Gálvez - Aurich: Poquita fe

Ambos equipos está arriba, pero mantienen una irregularidad que no le hace impredecibles. Ambos han tenido, a lo largo del torneo, la oportunidad de ser punteros y no han sabido cuidar el liderato por más de dos fechas (aunque Aurich casi siempre respete la media inglesa: ganar de local y empatar de visita). Hoy, alguno debía ganar para consolidarse. Prefirieron el empate.
Para el olvido
El primer tiempo no fue digno de recordar. Apenas un cabezazo de Gamarra se erigió como la única ocasión de gol. Salvo la movilidad de Donny Neyra y Juan Iriarte, que aparecieron compartiendo labores creativas, proyectándose fundamentalmente por las bandas.
Loco que todo puede
Erick Delgado tuvo una soberbia actuación. El ex golero de Cristal estuvo notable y contuvo todas las ocasiones que tuvo el conjunto local, como el genial mano a mano que le sacó a Renzo Guevara en el segundo tiempo, el quemarropa que le tapó a Iriarte, entre otras. También sacó un par de cabezazos más y descolgó todos los centros.
Juego de manos
Y se volvió villano, por un momento, Renzo Guevara, al meter una mano increíble para evitar que el Checho cabecee de todas formas, no iba a llegar-. Fue el penal que hizo al Ciclón ponerse arriba. En el penal, la exquisita definición de Candelo vio la resignación dibujada en la cara de Ferreyra: el balón dibujó una parábola perfecta, por el medio. Fue de penal, pero fue un golazo.
Los pescaron en otra
A Marengo y a Paulo Hurtado los tomaron fuera de sitio. Mané, que suele conservar la regularidad, tuvo la poca fortuna de estirar la izquierda para cortar un centro inofensivo de Neyra. Nadie lo iba a recibir y nadie esperaba que cambiara de trayectoria, ni siquiera Delgado. La pelota se metió mansa en el arco de Aurich para sellar el empate. A Hurtado, por su parte, lo traicionaron los nervios, malogró varias jugadas y definió mal cuando se quedó solo para anotar el segundo de su equipo.
Habrá que esperarlos
Los dos equipos tendrán que demostrar que la irregularidad no los persigue. Ambos tienen fútbol y están en el lote superior por mérito propio. Pero ambos dejan la sensación de no creérsela de verdad. Es un problema de fe. La solución pasa únicamente por conseguir más triunfos.
Fotos: Diario de Chimbote
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