La frontera entre lo bueno y lo malo
Universitario debió sacar tres puntos de Tacna, pero se quedó con solo uno. Con ello, tiró por la borda una nueva ocasión de ser puntero. El equipo de Gareca sigue resintiendo golpes en los minutos finales. El de Reynoso, por su parte, no asusta y sigue sin ganar como local. El empate dejó sentimientos encontrados en ambos conjuntos.
Fotos: Radio Uno de Tacna
La U de estos tiempos es un disparo al pie. Cuando parece sumar batallas a su favor, cuando el terreno enemigo ya ha quedado minado, un zarpazo sorpresivo acaba por malograrle el hígado a sus hinchas. El equipo de Gareca parece destinado a gozar de un buen banquete, pero algo le impide digerir los triunfos. Dicen los médicos que a esos males se los combate de raíz.
BUSCANDO LA RECETA
Pero para combatir la enfermedad, primero hay que reconocerla. Y la autocrítica, lamentablemente, no abunda últimamente por Ate.
Hay un hecho concreto: la U de Gareca no sostiene resultados. No es un problema del verano, ya viene del año anterior. Un breve repaso: a) La U empata en casa con Melgar tras ir ganando 2-1 hasta los 89 (octubre 2007); b) La U ganaba en Matute hasta que Junior Viza iguala bien entrado el segundo tiempo (noviembre 2007); c) La U adelanta en Huaraz y se deja voltear el partido por el Sport Áncash (diciembre 2007); d) La U tiene ganado el partido en Chiclayo, pero Aurich también le quita dos puntos (febrero 2008); e) La U abre la cuenta en el Cusco y Cienciano termina avasallando: 4-1 (marzo 2008).
Posiblemente el preparador físico de la U tenga razones
para molestarse. Porque, salvo el trajín de la semana pasada que devino en un
comprensible desgaste físico, la U no necesariamente está cediendo puntos por
cansancio. Sin embargo, hay un problema y no se reconoce. O quizá no se
identifica. Podría ser el aspecto táctico: el sistema de Gareca exige más
movimiento que el que el equipo puede ofrecer. Los volantes laterales dejan
huecos y no tienen suficiente ida y vuelta (un indicio de esto es el extraño
ingreso de Fernando Molina a cubrir la banda derecha de un desacertado Miguel Torres). Gonzales
no se da abasto para satisfacer todos los requerimientos de contención (parece
ya quedar claro que Donny Neyra complementa más a Candelo que a Toñito).
Súmese a esto la falta de un goleador. Reconociendo estas carencias, podría
empezar a esbozarse una posible cura.
APUNTES EN ROJO
Cuatro partidos en casa, cero triunfos. La estadística
golpea a Juan Reynoso y a toda Tacna. Bueno, al menos a la Tacna futbolera.
Otra vez las graderías del Basadre estuvieron raleadas, aunque, vale
reconocerse, el pequeño porcentaje de hinchas que tiene el local esta vez se
hizo sentir algo. Reclamando errores del árbitro, por ejemplo. Fueron gritos
breves, pero ya es un avance.
El déficit no parece ser la iniciativa, que la tuvo. En tonos tenues,
fue superior a la U en el primer tiempo. Pero el madrugador gol de Hurtado,
cuando no se cronometraba ni el minuto de reinicio, le asesinó el espíritu: ese
instinto criminal del que carece 'Bolo'. Ladra, pero no muerde. Y cuando muerde,
lo hace callado. Cuando nadie se lo espera. El gol de Gonzales Vigil tras buen
tiro libre cobrado por Cortés llegó cuando nadie se lo esperaba. Pero no
pareció ser premeditado. Solo fue. No siempre los embistes prudentes y silenciosos
van a ser tan oportunos. A veces es necesario arrasar con todo.
Ni a 'Bolo' ni a la U les cae tan mal este resultado. Tampoco es como para aplaudir sentados. Han postergado una vez más la inmejorable ocasión de dar el gran salto.
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