Gustavo de Luca en Universitario: No dejó ni dos lucas
Jorge Frisancho | @wolfs_venom15 Redactor |
Un 26 de febrero de 1994, Universitario de Deportes anunció como uno de sus principales contrataciones a Gustavo de Luca, un delantero argentino con un interesante currículum: campeón de la Recopa Sudamericana con Colo Colo en 1992, así como goleador de la Segunda División de Chile con Santiago Wanderers en 1987 y de la Primera División con La Serena en 1988.
Con estos antecedentes, en tienda merengue soñaban con contar con un atacante que le permitiera destacar en el torneo local -de paso, lograr el tricampeonato- y en la Copa Libertadores. Sin embargo, al día siguiente sucedió lo impensado e insólito: Alianza Lima lo presentó como su nuevo jugador y dejó sin palabras a la dirigencia merengue.
Lo que ocurrió en la realidad en Alianza Lima
Gustavo de Luca no tuvo una buena campaña en Alianza Lima. Llego al equipo blanquiazul junto con sus compatriotas Rubén Tannucci y Henry Homann, quienes no rindieron como se esperaba y salieron rápidamente del equipo. Los dirigentes esperaban que los tres argentinos le dieran la experiencia necesaria a la camada de ‘potrillos’ que había destacado en 1993, tales como Waldir Sáenz, Darío Muchotrigo, entre otros, pero ninguno fue la solución esperada.
De Luca apenas marcó dos goles durante el primer semestre de 1994 y se fue del club sin pena ni gloria para regresar a Chile, específicamente al Regional Atacama. Se dice que el atacante nunca pudo adaptarse al estilo de juego que practicaban los blanquiazules, pues sus características eran las de un ‘9’ neto que aprovechaba el juego aéreo, mientras que las nuevas figuras aliancistas optaban por jugar al ras del suelo. Además, el atacante argentino quedó rápidamente relegado y opacado por un joven que, luego de muchos años, terminaría siendo el goleador histórico del club: Waldir Sáenz.
Lo que pudo haber ocurrido en Universitario
Imaginemos que Gustavo de Luca llegó a Universitario en aquel 1994, en el equipo que buscaba ser tricampeón por primera vez en su historia. Ante la salida de Ronald Baroni a Deportivo Municipal, el exjugador de Colo-Colo rápidamente se habría convertido en el ‘9’ del elenco merengue dada la similitud en sus estilos de juego. Con ello, se habría descartado el fichaje del también argentino Ariel Ceferino Beltramo, quien llegó precisamente para tapar que el hueco que provocó la inesperada partida de De Luca y que fue un total fiasco en tienda crema.
Sergio Markarián habría podido mantener el esquema de juego que lo llevó a ganar el título en 1993 y no se habría visto forzado a variarlo para la Copa Libertadores de 1994. Es posible que Jorge Amado Nunes y Roberto Martínez se convirtieran en los socios del gol con De Luca, con lo cual Universitario no se habría descompensado en el ataque tras la salida de Baroni. Con un ‘9’ neto, el elenco crema podría haber competido con más fuerza contra Sporting Cristal y podría haber realizado una mejor Copa Libertadores -llegó a octavos de final, donde fue eliminado por Independiente de Medellín-.
Queda la sensación de que la decisión de Gustavo de Luca no solo perjudicó a Universitario, sino también al mismo jugador, pues de haber jugado en el conjunto dirigido por Markarián, se podría haber revalorizado en el último tramo de su carrera y podría haber tenido una buena Copa Libertadores. El haber fichado por Alianza Lima no fue la mejor elección debido a que nunca pudo amoldarse al tipo de juego blanquiazul y su paso por el Perú fue totalmente intrascendente.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Recortes: diario Ojo, suplemento deportivo Crack
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