Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEl campeón del Torneo del Inca busca conservar la base de 2014 y armar un equipo aún más competitivo para afrontar este 2015. Tras ser protagonista en varios campeonatos, el club tiene la obligación de cortar una racha de 8 años sin campeonar.

Fue 2014 un año amargo en La Victoria. Empezó con un agónico triunfo ante la San Martín que le dio el Torneo del Inca. Se cayó en el Apertura. En el Clausura fue protagonista y tuvo un pie y medio en la final más de una vez pero dejó escapar el sueño. Alianza Lima no sabe lo que es ser campeón nacional desde que Gerardo Pelusso lo comandara en 2006. Arranca 2015 y nueve años sin campeonatos traen recuerdos negativos del pasado, cuando los íntimos tuvieron que sufrir diecinueve años sin campeonar. Sanguinetti ha apostado por la continuidad de su equipo para lograrlo.

No llores por mí

Si algo positivo le ha pasado a Alianza, eso es que casi no ha tenido bajas para este año. El equipo se mantiene casi igual, salvo una partida que ha dejado a muchos hinchas desconsolados. Wálter Ibáñez se fue después de tres temporadas vistiendo la blanquiazul. El ‘Colo’ se metió la hinchada al bolsillo desde muy temprano y se volvió titular indiscutible, además de capitán. El caudillo de la defensa aliancista no llegó a un acuerdo económico con la directiva y partió a la Universidad Católica. Su ausencia será sentida por el equipo, que ya había cuajado y encontrado solidez en la última línea.

Otro que dijo adiós pero con el efecto contrario fue Mauricio Montes. El exgoleador de Real Garcilaso llegó a Alianza para renovar la imagen que dejó tras su paso sin goles en 2004. El año pasado sí anotó pero no llegó ni a los cinco goles y fue intrascendente. A la lista se suma, entre otros, Guillermo Guizasola.

La continuidad es la clave

Alianza ha mantenido la base del 2014, propuesta que puede resultar importante para los objetivos de esta temporada (Foto: Ovación digital)
Sanguinetti fue enfático en sus intenciones de crear un grupo sólido, no solo en lo físico y en lo futbolístico; también en lo emocional. Alianza se mostró integrado y esa buena comunicación la transportó a la cancha. 2015 llega y el equipo se mantiene casi igual. El técnico uruguayo apuesta por el grupo que estuvo a punto de jugar la final y confía en que el tiempo los hará mejores.

Ante la salida de Ibáñez se apostó por otro extranjero, Marcos Miers. El paraguayo hará dupla con Miguel Araujo en la central. Guizasola y Trujillo serán los laterales de siempre. Atoche y Míguez en la primera línea de la volante, Costa y Cueva más adelante junto al recién presentado Willian Mimbela. Guevgeozián es la misma carta de gol de hace dos años, y es la zona donde Alianza debe poner mayor énfasis, tanto para acompañar al armenio como para poder suplirlo eficientemente en caso de ausencia.

Si hay que resumir qué le faltó a Alianza en 2014 y que debe reforzar en 2015 es constancia. Constancia para afrontar el año de manera pareja -como hizo Melgar, el equipo más parejo del año pasado–, constancia para definir los partidos más difíciles como hizo en los más fáciles. Este 2015 es el año para dejar de ser el protagonista que se queda a un paso de campeonar y ser el protagonista que celebra en diciembre. La continuidad de los proyectos tienen la ventaja de conservar lo bueno y aprender de lo malo. Alianza la tiene. Solo queda aplicarla.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Ovación digital


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