Los jugadores de Alianza y Huracán: La victoria en un globo
Comienza la Copa Libertadores en su edición 2015 y el primer partido lo juegan Alianza Lima contra Huracán de Argentina, dos equipos que además de ser rivales también tuvieron entre sus filas a nueve jugadores que alguna vez vistieron ambas casaquillas.
La temporada futbolística en el Perú comienza un año más con la Copa Libertadores. Esta vez le toca a Alianza Lima ser el primero en disputar un encuentro oficial y ante un rival sin registro previo: Huracán, el ‘Globito’ argentino, visita por primera vez a un equipo peruano en esta lid en la que solo uno seguirá adelante.
Pese a la falta de antecedentes sobre una cancha ambos equipos tienen algo en común, pues de los seis futbolistas peruanos que alguna vez jugaron por el cuadro de Parque Patricios cuatro lo hicieron también por la blanquiazul, además de cinco jugadores extranjeros que tuvieron un camino parecido.
Los de adentro
Máximo Lobatón. Uno de los exponentes de la dinastía Lobatón dio sus primeros pasos en los infantiles de Alianza Lima durante los años treinta. Aún así, su debut en Primera no fue como blanquiazul, sino con la franja de Municipal. A Alianza volvió recién en 1940 cuando los íntimos renovaron su plantel luego de superar la dura etapa en El Potao. Dos años permaneció en La Victoria hasta que en 1942 fichó por Huracán para ser el primer peruano en jugar por el ‘Globito’. Consumado como half derecho, en Argentina a Lobatón le alcanzó el combustible para disputar 10 encuentros con el cuadro ‘quemero’ que esa temporada logró el tercer puesto. Luego volvió una vez más a Alianza antes de salir rumbo a Colombia donde Deportivo Cali lo arropó desde 1948 junto al éxodo de futbolistas peruanos en ‘El Dorado’.
Valeriano López. Del ‘Tanque de Casma’ se sabe mucho, aunque los números de su carrera no siempre cuadran. La fama goleadora la sembró jugando en Sport Boys donde campeonó en 1951 para luego dar el salto hacia Argentina en su segunda incursión internacional luego de jugar por el Deportivo Cali. A Huracán se fue solo con sus maletas en 1952 al no poder actuar en Perú por un castigo y al inicio le costó adaptarse, pero cuando los goles comenzaron a aparecer le fue mejor. Disputó 18 partidos y convirtió 10 tantos, siendo los más famosos los dos que le anotó al gran Amadeo Carrizo en su primera visita al estadio de River Plate en un choque que acabó 3-2 para los ‘Millonarios’. Se mantuvo así durante dos años hasta que regresó al Perú, ya perdonado, para jugar en Alianza. Entre 1954 y 1960 vistió la blanquiazul entre partidos oficiales y amistosos, sumando buenas cifras pero también uno que otro lío, lo que le costó primero ser cedido al Mariscal Castilla en 1959 y luego dejar el equipo para cerrar filas con el Boys.
Carlos Lazón. Su labor en la línea media del Mariscal Sucre le valió tener crédito suficiente para salir directo hacia Huracán cuando en 1952 le siguió los pasos a Valeriano en compañía de otro peruano: Alberto Loret de Mola. De los tres fue el que más actuó, a veces incluso como parte del ataque, pues estuvo en 32 partidos a lo largo de los dos años que permaneció con el ‘Globito’. De regreso al fútbol peruano en 1954 también pasó a formar parte de Alianza Lima, logrando el título de esa temporada y se mantuvo en La Victoria hasta que a fines de esa década lo llamaron del Rímac para jugar en Cristal.
Julio Edson Uribe. Es el último en cumplir con los requisitos en los dos clubes. Poco se recuerda su tiempo en el fútbol argentino donde primero estuvo en Rosario Central y luego en Huracán. Al Tomás Ducó llegó en 2003 en un momento de crisis pues el equipo peleaba por evitar el descenso, lo que finalmente no cumplió. Durante el Torneo Clausura de ese año Uribe estuvo en tres partidos, ante Unión, San Lorenzo y Lanús, siendo una constante su ingreso desde el banco de suplentes. Tras varias idas y vueltas con diversas camisetas el ‘Diamantito’ al fin se pulió lo suficiente como para ganarse el llamado de un club grande en 2013. Ese fue Alianza, que lo tuvo en dos temporadas, siendo habitual su presencia durante la primera pues en la segunda una lesión lo mantuvo alejado de las canchas y el protagonismo del once titular.
Los de afuera
Mario Bianchini. Fue delantero, pero no fue goleador y tuvo una dilatada trayectoria en equipos de Argentina, Colombia y Perú. Primero vistió la camiseta de Huracán en 1981 cuando ocupó el octavo puesto del Metropolitano, torneo donde le marcó su único gol en 9 partidos a Argentinos Juniors en el triunfo ‘quemero’ por 1-0 en la fecha 30. A Alianza Lima llegó en 1989 cuando a los íntimos los dirigía Miguel Company. Como blanquiazul cosechó 5 goles, siendo su mejor partido el que disputó en la Copa Plácido Galindo ante AELU que cayó 2-0 con un doblete suyo. Su paso por La Victoria fue corto, pero al menos le sirvió a Bianchini para prolongar su aventura peruana ya que Alianza Atlético lo contrató para la siguiente campaña.
Rubén Tannucci. Curioso caso el de este defensa central, casi tanto como su recordado look cuando vino al Perú. Nació en Avellaneda y se formó como jugador en Independiente, pero no llegó a debutar con el ‘Rey de Copas’. Tras un breve paso por otro equipo copero como Estudiantes de La Plata, Tannucci llegó a Huracán en 1988 para tentar el ascenso en el Nacional B (sin éxito). Jugó una temporada por el ‘Globito’ donde actuó en 24 partidos y anotó 2 goles. Al comenzar los años noventa cruzó la cordillera para jugar en el fútbol chileno, donde le fue mejor, por lo que en 1994 vino a Alianza Lima como refuerzo para la Libertadores junto a otros extranjeros como el arquero chileno Óscar Wirth y los también argentinos Gustavo de Luca y Henry Homann. Pese a que no satisfizo todas las expectativas se salvó de una purga y pudo completar la temporada antes de pegar la vuelta al fútbol chileno.
Pedro Monzón. Es el más rankeado de los futbolistas que alguna vez vistieron las camisetas de ambos equipos. Selecciondo por Argentina en el Mundial de Italia 1990 cuando quedó subcampeón, éste recio defensa central destacó siempre por su buen juego aéreo. En la temporada 1992/93 defendió a Huracán luego de su larga trayectoria por Independiente y una breve estancia en Guayaquil con el Barcelona. Jugó 23 partidos y se fue a Quilmes en la segunda categoría, pero en 1995 Alianza Lima le giró los pasajes para sumarse a un plantel que buscó cumplir una buena Libertadores pero que acabó eliminado en la Fase de Grupos. Monzón corrió similar suerte, pues tras un discreto rendimiento dejó el equipo.
Facundo Gareca. Vino al Perú como goleador pero no pudo cumplir con su cometido, aunque algún recuerdo dejó. Gareca se destaca en esta lista por una situación particular, pues es el único de los no peruanos que jugó primero por Alianza y después en Huracán. Para vestir la blanquiazul llegó durante el segundo semestre de 1998 y de arranque las cosas le salieron mal. Sin embargo, la redención le llegó en un clásico en el que un tiro libre suyo le alcanzó a los ‘íntimos’ para ganar 1-0. Luego sumó otros dos goles antes de partir a Uruguay donde el club Bella Vista lo recibió. En su carrera siguió un año con Arsenal de Sarandí antes de fichar por el ‘Globito’ para la temporada 2000/01 cuando en 8 encuentros no pudo anotar.
Sebastián Morquio. Este defensa uruguayo de gran estatura (1.92 metros) dejó mejor recuerdo en Argentina que en el Perú. Tras salir de Nacional de Montevideo el ‘Patota’ llegó a Huracán en 1999 para luchar el ascenso y lo logró. Se quedó durante tres temporadas en Parque Patricios acumulando 121 partidos y 19 goles. Tras un corto paso por el FC Elista de Rusia, Morquio fue contratado por Alianza Lima en la segunda parte de 2003 para jugar el Torneo Clausura donde cosechó críticas a granel. Aún así, el técnico Gustavo Costas lo respaldó hasta donde pudo aunque no se adaptó al medio y tampoco al puesto de titular que al final recayó en José Soto y Wálter Vílchez.
El bonus track
Carlos Alberto Enrique. El ‘Loco’ también merece una mención, pues aunque nunca jugó de manera oficial por Huracán, es un reconocido fanático del equipo de Parque Patricios. En el Perú llamó la atención en Alianza por sus remates de larga distancia y la dura marca que ejerció por el lado izquierdo del equipo de Iván Brzic, con quien tuvo más de una historia de cortos circuitos y malos entendidos (y alguna palabra muy subida de tono) desde que arribó en 1994 y que acabó con su prematura salida un año después.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: revista Ovación, diario La Crónica; Fotos: blogquemero.blogspot.com, soy-quemero.com.ar
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