Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com

El fútbol de los EEUU siempre ha estado en el backstage de la escena del balompié mundial. No obstante, cambios recientes en la liga de ese país podrían darle un giro a la historia. Aquí, un repaso a lo que ha sido la evolución del deporte rey y lo que la MLS tiene en bandeja para 2008 en las canchas que alguna vez vieron a Teófilo Cubillas y Pelé desplegar talento sobre el verde.

Quizás el único país en el mundo en el cual uno genere confusión al pronunciar la palabra fútbol (o su hermana fonética “football”) sea en los Estados Unidos. El fútbol americano, somnífera vitamina de las masas de esa nación, copa casi todos los titulares de la prensa deportiva escrita y televisiva, cediendo celosamente uno que otro párrafo o minuto al béisbol, el hockey y el básquetbol. Encontrar a alguien con quien conversar tendido de fútbol -el de todos- podría devenir en interminables caminatas.

Sin embargo, resulta irónico retroceder 14 años y toparse con que la máxima competición del fútbol (el Mundial) se dio cita en ese mismo país que solo sabe, según los menos enterados del tema, de hamburguesas y rock and roll. Muchos incluso ríen cuando se les pregunta por la calidad del soccer en Estados Unidos. Hoy por hoy, y sin temor a equivocación, la selección de EE.UU. bien podría propinarle una lección de fútbol a muchas selecciones sudamericanas promedio, la peruana entre ellas. No obstante, la respuesta a este fenómeno la tienen los jugadores americanos que militan en el extranjero y no precisamente quienes lo hacen en la liga doméstica o Major League Soccer (MLS). Aun cuando el número de aficionados a este deporte se ha incrementado notoriamente, al mencionado certamen no se le da la importancia relativa que se concede a los eventos futbolísticos en otras partes del mundo. Por ello, las autoridades de la MLS han puesto en marcha un ambicioso proyecto para relanzar la liga y atraer mejores jugadores en los últimos años.

Curiosamente, la MLS se instauró en 1994, en cumplimiento de una promesa hecha por Alan Rothenberg, abogado americano, y la US Soccer Federation a la FIFA antes del Mundial. Mediante ella, se habían comprometido a crear una división de élite para el fútbol en los EEUU a cambio de la organización del Mundial ese mismo año. El primer campeonato bajo el nombre de MLS se dio en 1996 y contó con la participación de 10 escuadras divididas geográficamente en dos conferencias. Recordados jugadores de las primeras temporadas como Cobi Jones, Tony Meola, Eric Wynalda y Alexis Lalas desfilaron por los campos de grama artificial (dado que los partidos se jugaban en campos de fútbol americano con líneas de cal sobrepuestas a las del otro deporte) con bastante éxito. Al estilo de otros deportes estadounidenses, a finales de año se comenzó a disputar un partido entre las grandes estrellas del certamen según la ubicación geográfica de sus clubes (Video 1: You Tube / Usuario: y2santos)

Más adelante, comenzó el éxodo de jugadores a las mejores ligas europeas, como los casos de Landon Donovan (al Bayer Leverkusen), Brian McBride (al Fulham) y DaMarcus Beasley (al PSV Eindhoven de la ‘Foquita’ Farfán). En 2004, la MLS captó la atención internacional con el debut del americano de origen nigeriano Freddy Adu, quien debutó con el DC United con tan solo catorce años de edad; hoy, el delantero milita en el Benfica de Portugal. Más adelante vendría la venta del arquero Tim Howard al Manchester United, en unos de los contratos más lucrativos de la historia de la liga estadounidense.

Fue entonces que surgió, para los dirigentes de la MLS, el tema del balance entre ser una exportadora de jóvenes figuras y mantener un nivel competitivo a nivel doméstico. En ese sentido, el 2007 marcó un hito para el fútbol en los EEUU con la llegada, por cinco temporadas y US$250 millones, de David Beckham al conjunto del Galaxy de Los Ángeles (Video 2: You Tube / Usuario: dsantat). Para consumar su llegada, se promulgó, a inicios del año pasado, la Regla del Jugador Designado (Designated Player Rule), en la cual los clubes acuerdan poder firmar un jugador cuyo salario está por encima del límite presupuestario estipulado por la MLS (en 2008 será de US$2.3 millones), para así fomentar la llegada de estrellas del fútbol. Tras la instauración de esta norma, arribaron jugadores como Juan Pablo Ángel (al New York Red Bulls), Guillermo Barros Schelotto (al Columbus Crew) y Cuauhtémoc Blanco (al Chicago Fire). A ellos se les han unido recientemente Denílson (en el FC Dallas), Abel Xavier (para el LA Galaxy) y Claudio Reyna (en el Chicago Fire).

En el pasado, la MLS era vista como una liga para quienes no les molestaba algo más de actividad (y dinero) antes de colgar los botines, como fue el caso de las ex-estrellas Marco Etcheverry y el ‘Pibe’ Valderrama. En ese sentido, la MLS siempre compitió con algunas de las ligas menores de Medio Oriente por hacerse con los servicios de grandes estrellas del fútbol, imagen de la cual, en la actualidad, se quiere despojar.

Es claro que el fútbol en los Estados Unidos viene en ascenso y que, con la prevista entrada de nuevas franquicias para las próximas temporadas (se dice que Seattle tendrá un equipo para 2009), la competitividad de la MLS será aún mayor. La creación de la denominada Superliga, en la cual cuatro equipos de la MLS y cuatro equipos de la Primera División Mexicana compiten por ver cuál es el mejor club de Norteamérica y un premio de US$1 millón, promete incrementar el atractivo de la MLS y negociar el traspaso de mejores jugadores que militen en ligas europeas. En 2007, el Pachuca mexicano se alzó con el mencionado trofeo, tras vencer al LA Galaxy 4-3 en la tanda de los penales (Video 3: You Tube / Usuario: mls). Curiosamente, de los cuatro conjuntos que pasaban a la ronda final del torneo, el único representante mexicano fue el Pachuca, lo que evidencia una mejoría notoria de los clubes americanos.

Si bien se trata de un proyecto de largo plazo, las intenciones de la MLS son claras: fomentar una liga doméstica tan competitiva como los talentos que exporta año a año a los mejores clubes del Viejo Continente. La última gran aparición del fútbol norteamericano es el delantero de 18 años Jozy Altidore, que actualmente juega para los New York Red Bulls y ya ofreció destellos de su talento en el Mundial Sub-20 disputado en Canadá. Se dice que el Newcastle United y el Real Madrid andan tras sus pasos.

Así, Estados Unidos pasa a emprender uno de sus proyectos más ambiciosos, escalar hasta ser potencia en, quizás, el único deporte olímpico en que no lo es ya. La MLS, que tantas veces fue objeto de burla por parte de quienes disfrutan de las mejores ligas del mundo, podría ser la última en reír de cara a 2008.

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