¿Quién se atreve?
Sin mucha actividad futbolística para nuestra selección en 2010, el objetivo de buscar a un nuevo entrenador está rondando entre la especulación y la mediatez de Manuel Burga, quien intenta ilusionar al hincha con un proyecto acorde a su propia conveniencia.
Ya es cansino ver una y otra portada de posibles entrenadores para la selección nacional, sin razones contrastadas y solo aducidas por pequeñas especulaciones. El ser sucesor de ‘Chemo’ es un puesto hartamente debatido por todos los aficionados del balompié local, pero que -inexorablemente- solo unos cuantos tendrán la real decisión de cotejar. Eso sí, hay varios que se pelean como si dirigir a nuestra selección estuviera situado en algún ranking de Best Place to Work.
José del Solar, Julio César Uribe, Franco Navarro, Freddy Ternero, Paulo Autuori y Francisco Maturana, son los seis entrenadores que se han puesto el buzo desde el último puesto honorable de la selección en una competencia de élite, la cual se logró con Juan Carlos Oblitas en las eliminatorias para Francia 1998. Cuatro peruanos, un brasileño y un colombiano. Diferentes planteamientos tácticos, algunos más serios, otros más aprovechadores y algún partido que ilusionó. Lo único certero de todo es que ninguno de los nombrados mereció seguir, y tampoco volver. La selección ha tocado fondo, y desde aquella eliminación frente a México, por penales, todo se ha venido cuesta abajo. Ni siquiera organizando la Copa América en 2004 pudimos alcanzar un puesto destacable (Argentina nos eliminó en cuartos de final).
El último de todos, José del Solar, se fue con un balance totalmente negativo, pero, absurdamente, respaldado por el mandamás de la FPF, uno de los pocos en el Perú entero que no quiere ver lo grande que le quedó el buzo. 'Chemo' jamás supo manejar el grupo, y mucho menos tras el escándalo del Golf Los Inkas. Se sancionó a jugadores útiles, y el defender a la selección ya no era una vitrina, sino una vergonzosa quemadera que desprestigiaba más a los que se enfundaron la bicolor.
Ahora, nombres como los de Carpeggiani, ‘Bolillo’ Gómez, Matthaus, Reynoso y Rivera vienen rondando en multitud por los oídos de los desilusionados hinchas. Lo cierto es que Manuel Burga -según sus propias palabras-, este verano, aparte de disfrutar de la playa, se dará un tiempo para elegir al futuro responsable de la blanquirroja.
De plano, para bien, imploramos que uno de sus elegidos no sean Juan Reynoso o Víctor Rivera. Para ambos, el entrenar a la selección desprestigiará su rápido ascenso conseguido a nivel de clubes. El ‘Cabezón’ primero deberá buscar alguna experiencia en el extranjero después de realizar una aceptable participación en la Libertadores; quizá en México, desde donde -aparte de buenas contrataciones- está trayendo grandes lecciones. Por su parte, el ‘Chino’ afronta un nuevo reto con Sporting Cristal y todavía tiene tiempo de sobra para ser nombrado en un futuro.
Si de perfil idóneo se trata, lo único seguro es que el nuevo entrenador debería ser alguien que conozca el medio, que sepa dominar a los jugadores, que no titubeé en sentar a un Pizarro o un Guerrero, que sea respetado de principio a fin (inclusive por sus propios seleccionados, algo que no ha venido ocurriendo en los últimos años), pero, lo más importante, que sepa convivir con nuestra realidad y sea hábil para lidiar con un grueso sector de la prensa, algo de la que -por ejemplo- careció un técnico de nivel como Paulo Autuori, mostrando su falta de manejo para sobrevivir en medio de la hoguera; o, en un caso más actual, el que viene protagonizando Juan Reynoso con los medios de comunicación.
La elección, sobre el papel, depende de los resultados económicos que disponga la FPF. Manuel Burga intenta engatusar a la afición refiriéndose a que el personaje que trabaje con el combinado nacional será un técnico de prestigio, por lo que -se puede presumir- aumentará la barrera de los 30 mil dólares que cobró ‘Chemo’ o, en su defecto, los 35 mil que se le pagaron al brasileño Autuori. En suma, un buen salvavidas para asolapar su gestión en 2010. Obviamente, el tema de fondo no gira en torno al entrenador, ya que se puede pagar unos 10 millones por Mourinho, pero nada garantiza que estemos presentes en Brasil 2014.
Por otra parte, estamos en año de Mundial y, como ya es una rutina de casi tres décadas, la actividad para la selección estará tranquila, por lo que, en teoría, tampoco habría que apurarse tanto: las competiciones oficiales que se avecinan son el Sudamericano Sub-20, que se organizará en nuestro país en enero próximo y, ese mismo 2011, la Copa América a disputarse en Argentina.
Así, pues, todo está clarísimo: la elección de un nuevo entrenador va en torno a la conveniencia de Burga, a echarle la culpa a su Comisión -tras el presumible fracaso-, y a engreírse con su protector suizo. Por lo pronto, algún directivo -como el de Arequipa- ya está quitándole respaldo y su voto se iría para Alberto Tejada Noriega, posible candidato para el sillón de la FPF en 2011. Sí, claro, cómo tiembla el susodicho. Pobre selección. Pobre de nosotros.
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
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Definitivamente no ‘Bolillo’ Gómez, Matthaus, Costas, Menotti Etc.. Reynoso y Rivera tendran su oportunidad mas adelante
Lo principal es q los dirigentes apoyen a muerte a su entrenador no q se escondan y los dejen solos en las conferencias. Definitivamente eso no va a suceder con los actuales directivos.
Deberia fortalecerse los torneos de menores y varios ETC ETC.
Lamentablemente, lo más probable es que se elija un nuevo entrenador y se inicie un nuevo proceso frustrado (el sétimo de manera consecutiva )
Si no se cambian las estructuras del fútbol no tienen ningún sentido hablar del tema.
El cambio que requiere el fútbol peruano para salir del estado comatodo en que está no pasa por preocuparse por quién será el entrenador o quienes jugarán la eliminatoria a un mundial al que no iremos.
Esta especulación es caer en el juego del despreciable Burga y su camarilla de dirigentes y periodistas asalariados.
Mejor dediquen más tiempo a pensar en soluciones para cambiar el sistema empezando por sacar al felón que preside la federación y a sus cortesanos.
