Foto: Prensa FBFBolivia dio el gran golpe y derrotó 3-2 a Uruguay en un encuentro que regaló muchas emociones, coronadas un gol agónico de Fernando Saldías. El resultado deja a ambas selecciones con chances de clasificar al cuadrangular.
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Diego Lazo | @diegola2698
Redactor

Uruguay empezaba apenas a acomodarse en el gramado del Centenario de Armenia cuando Santiago Bueno cometió un error grave. La acción terminó en la falta en el área de Ignacio de Arruabarrena sobre Roberto Fernández que desembocó en la anotación de Moisés Villarroel, y eso marcó la pauta de un encuentro que tuvo un destino a todas luces inesperado. Lo que sí estaba en el libreto, quizá, era que la garra que caracteriza al fútbol uruguayo aflorara: José Luis Rodríguez -aprovechó un error del portero Rubén Cordano- y Federico Viñas -basado en el desequilibrio del ingresado Juan Manuel Sanabria- empataron el partido en apenas 2 minutos. El pimpón de chances claras para ambas selecciones de los instantes finales dio pie, más bien, a lo que no estaba prescrito: que Bolivia aprovechara el último contragolpe y, tras gran asistencia del ex Universitario Henry Vaca, Fernando Saldías decretara una victoria que mueve todo el tablero del Grupo B.

La Pizarra: Variaciones usuales

Bolivia: César Farías optó por un 4-trapecio-2, con la novedad de utilizar a Roberto Fernández como lateral derecho. Ronaldo Sánchez y Layonel Figueroa jugaron abiertos y la pareja en ataque fue conformada por Henry Vaca y Víctor Ábrego. Con el marcador a favor, Moisés Villarroel pasó a cumplir la labor de un tercer zaguero central. Las modificaciones de Bruno Miranda y Fernando Saldías dieron resultado, ya que este último anotó el gol agónico que le permitió la victoria a la verde.

Uruguay: Gustavo Ferreyra, de igual manera, alineó un 4-trapecio-2, con Facundo Waller y Joaquín Piquerez por los costados. En el ataque, estuvieron Diego Rossi y Federico Viñas. Con el resultado en contra, Ferreyra mandó al campo a sus tres revulsivos: Juan Manuel Sanabria, Matías Arezo y Santiago Rodríguez dieron fuego, pero les faltó más minutos en el campo para desequilibrar.

El Capo: Similar a lo real

Villarroel, acá a la marca de Ugarte, fue más que un perro de presa en la medular boliviana: dictó sus tiempos. (Foto: Prensa AUF) 

Moisés Villarroel cumplió una gran función en materia marca y, como se indicó, por momentos se acomodó como tercer zaguero central. El mediocampista de Jorge Wilstermann también se encargó de proporcionar salida, crear juego e intentar llevar peligro con remates de larga distancia a partir de su buena pegada, que se vio reflejada en su anotación desde los doce pasos.

Kazuki Ito: No aguantó ni su sombra

Franklin Congo cumplió una buena performance: fue muy correcto con sus decisiones y le aportó movilidad al juego. El árbitro ecuatoriano mostró bien las tarjetas amarillas y no toleró reclamos airados, como los de Carlos Benavídez y José Carrasco.

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Fotos: Prensa AUF; Prensa FBF


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La ficha del Bolivia 3 - Uruguay 2

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