Foto: Mijail ÚrsulaEl cielo gris de Huánuco le ciñó los nubarrones a León. Con pocas ideas, el cuadro huanuqueño se vio enjaulado en sus problemas defensivos en el propio Heraclio Tapia: a 3' del final, un contragolpe letal de Raúl Cunya selló el 1-1 con que Torino se lleva un punto, más que de oro, de auténtico petróleo para la vuelta en Talara.

    Roberto Castro | @rcastrolizarbe
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El partido fue...

MUY LUCHADO. Además de la intensidad y el fragor propios de estas instancias de eliminación directa del fútbol macho, este partido incorporaba un componente adicional: estaban frente a frente dos clubes históricos, de abolengo en el balompié nacional y con la obligación de sacar lustre a su historia. No es frecuente que la Copa Perú regale una llave de estas, y la verdad ambos estuvieron a la altura en esos términos.

Hay que hacer hincapié en lo último: tanto León como Atlético Torino respondieron en términos de entrega a lo que sus pergaminos les exigían. De allí a hablar de grandes exhibiciones futbolísticas hay un trecho, y por eso el que se vio en el Heraclio Tapia León fue un partido con llegadas, con roces y con drama, pero también con imprecisiones, posesión de balón por ratos muy poco productiva y algunos yerros gruesos que pudieron pasar mayor factura a los protagonistas.

En ese sentido, el que quedó más en deuda fue el anfitrión, que con un sistema de juego teóricamente abierto a la búsqueda del gol fue incapaz de traducir ese dominio ancho del campo en ocasiones reales que inquietaran el pórtico de Luis Aquino, por lo menos en el primer tiempo. Los mejores aportes en ese sentido fueron del inquieto Benhi Gargate, quien sostuvo un duelo especial con Bresly López por la banda. Y fue él quien, con maña, generó el penal que sobre el final del primer tiempo pudo darle la ventaja -inesperada- a León.

Williams Román celebra el tanto que abrió la cuenta en Huánuco. (Foto: Mijail Úrsula) 

Para ese momento, era más bien Torino el que había dispuesto de chances claras: un par de pases al vacío, al corazón del área, a los que César Flores primero y Raúl Cunya luego no pudieron dar el estiletazo final. El mecanismo había sido muy claro de parte del 'Taladro': aprovechar lo muy adelantada que estaba la zaga crema y así hacerle daño vía contragolpes. En ese sentido, Frank Carranza tuvo mucho trabajo con el movedizo Cunya, alguien a quien al parecer en León tendrían que haber estudiado más antes de este encuentro.

Pero como el fútbol es impredecible, fue más bien Carranza el que tuvo la inmejorable chance de pararse frente a la pelota y poner arriba a su equipo. Se lo impidió Aquino, con una atajada magnífica, de esas que revelan que los penales que se erran no necesariamente hay que patearlos mal, sino que pueden ser atajados bien. Eso acicateó al golero granate para efectuar un estupendo segundo tiempo, cuando el acoso local, a los trompicones y desordenadamente, se hizo mucho más intenso, a la par de que la lluvia -no copiosa, pero sí molesta- decoraba de gris el habitualmente soleado cielo huanuqueño.

En realidad, la clave en León fue la salida de Gargate, en principio cuestionada porque era quien llevaba más peligro. Pero sucede que por él ingresó Jean Franco Baylón, quien le dio al local esa cuota de inventiva, de jugada inesperada por la que había clamado durante 45' en los que tuvo la pelota pero no ideas. Con el menudo volante en el campo, el elenco crema ganó peso en ataque pero con una salvedad: Baylón las creaba, pero alguien tenía que culminarlas. El más claro fue Pedro Martínez con un testarazo esquinado, pero Aquino, siempre Aquino, puso la mano y despejó.

César Flores se abraza con José Mesías. Claramente, un valioso empate para el 'Taladro' de visita. (Foto: Mijail Úrsula) 

Así, el que pudo desequilibrar las cosas tuvo que venir desde atrás. La raya se la estaban ganando con frecuencia a Cristian Pérez, y desde la derecha llegó el centro que Wiliams Román, con una peineta a la carrera, aprovechó para sombrearle el balón a Aquino y marcar el primero. Pero lo interesante, en medio de la reacción eufórica del estadio, fue la serenidad con la que el 'Taladro' administró el gol en contra: Jorge Machuca tenía claro que el 1-0 no era un mal resultado para la vuelta en el Campeonísimo y, sin hacer tiempo tampoco, Torino se dedicó a manejar el ímpetu de León, aun retirando hombres de ofensiva para cuidar el centro del campo.

Y si el elenco talareño se animó a eso, es porque sabía que mientras tuviera en el campo a Cunya era capaz de darle algún zarpazo a ese león que no estaba dormido sino inquieto, pero era vulnerable. Tanto como que Román pasó de héroe a villano al perder al '26' granate en esa carrera loca hacia el arco Sur del Heraclio, en la que su hábil zurda se la cruzó a un ángulo imposible a Michael Ruiz. Con los brazos arriba, el héroe moderno del 'Rey de Copas' celebró el empate: ese gol de Cunya no vale su peso en oro sino en petróleo de cara al duelo del miércoles en el Campeonísimo.

Fotos: Mijail Úrsula


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La ficha del León 1 - Torino 1

 

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