1995: La fiebre del octogonal
1995 fue uno de los mejores campeonatos, aunque adoleció del problema de la época: solo fue peleado por los ‘tres grandes’. Se empleó un nuevo formato: en un principio se estableció que, después de las 30 fechas, se jugaran dos octogonales (uno por el título y otro por el descenso), pero, dada la precariedad económica de los clubes, el segundo de ellos no llegó a disputarse. Por primera vez, y de acuerdo a la actualización del reglamento FIFA, se establecieron los tres puntos por partido ganado y se permitieron tres modificaciones en el transcurso de los partidos.
El campeón
Sporting Cristal fue un justo bicampeón; aunque fue menos rotundo que el insuperable campeonato de 1994 (esta vez priorizó la Libertadores y perdió muchos puntos durante la primera rueda), volvió a asentarse como un equipo arrollador, sobre todo ante los equipos ‘chicos’ (que sí complicaban a sus rivales directos, como la ‘U’ y Alianza). En la fecha 26 de la etapa regular, reabrió sus puertas el estadio San Martín de Porres, que sigue albergando sus partidos hasta hoy: ese día aplastó 6-0 a Cienciano y recuperó el liderato, que no soltaría más. Instauró las mañanas celestes (11:30), que solían redondearse con goleadas, en una de las muchas y exitosas estrategias de marketing que permitieron a Cristal ganar una considerable hinchada en ese tiempo (aproximadamente, de 5 a 13 por ciento).
Los que pelearon arriba
Alianza y Universitario fueron los únicos que le pelearon el título a Cristal; cuando esto les fue imposible, disputaron férreamente el subcampeonato y la clasificación a la Libertadores. Ese año, se establecieron ciertas paternidades entre los ‘grandes’: la ‘U’ le ganó casi siempre a Cristal (el golazo de Alex Rossi, en la fecha 36, quedó como una de las postales de dicho certamen), Alianza a la ‘U’ (su postal fue, sin duda, el 6-3) y Cristal a Alianza. La excepción fue la definición del subcampeonato, jugada post-Navidad, que ganaron los cremas con gol de Roberto Martínez. Cienciano fue la revelación, pues pasó de salvar con lo justo el descenso en 1994 a ubicarse como el mejor provinciano de 1995 (cuarto); Sipesa y Melgar también animaron, como Municipal y San Agustín, que clasificaron al octogonal.
Los que pelearon abajo
Atlético Torino, que regresaba a Primera, tenía todos los boletos jugados en su contra; nadie apostaba un sol por su salvación. Durante la primera rueda, solo había sumado dos puntos y su primera victoria recién llegó en la fecha 20 (0-1 sobre Sipesa). Pero en las últimas ocho fechas, el ‘Taladro’ hizo el milagro: ganó cinco partidos y empató tres, lo que le bastó para darle caza y luego superar a un sorprendido Unión Huaral, que descendió en la última fecha, contra todo pronóstico, tras caer 2-4 ante Sipesa; Torino, en cambio, se salvó venciendo 1-0 a Municipal. El otro descendido fue León de Huánuco, de gran campaña en 1994, pero que fue completamente desmantelado y bajó tres fechas antes del final.
El goleador
Por segundo año consecutivo, fue Sporting Cristal quien ostentó al goleador: esta vez fue el brasileño Julio de Andrade, ‘Julinho’, que anotó 23 tantos en el año. Su partido más memorable fue, tal vez, el de la fecha 27, cuando Municipal vencía 0-1 a Cristal en el San Martín y Julinho, con tres goles en cinco minutos (83’, 84’ y 88’) le dio vuelta al score.
¿Te acordabas de esto?
-Los clásicos fueron el condimento indispensable de este Descentralizado. Los hinchas de Alianza recordarán la paternidad sobre los cremas, intensificada por el histórico 6-3 que propinaron en Matute cuando eran cómodos líderes y parecían encaminados al título, de la mano de Iván Brzic. Los hinchas de la ‘U’ recordarán la definición del subcampeonato, con gol de Roberto Martínez, con Markarián lanzando su gorra a la Trinchera Norte y con su paternidad en los llamados “clásicos importantes”. Hasta los hinchas de Cristal celebraron con un clásico: fue el de la fecha 32, ya en el Octogonal, cuando Alianza y la ‘U’ empataron 0-0 (recordado por el polémico penal a favor de Alianza, rectificado por Alberto Tejada) y el encuentro fue suspendido por disturbios, perdiendo ambos cuadros el punto ganado (lo que favoreció, indudablemente, a los rimenses).
-Los entrenadores fueron un tema aparte en este torneo. Sucedieron algunas situaciones inverosímiles, como cuando, en la misma fecha (la 25), Julio César Uribe dejó Municipal para dirigir Alianza Lima, y el chileno Ramón Estay, destituido de Matute, pasó a ser entrenador edil. Otro caso increíble fue el de José Carlos Amaral en Torino: el brasileño solo dirigía los partidos de los domingos, pero los entrenamientos de la semana los realizaba Percy ‘La Chanca’ Maldonado (quien, finalmente, se quedó con el puesto y salvó al ‘Taladro’ de la baja).
-Algunos clubes limeños decidieron mudar su localía para paliar la crisis: Ciclista jugó casi toda la primera rueda en Chincha, mientras que San Agustín decidió jugar algunos encuentros en el Segundo Aranda Torres de Huacho.
-Se inauguró el estadio Monumental Virgen del Chapi (la UNSA) de Arequipa, que se convirtió en el escenario de provincia más moderno de la época; fue en la fecha 16, en el reinicio del Descentralizado, con un empate 1-1 entre FBC Melgar y Alianza Lima. Por el lado opuesto, el estadio Telmo Carbajo del Callao fue utilizado por última vez en la Primera División: fue en la fecha 29, en el partido que Sporting Cristal derrotó por 0-2 a Sport Boys.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: revista Estadio, diario El Bocón, revista de la Conmebol
escrito por kamikaze , February 04, 2012
escrito por the power metal , February 05, 2012
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