Sin escuela de Robinsones

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Alonso Cantuarias | @alonso_cantu Columnista editorial |
El 1-1 entre Alianza Atlético y Ayacucho no solo dejó relegados a ambos equipos en el Torneo de Verano. También ratificó los grandes problemas ofensivos del cuadro sullanense, que todavía no ha logrado reponerse de la partida de su exgoleador Robinson Aponzá, quien anotó 30 tantos la temporada pasada y que se constituía como el jugador más desequilibrante del equipo, debido a que podía jugar casi en cualquier posición del campo y del ataque.
Los tres goles que lleva anotados hasta el momento el Vendaval dan muestra de un equipo al que le cuesta concretar las opciones que genera. Ante los zorros, por citar un ejemplo, el cuadro churre solo fue efectivo en una de quince situaciones de gol. Además, al repasar los autores de los tantos en Alianza Atlético se cae en la cuenta de que todos sus goles han sido anotados de cabeza: en la primera fecha ante San Martín por Jonathan Palacios; en la quinta fecha ante Cantolao por Roberto Jiménez y ante Ayacucho por Manuel Calderón. Por ello, no es casualidad que el equipo busque con frecuencia los balones detenidos y el juego por las bandas.
Para entender esta problemática en la definición, hay que partir por analizar el funcionamiento del equipo. Alianza Atlético apostó en este inicio de torneo por un 4-2-3-1 que varía por momentos en un 4-3-2-1, en el que la propuesta de juego recae en lo que pueda ofrecer el volante ancla, posición en la que Jhon Jairo Valencia volvió al titularato ante Ayacucho. Como alternativas al remate de larga distancia del colombiano están el desequilibrio que puedan causar Jonathan Palacios y Jorge Bazán desde las bandas. En ataque, Roberto Malingas Jiménez aparece como el hombre gol, aunque ya no sea el prometedor delantero que era pretendido por clubes del exterior. Si bien el ex San Lorenzo aporta por su experiencia y movilidad por todo el frente de ataque, su rendimiento se ve disminuido al estar tan alejado del resto de sus compañeros.
Justamente, el gran problema de Alianza Atlético es que se hace un equipo largo porque Palacios y Bazán suelen apoyar a los laterales para cubrir las bandas, lo cual se convierte en un problema cuando ambos buscan encarar hacia el arco rival ya que tienen más metros por recorrer. Otro aspecto por considerar es que tanto Valencia como Tarek Carranza o Julio José García, quienes también alternan en la primera línea de volantes, privilegian el remate de larga distancia antes que el juego asociado a ras de piso.
En términos de opciones de recambio el panorama tampoco es muy alentador. El colombiano Víctor Zapata no se ha asentado como 10 titular y ello ha provocado que Valencia asuma el rol de conductor, lo cual resta la salida rápida que le otorga al equipo cuando juega más retrasado. Y en materia de delanteros, tras Malingas solo están Jairsinho Baylón, Marco Aldair Rodríguez y el juvenil Jair Córdova, quienes exhiben pocos galones goleadores.
Con extremos más preocupados por las labores defensivas, sin sociedades en el medio campo y un 9 aislado, el camino de cara al gol se torna complicado en Sullana, más aun cuando ya se cuenta con un jugador distinto como Aponzá. Es en este punto que la mano del técnico debe verse como facilitador de alternativas de juego: acaso con continuidad para hombres más técnicos como Mario Soto o el mismo Junior Aguirre se puede permitir mayor profundidad a partir del juego interior. Con plantel corto, he allí uno de los retos para la aventura de Teddy Cardama Gallardo: construir caminos que lleven al gol.
Foto: diario El Tiempo de Piura
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