No fue tan blandito

El capo: Futuro Patrón
Como en las buenas épocas del colombiano Bermúdez, el zaguero Guillermo Burdisso lució impecable en la marca, cumpliendo con su trabajo de neutralizar a los delanteros rivales, tanto así que Guerrero tuvo que retroceder algunos metros para buscar el balón. Incluso con el ingreso de Alexandre Pato, el central boquense no se amilanó y mantuvo su regularidad en todos los centros, despejando el balón sin mayores complicaciones. Asimismo, fue en busca del arco contrario mediante su juego aéreo, estando a punto de convertir en el primer tiempo en un tiro de esquina a los 36.
La clave: Nada más que meterla
Bianchi dijo semanas atrás que el problema de su equipo era la definición ya que sí jugaba de acuerdo a lo que él proponía. Por ello, fue fundamental ese pie derecho providencial de Nicolás Blandi para abrir la cuenta sobre los 60 e ir con tranquilidad a dirimir el boleto a cuartos en el Pacaembú. Trámite difícil pero no imposible para un Boca Juniors acostumbrado a batallar de visitante.
El duelo: Un gol de diferencia
Se suscitaron en ambas áreas. Para los locales la carta de gol radicó en Blandi, quien se mostró incisivo para batir al espigado portero paulista Cassio, que en la primera parte le ganó en el anticipo, aunque en la segunda fracción no pudo evitar el gol del delantero tras un centro shot de Cristian Erbes. Del otro lado, dentro del sistema 4-2-3-1 empleado por Tité, Paolo Guerrero libró en solitario una dura lucha con los centrales Burdisso y Caruzzo, quienes dificultaron su tarea goleadora sacándolo del área.
El jugadón: Paolo al palo
Ocurrió diez minutos después de que Boca rompiera el cero cuando Paolo Guerrero se perfiló para su derecha y lanzó un remate de curva venenosa que dejó parado a Orión. Lástima para el Depredador que su tiro se estrelló en el larguero. Tan poca fortuna tuvo el Corinthians que, tras el disparo Paulinho, cogió el rebote y le pegó defectuoso.
La calamidad: Irresponsable
Otro calificativo no amerita lo hecho por el ingresado Pablo Ledesma, quien en menos de dos minutos pasó de ser héroe divino a villano imprudente por una roja que más allá de ser absurda resultó merecida. A los 83, tomó un rebote del meta Cassio e introdujo el balón a las redes en posición ilícita, ganándose la amarilla por sacarse la camiseta sin darse cuenta del offside cobrado. Y dos minutos después volvió a ser amonestado por una falta, yéndose a vestuario expulsado.
El tapadón: San Agustín
Orión, aunque no fue demasiado exigido por Corinthians, se mostró aplicado de manos en las pocas intervenciones que tuvo, como en esa jugada sobre los 64 cuando un centro buscó la cabeza de Guerrero, pero el despeje xeneize permitió a Romarinho pegarle cruzado. Mérito para el 1 que desvió el remate al córner.
La cancha: Uñas de azul y oro
Como siempre, el estadio de La Bombonera lució un marco festivo, pues la hinchada de Boca acudió en masa para alentar los colores azul y oro de su club, abarrotando el fortín xeneize para hacer sentir la presión al cuadro rival. No obstante, la diferencia mínima que consiguió el equipo de Bianchi dejó a la fanaticada comiéndose las uñas, como presagiando una incertidumbre cuando le devuelva la visita al Timao.
Kazuki Ito: No Osses desafiarme
Lo hecho por la cuarteta dirigida por el chileno Enrique Osses fue aceptable dentro de un partido friccionado en el medio del terreno de juego. Fueron los locales quienes pegaron más, pero al juez no le tembló la mano para sancionar a Boca con siete amarillas más una cartulina roja contra tres amonestaciones de la visita. Como se mencionó líneas arriba, la expulsión de Ledesma estuvo correctamente sancionada.
Fotos: AFP
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