De millonario a mendigo
En medio del clima post electoral, cabe recordar a un equipo que estuvo a poco de politizarse. Fue el Defensor Lima, club que llegó a abrazar la gloria, pero que besó la lona con el paso del tiempo, y que estuvo a un paso de ser estatizado.
Se podría dar como punto de inicio a esta historia el 31 de julio de 1931. Aquel día, el distrito de Breña vio nacer al Club Atlético Defensor Lima, equipo que pasó muchas penurias hasta llegar a la élite del fútbol peruano. En la Primera División, a pesar de no pertenecer a ella desde hace varios años, dejó un buen recuerdo en muchos aficionados que llegaron a apreciar aquella camiseta granate.
La gloria del fin
Corría el año 1973, el Perú estaba envuelto en los mantos de un Gobierno Militar que dejaba su huella en la historia desde el golpe de estado propiciado cinco años antes, cuando el 4 de mayo las políticas nacionalistas de entonces afectaron a la industria pesquera y estatizaron las empresas privadas para crear el Ministerio de Pesquería. En aquel momento, uno de los afectados directos con esta medida resultó ser el Defensor Lima. El equipo granate, que era apoyado económicamente por el Grupo Banchero, pasó a la incertidumbre de desconocer si su existencia seguiría siendo solventada. Este temor permaneció durante tres semanas en el equipo carasucia, exactamente hasta el viernes 25 de mayo. Ese día se aprobó que Pesca Perú -empresa pública encargada de manejar los asuntos pesqueros en el país- pasara a manejar los hilos del club granate.
Entre los planes de este acuerdo se incluían cuatro puntos. Primero, que el manejo económico sería a modo experimental y su continuidad dependía del éxito que obtuviera el equipo. Segundo, que la plana dirigencial del club pasara a ser manejada por una nueva junta directiva que estuviera integrada por funcionarios de Pesca Perú, empresa a la que se incorporó el entonces presidente granate, Luciano Cúneo. También se acordó crear nucleos deportivos a lo largo del litoral peruano, donde hubieran intereses portuarios. Y el último punto, que resultaba más que discutido, fue la idea de cambiarle de nombre al equipo por el de Defensor Perú, a modo de representar directamente la empresa que lo manejaría.
Más allá de acuerdos y promesas de engrandecer la institución, como la de trasladar su sede a las nuevas instalaciones del Ministerio de Pesquería para que que ahí realizaran sus entrenamientos, estos nunca llegaron a concretarse. Sin embargo, la historia de los carasucias no se detuvo entonces. Por el contrario, ese año escribió su página más gloriosa al conseguir el título nacional con un gran equipo entre los que destacaron algunos seleccionados nacionales como Roberto Chale y Gerónimo Barbadillo, quienes tuvieron a su a lado a los argentinos Néstor Verderi, Pedro Alexis González y Eduardo Stucchi. Siempre bajo el auspicio de la organización Banchero que se mantuvo como mecenas de la institución, aún tras el fallecimiento de su creador -Luis Banchero Rossi- en 1972.
Lamentablemente, como todas las historias, esta tuvo un fin. Cuando el apoyo financiero comenzó a decaer, los carasucias le dejaron los papeles principales a otros actores y empezaron a deambular en un escenario que vio pasar al Defensor Lima de disputar la Copa Libertadores de 1974 a la Copa Perú luego de que perdiera la categoría en 1978. Hoy, los de Breña sueñan con volver a estar en lo más alto del fútbol peruano; por mientras, continúa su lucha en el "fútbol macho" a través del cual buscan cumplir con ese anhelo.
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
Recorte: revista Ovación
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