Eduardo Berizzo en Paraguay: Por el brillo de la década pasada
Adrián Cabrejo | @adriancabp Director periodístico |
Domingo 24 de julio del 2011. Estadio Monumental Antonio Vespucio Liberti. La cancha de River Plate. El brasileño Sálvio Fagundes pitó el final del partido en el que Uruguay goleó por 3-0 a Paraguay para quedarse con el título de la Copa América que se desarrolló en territorio argentino. El partido marcó el cierre del exitoso proceso de Gerardo Martino al frente de la albirroja, a la que condujo a ese subcampeonato y un año antes llevó a los cuartos de final de la Copa del Mundo.
La salida de Martino fue clave para un seleccionado paraguayo que desde entonces pasó momentos de auténtica turbulencia y que lo dejó al margen de los Mundiales de Brasil y Rusia. Desde entonces pasaron por el banco entrenadores tan distintos como Francisco Arce -inexplicablemente en dos ocasiones-, Gerardo Pelusso, el fallecido Víctor Genes, Ramón Díaz y Juan Carlos Osorio. ¿Se puede conseguir algo así? Por supuesto que no.
Por eso no es casualidad que los fracasos hayan tocado tienda guaraní. El último lugar en las Eliminatorias del 2014 fueron un durísimo golpe para una selección que en los últimos años se había acostumbrado a una estabilidad casi sin precedentes a pesar de contar con distintos entrenadores. No importaba mucho el nombre -Paulo César Carpegiani, Sergio Markarián, Anibal Ruiz o Gerardo Martino-, Paraguay iba a los Mundiales sin sudar demasiado.
Todo tiempo pasado fue mejor
La llegada de Eduardo Berizzo revela cierta intensión -y mucha nostalgia- en la dirigencia paraguaya: la de buscar a un entrenador que por características sea lo más similar posible a Gerardo Martino. Berizzo, también nacido en la cuna leprosa de Newell’s Old Boys, prioriza la presión y sale dispuesto a apretar en cualquier campo. Sus equipos son intensos, pero de buen trato al balón.
No es casualidad que el entrenador argentino haya sido el más estrecho colaborador de Marcelo Bielsa durante su paso por la selección chilena. Luego Berizzo iniciaría una interesante carrera en la que conseguiría un histórico Torneo Apertura y una Supercopa con O’Higgins. Después vendría un recordado paso por Celta y una experiencia discreta al frente del Sevilla.
Si bien sus pergaminos no son excepcionales, sí se trata de un entrenador que suele potenciar a sus jugadores y que prioriza el concepto de equipo por encima de cualquier individualidad, algo que vendrá bien a Paraguay porque no cuenta con grandes estrellas. ¿Podrá tener el éxito que alguna vez tuvo Martino? La tarea sin lugar a dudas será titánica. Lo fundamental será que reciba el respaldo necesario para llevar a cabo un proyecto al margen de los primeros resultados, algo que no sucedió con sus antecesores en el cargo.
Es tiempo de cambios en el barrio de Sajonia, donde se ubican el estadio Defensores del Chaco y la sede de la Asociación Paraguaya de Fútbol. La albirroja intentará recuperar el brillo de la década pasada y su primera prueba será ante un Perú que también necesita ganar para sacudirse del discreto final del 2018.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com