El walk over del Piérola: Ardillas en fuga

No pocas veces se remarca que la década de los años setenta fue la última que trató con generosidad al fútbol peruano. Los éxitos deportivos afloraban, pero no por ello se podía decir que todo se manejaba de la mejor manera.
En 1974, cuando se decidió incrementar de 18 a 22 los cupos en la Primera División invitando a los campeones regionales de la Copa Perú, uno de los equipos favorecidos resultó siendo el FBC Piérola, simbólico cuadro arequipeño que de esa forma se estrenó en la máxima categoría. Aquel cambio brusco, sin embargo, más que beneficiar acabó por perjudicar al cuadro ‘ardilla’ porque su solvencia económica no daba para asumir los gastos de un plantel profesional.
Más de rojo que de azul
Dentro de una campaña irregular en la que los puntos se sumaban de a pocos pero las deudas por pagar se juntaban rápido, la situación llegó a su límite en noviembre cuando el grueso del plantel decidió parar los entrenamientos como medida de protesta al no llegar a un acuerdo con Arturo de Riglos, presidente de la institución, a quien además plantearon como alternativa su renuncia para volver a las canchas.
A partir de aquel momento la división dentro del equipo se comenzó a manifestar. Por un lado, el técnico paraguayo Miguel Ortega y los jugadores argentinos Miguel Canziani y Luis Sugo se pusieron del lado del presidente pese a que a ellos también se les adeudaba; por otro, un grupo reducido siguió con los entrenamientos a cargo del capitán Salvador Salguero, que pasó a desempeñar la doble función de jugador y entrenador.
A todo esto quien quedó a la expectativa fue el Atlético Chalaco, rival de Piérola en la fecha 31 del Descentralizado y al que debían visitar en Arequipa. El encuentro estaba pactado para el domingo 3 de noviembre en el estadio Melgar, pero el mismo De Riglos se encargó de confirmar que no había vuelta atrás y que su equipo no se iba a presentar. Incluso amenazó con retirarse del torneo.
Con esta información fue que el ‘León Porteño’ optó por no realizar el viaje para evitar los gastos que ello hubiera acarreado, por lo que en la cancha no se dio la clásica imagen de ver a una oncena esperando en vano a su contrincante junto a los árbitros, aunque no por ello se llegó a evitar la situación de walk over con la que Piérola perdió el encuentro.
Pese a los posteriores pedidos a la Asociación Nacional de Fútbol para reprogramar el partido, nada de ello sucedió. Lo que sí pasó fue que el ente organizador del campeonato intercedió para encontrar una solución y así los azulgranas regresaron a la actividad una semana después ante Cienciano en el Cusco, ya con un nuevo grupo en el que destacaban algunos ex jugadores de sus recientes campañas en el ‘fútbol macho’ que se reincorporaron al club.
Pasaron 40 años desde aquel momento en el que se instaló una mancha que se ha repetido con diversos equipos y en distintas situaciones desde que en 1966 se descentralizó el torneo, pero que por entonces fue una razón más para quienes buscaban desterrar el fútbol profesional del Perú, una tarea que por suerte nunca llegó a prosperar.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recorte: diario La Crónica
