue el domingo 26 de noviembre de 1989: Alianza y la ‘U’ jugaron en Matute por la novena fecha del Metropolitano II. El entrenador de Alianza era Miguel Company, mientras que Universitario era dirigido por Juan Carlos Oblitas. Los cremas eran líderes del certamen, mientras que los blanquiazules se jugaban las últimas cartas para acceder a la liguilla regional.

 

 

El clásico, como casi siempre, fue más luchado que jugado. Los veteranos César Cueto y Germán Leguía fueron los abanderados del buen fútbol, pero quedaron anulados por el rigor físico del encuentro. Cada uno tuvo opciones claras: Juan Reynoso desperdició un mano a mano ante Juan Carlos Zubzuck (la figura del clásico), mientras que Andrés ‘Balán’ Gonzales probó, sin éxito, a Héctor Martín Yupanqui con una chalaca.

Momento preciso del único gol del partido, anotado con golpe de cabeza por Andrés 'Balán' Gonzales (Recorte: diario La Crónica)El único gol del clásico llegó a los 17 minutos del complemento: Leguía cobró un tiro libre desde la izquierda, hacia el primer palo, donde apareció ‘Balán’ anticipándose en el salto a Manuel Earl y conectando de cabeza para sellar el 0-1. Veinte minutos después, ambos jugadores fueron expulsados por el árbitro Sergio Leiblinger, por agresión mutua. Salvo una esporádica incursión de ‘Tony’ Alguedas, Alianza hizo muy poco por empatar y quedó muy rezagado en la búsqueda del tercer cupo limeño a la liguilla, que peleaban palmo a palmo AELU y Unión Huaral (los huaralinos ganarían no solo esta disputa, sino que, a la postre, se consagrarían campeones nacionales de 1989).

El clásico acabó en un clima de violencia, con una de las primeras trifulcas generalizadas entre las barras bravas de ambos equipos. Estaban cambiando los tiempos, sin duda. Y arrancaba, asimismo, una racha terrible en los clásicos para los entrenadores peruanos. Racha que queda formalmente liquidada.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica
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