Primer ventarrón

Hace 43 años, el Ciclón del Norte recibía también en su estadio a Alianza Lima. En aquel momento, el 8 de diciembre no significaba una fecha dura de recordar por la tragedia aérea para los aliancistas, ni el Aurich tenía el inmenso respaldo económico del Grupo Oviedo, pero igual era un partido que generaba la expectativa de casi todo un país.
Resulta, y como ya lo hemos dicho varias veces en esta página web, que aquel Juan Aurich de fines de los sesenta conmemoró a la mejor versión histórica del conjunto chiclayano hasta la actual, y que por ese momento fecha 21 (de 26 en total)- se encontraba peleando palmo a palmo la punta con Sporting Cristal. Por su parte, Alianza llegaba enchufado luego de andar perdido en la regularidad y que, de ganar aquel partido, amenazaba con meterse directamente a la pelea por el título.
Lo hora de la verdad
Las casi de 13 mil entradas se agotaron casi de inmediato en Chiclayo, pues aparte de lo anteriormente explicado, Alianza llegaba con figuras de la talla de Pitín Zegarra, Perico León, Julio Baylón y el propio Nene Cubillas, quien aún sin mundiales encima ya llamada la atención por su fineza para jugar el balón.
Vale la pena resaltar que por ese momento, el sistema de moda o más común era el 4-2-4, y que de esos dos volantes -por llamarlos de algún modo mixtos- dependía casi todo el equilibrio del equipo, pues era un fútbol de menos transito y más pegado al área.
El partido recién comenzaba y Alianza se ponía en ventaja por intermedio de Teófilo Cubillas, quien luego de un buen pase de Zegarra se dio una escapada y puso el primero de la tarde a los 8. Con esto, los íntimos lograban su resurrección en el torneo y soñaban con meterse del todo a la lucha por la punta; la historia pintaba bien para la visita.
Pero la tarde le tenía una sorpresa especial a la parcialidad chiclayana, y el Aurich, empujado por su público, calidad y en ese momento también por el viento, se fue en busca del empate. Es así que a los 16 se produjo la primera falla garrafal de la defensa blanquiazul, pues el defensor Barreto fue a despejar un saque de meta y su remate quedó corto, con lo que Lobatón se encontró la pelota y venció al portero Villanueva sin problemas. Baldazo de agua fría para el conjunto íntimo que debía empezar de nuevo, mientras que los locales recibían un gran envión anímico.
Tras ello, la figura de Eladio Reyes empezó a crecer y a tomar el control del partido. El delantero del equipo aurichista decidió retroceder unos metros para aprovechar la lentitud y poca calidad del bastante limitado volante aliancista Jairton y llevar a su equipo de la mano al triunfo.
Aullidos efectivos
El segundo tanto del 'Ciclón' cayó gracias a una nueva falla de Barreto, quien en complicidad con el brasileño Jairton dejaron escapar nuevamente a Lobatón para que venza por segunda vez al portero Villanueva y le dé vuelta al marcador. Los hinchas chiclayanos se rompían las manos con aplausos y gozaban viendo como las rimbombantes figuras victorianas se desvanecían en el terreno del Elías Aguirre ante un equipo que sabía jugar y deleitaba su público.
Tras esta segunda anotación, y tras la notoria descompensación de su equipo, el técnico íntimo decidió buscarle una solución al problema propuesto por 'Sabino' Bártoli y mandó al terreno de juego a Albarracín en reemplazo de Barreto, con lo que el nefastamente célebre Jairton dejó su puesto en la volante para ser el cuarto defensor.
Pero las cosas no le podían salir mejor a los chiclayanos y, un minuto antes de que la primera mitad termine, encontrarían el tercer tanto del partido. Un centro pasado encontró mal parado nuevamente a Jairton, quien en su intento de cabecear le dio al balón con la mano, con lo que se sentenció un tiro libre que Merino terminó por convertir con una ejecución espectacular.
Para la segunda mitad, Albarracín creció en el medio sector íntimo y, de la mano de Pitín, hicieron mejorar a Alianza, equipo que tomó el poder del partido ayudado también por el viento, según la prensa de aquel entonces. Teófilo Cubillas se perdió un increíble sobre los 55 tras centro de Julio Baylón, con lo que las cosas se pudieron haber puesto algo mejor para los visitantes, pero la suerte ya estaba echada para el Ciclón y ni el propio Nene sin arquero pudo vencer el arco chiclayano.
A los 83, con el partido ya definido, Juan Aurich llegó por primera vez en el segundo tiempo al arco aliancista, y sería para sentenciar totalmente las esperanzas íntimas. Una de las figuras del partido, Eladio Reyes, quedó mano a mano con Jairton y lo descontó con facilidad, para luego sacar un centro a rastrón y que el uruguayo Mario Catalá, un ex jugador blanquiazul, ponga el cuarto y la goleada.
Lo bueno y lo malo
Con este resultado, el Ciclón del Norte dio un gran paso hacia la punta del torneo, posición que al final terminó empatando con Cristal y por lo que se tuvieron que ir a un partido de desempate en el que los celestes vencieron por 2-1. Igual, constituye la mejor campaña aurichista hasta el momento, con un equipo con figuras de la talla de Lobatón, Reyes y Charún.
Como es costumbre en nuestras provincias cada vez que un equipo llamado grande va a jugar, los estadios quedan repletos y las casas vecinas al mismo alquilan sus azoteas para que más público pueda observar el partido. Cuando el árbitro Enrique Montes decidió terminar el compromiso, muchos de los hinchas ubicados en uno de estos techos dieron un salto de alegría, con lo que la estructura se vio vencida y cayó. Al final no hubo vidas que lamentar, pero si 27 personas heridas. Una saldo que lamentar en una jornada histórica en territorio chiclayano, con un marcador que, por estos días, le caería más que bien en una situación expectante en el Descentralizado.
Recortes: diario La Crónica, revista ¡Arriba! Alianza
