Ya no es cuestión de magia
Sergio Markarián aún no encontró el equipo base, pero ya atisbó lo que será Perú bajo su mando. ¿Encontrará la selección ese rumbo en la Copa América de este año? Aquí ensayamos algunas respuestas.
Ha pasado ya lo suficiente desde el 23 de julio del pasado año para que el nombre de la selección deje de mentarse como uno de los adefesios más insignes de este país. La sola presencia de Markarián consiguió, de buena y mala manera, el respaldo para un moribundo en eterna etapa terminal. Y es así que el amanecer de 2011 recibe a esta selección, con cinco amistosos (la mayoría criticados), convencida, con un futuro cada vez menos destinado al azar, con abrazos racionales a la esperanza. Entonces, ¿por qué la Copa América de Argentina será el trampolín perfecto para recuperar ese reconocimiento que tanto ansía Markarián cuando habla para la gente? Pero, sobre todo, ¿por qué deberá ser el escenario elegido para una revolución inmediata y en base a algo tan simplista pero ignorado a lo largo de la historia reciente: saber jugar al fútbol?
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EN SERIO, EQUIPO HAY: En esta etapa, por la razón o por la fuerza, se produjo un tácito cambio generacional. Markarián nunca fue amigo de los jugadores ni compartió profesión con ellos como para generar convocatorias basadas en la confianza netamente personal. Esto, a la vez de la consolidación personal de varios jugadores que fueron sobretratados como promesas y la aparición responsable de jugadores (léase Torneo de Promoción y Reservas en desmedro de la aparición esporádica y sobrevaloración). El ‘Mago’ no confundió el experimento que en su momento imprimiera Maturana con la experimentación que buscó en sus microciclos a fin de, por ejemplo, encontrar al menos dos jugadores por puesto. Está de más dar juicios certeros a partir de algunos meses de trabajo y otros tantos amistosos, pero hoy puede hablarse de que Perú, dentro de sus posibilidades, tiene cómo y con qué pararse en una cancha. Markarián dejó en claro que no tiene ‘tabúes’ en sus convocatorias, pero sabe bien cuando es conveniente llamar a alguien, e incluso si nunca debería hacerlo. Si encuentra la base que tanto busca, ahora sí contando con la totalidad de los jugadores en los que piensa, la Copa traerá buenos resultados (en todo el sentido de la palabra).
¿EL GRUPO DE LA MUERTE? Aunque la estadística hable de que Perú siempre clasifica a la segunda fase, el objetivo se complica cuando recordamos que Uruguay, Chile y México (aún cuando se menciona que irá con un cuadro juvenil) compartirán grupo con la bicolor. Sin duda, una retafila de oponentes de alto grado para una selección que debería llegar con cierto oficio. Aunque cabe acotar que se ha llenado de desmesura este acápite. Si bien Uruguay llega con el cartel de cuarto mejor del mundo, no será fácil que desde el inicio exhiba el nivel con el que terminó el Mundial pues en Sudáfrica siempre fue de menos a más. Por su parte, Chile rompió la armonía de la era Bielsa y ya no se muestra tan sólido. Finalmente, México podría llegar a la justa con un cuadro reservista o de menor jerarquía. Claro, todo ello sin afanes de desmerecer la calidad de los tres cuadros, si no más bien para no enterrar desde el inicio las opciones nacionales asegurando derrotas anticipadas. Haciendo cálculos, Perú debería jugarse la clasificación ante mapochinos y aztecas.
COMO CANCHA: Eso sí, si Perú busca buenos resultados en el certamen, al menos en la primera etapa, deberá trabajar mucho en fortalecer el aspecto físico. Tanto el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza como el Bicentenario de San Juan, sedes del grupo peruano, cuentan con campos bastante amplios y donde el equipo de Markarián podría sufrir si no está al nivel mundialista en lo físico de sus contendores. De tomar en cuenta esta premisa, Perú podría darse abasto para enfrentar a los tres.
EL RIVAL: Si Perú logra la hazaña (ganar el grupo C) enfrentaría al segundo del B (Brasil, Paraguay, Ecuador y Venezuela), el cual sería sobre el papel el seleccionado guaraní, aunque no estaría descartado el once ecuatoriano. Por más increíble que parezca, a Perú le iría mucho mejor -así lo dice la historia- ante los ‘paraguas’ que ante los ecuatorianos, la ‘bestia negra’ del combinado patrio en los últimos tiempos. En cambio, si Perú alcanza el segundo lugar deberá enfrentar a quien también quede segundo en la llave A (Argentina, Colombia, Japón y Bolivia), siendo Colombia la favorita, aunque la invitada Japón podría dar la sorpresa. Como primero mejor tercero enfrentaría a Argentina, mientras que como segundo mejor tercero chocaría ante Brasil. Una muerte casi segura. Así, al seleccionado peruano le convendría el segundo lugar. Si lograra también dar cuenta de Colombia o Japón, se toparía con el ganador de Argentina ante el mejor tercero en semifinales. De esa manera, aseguraría un puesto entre los cuatro primeros luego de 14 años.
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
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