La mañana del lunes no pasó desapercibida para el torneo local, pues los jugadores de Carlos Stein denunciaron que un grupo de delincuentes ingresó a los entrenamientos en el colegio Santo Toribio de Mogrovejo con armas para amedrentarlos por sus últimos resultados negativos. El bienestar del fútbol peruano exige rechazar frontalmente estos actos y alejarlos de las canchas.

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